Últimamente escuché varias veces, siempre con voz pelín escandalizada, aquello de "¿pero te vas a meter en política?" y... bueno, la respuesta es... no. No me voy a meter en política, no me metí en política recientemente... llevo TODA la vida metida en política. En serio...
Nací en un hospital público, es decir que aterricé en este mundo según los protocolos que alguien había considerado adecuados para el aterrizaje. Viví de los sueldos de mis padres, funcionaria y asalariado del sector eléctrico. Eran unos sueldos que subían o dejaban de subir en función de convenios colectivos, congelaciones y decretos varios. Política pura. Fui a la escuela pública (a una, dos, tres... cinco... quién lleva la cuenta!), a un instituto público y a una universidad pública. Estudié los currículos que los gobiernos correspondientes habían considerado oportunos. Pagué las tasas establecidas. Aprobé los exámenes estándar. Política pura.
Por si todo ello no fuera suficientemente político, a los 11 años decidí participar en el Consejo Escolar del cole. Luego vino el del instituto, y la Junta de Representantes de la facultad. Que a una le va la marcha. Me enfadé una y mil veces con algunas decisiones del gobierno, celebré en la barra de algún bar algunas otras... ¿no es eso política? Me manifesté un montón de veces, contra tal guerra del Golfo y tal otra, contra prohibiciones, contra globalizaciones, a favor de insumisos, a favor de huelguistas... También hice huelga. Trabajé sin contrato, sin seguridad social, sin apenas sueldo... ¿Y no estaba metida en política?
Viajé con un pasaporte titulado "Reino de España", me salió sarpullido al saberme más "súbdita" que "ciudadana". Pagué renovaciones de DNI y cambié mi empadronamiento unas cuantas veces. Ni una sola vez falté a votar cuando hubo elecciones, reí y lloré con los resultados. Cuando se me hincharon las narices lo suficiente, apostaté de una religión que nunca fue la mía, pero que durante siglos fue incuestionable en esta parte del mundo. Más política. Me casé en un juzgado (gratis). Vivimos del sueldo de un enfermero de la sanidad pública, ganado en un centro de atención primaria rural, que existe porque alguien alguna vez consideró oportuno que las pequeñas poblaciones rurales tuvieran acceso a la sanidad pública. Tuve tres hijos en un hospital público. Los asenté en el juzgado (gratis otra vez), los empadroné. Hacen sus revisiones en la sanidad pública, al llegar a cierta edad que alguien consideró adecuada empiezan a acudir a un colegio público, donde se les enseña lo que un ministro de educación considera que deben aprender. De vez en cuando hacemos huelga o nos manifestamos contra su criterio ¡por supuesto!
Les explico a mis hijos desde bien pequeños cómo podemos las personas normales intentar cambiar las cosas. Hablamos de justicias e injusticias, de derechos y deberes. De solidaridad y compromiso, de norte y sur, de guerra y paz. Me gusta que lo vayan entendiendo. ¡Me temo que estoy metiéndolos en política!
Y ahora, de pronto, me dicen que me metí en política. Porque me compré una camiseta morada y pegué pegatinas y carteles. Porque encontré un grupo de gente con la que estoy de acuerdo en muchas cosas y en desacuerdo en otras, con quienes puedo hablar en positivo de todas ellas, sin faltarnos al respeto, con quienes soñar proyectos ilusionantes y pelear por hacerlos realidad. Porque nos pareció que la manifestación a la que teníamos que ir esta vez no era en una plaza ni una calle, sino en un ayuntamiento y una junta general. Ahora resulta que estoy metida en política... ¿¿¿¿y antes????
Pues me parece fantástico. Yo estoy cansada de quejarme frente a una pared que no escucha (también llamado ayuntamiento), así que he decidido luchar por un cambio desde el interior. Si no nos gusta la política, intentemos cambiarla ;-)
ResponderEliminarPues tienes toda la razón, nos guste o no todo alrededor gira en torno a la política y no tiene nada de malo querer participar en ella.
ResponderEliminarSiempre me emocionas con tu forma de ver y vivir la vida, y con esa habilidad tuya para expresar las cosas con tanta claridad y tantos ejemplos. Yo creo que viene genial que haya gente como tú en primera línea. ¡Os deseo lo mejor en este proyecto!
ResponderEliminarOle tu!!! Cuanta razón tienes!! Somos entes políticos Todos!! Y quien piense lo contrario que deje de respirar porque hasta el aire está condicionado a la política.
ResponderEliminarSi hubiera más gente como tu, dispuesta a esforzarse y dar lo mejor de uno mismo sin olvidarse de unos mínimos principios éticos, otro gallo cantaría.
ResponderEliminarSi hubiera más gente como tu, dispuesta a esforzarse y dar lo mejor de uno mismo sin olvidarse de unos mínimos principios éticos, otro gallo cantaría.
ResponderEliminarMe ha encantado tu post! Todos estamos metidos en política, solo que algunas lo estamos de manera mas cosciente.
ResponderEliminarNunca calles.
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