Bueno, qué... ¿este año de qué nos disfrazamos en carnaval? ¡¡de vikingos!! La conversación tuvo lugar allá a primeros de enero, apenas salíamos de la navidad... ¡dejar una fiesta y pensar en la siguiente, ese es el ritmo de vida que nos gusta!
Pues nada, vikingos, que siempre viene bien un tema que dé pie a dar gritos y comportarse como bárbaros... sólo por carnaval! Se supone que uno se disfraza de lo que no es, verdad? pues nos disfrazamos de cosas así, a ver si nos vamos convirtiendo en gente civilizada ¿no es de lógica?
En nuestra línea de no comprar disfraces ni complementos, había bastante que hacer: capas de vikingo, cascos con cuernos (que por más que digan ahora que nada de cuernos en los cascos, a nosotros nos gustaban los vikingos de toda la vida ¡con una buena cornamenta!), armamento pesado, escudos... ¡apuf, qué estrés!
Primero fueron las capas. Rectángulos, sin complicarse, ya sabéis cómo enfoco yo el tema disfraces: cero complicaciones, mucha risa. Un snap para abrochar, un cráneo de bicho con cuernos hecho de fimo para tapar el snap (que no hacía falta, ya lo tapaba el pelo de la tela, pero...), y una costura en la zona del cuello para que no nos rasque el borde de la tela. Porque la tela hubo que chamuscarla por el borde antes de que la casa se convirtiera en una gran bola de pelusa marrón, y claro, lo chamuscado muy suave no queda!
Luego venían los cascos, es decir, tomarse la medida de las cabezas, inflar un globo de cada talla, y empezar a pegar papel de periódico con cola blanca. Una capa, otra... un alambre para dar soporte a los cuernos... más periódico y más cola alrededor del alambre... dar forma a esos cuernos, que queden vistosos... más periódico y más cola... y al tendal a secar!
Antes de que secasen del todo nos los pusimos, y los amoldamos a la forma de las cabezas ¡que no, no tenemos cabeza de globo! Cascos a medida, completamente personalizados!
Ya que estábamos en modo periódico y cola, aproveché para preparar las espadas y un hacha. Tubos de cartón (de esos que vienen rodeados de papel de aluminio o film de cocina, es un poco rollo tener que gastar el material de fuera pero al final consigues un tubo de cartón que siempre viene bien), cajas de galletas para las partes planas, y periódico y cola, periódico y cola, periódico y cola... ¡y al tendal!
¡¡Escudos, que nos faltan los escudos!! Bueno, bueno, es que no tenía cartón! Hubo que esperar a que llegara un pedido de cartón, esta vez en forma de caja llena de naranjas ¡qué vida tan dura la de reciclantes! Pues eso, cartón de caja de naranjas, periódico y cola, más periódico y más cola, más periódico y más cola... ¡y al tendal! Ay, no, al tendal no, que estos secaron encima de la mesa...
Pues un par de días más tarde, con toda la cola seca y todo el periódico endurecido, sesión de maquillaje: témpera de colores, un poco de alkyl, brochas y pinceles... ¡¡al ataque!!
Lo último que hicimos fue el cuerno del jefe, para llamar a la tribu. Se nos olvidó hasta la hora de comer del día C (de Carnaval), así que no hubo tiempo de andarse con finuras: papel de periódico, sin cola ni nada, y témpera. Y que aguante lo que pueda!
Y con todo preparado, nos hicimos a la mar en busca de botines fabulosos. Porque ya se sabe, la familia que asalta poblados unida, permanece unida!!
Mostrando entradas con la etiqueta papel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta papel. Mostrar todas las entradas
18/2/15
3/1/15
Natural elegancia
Vamos a ver, esto es pitorreo, eh! Empezando por el título y terminando donde sea que se termine... La elegancia no va conmigo, la verdad. No tengo ninguna y no me apetece lo más mínimo tenerla, digamos que no me parece una cosa importante. Ni siquiera me parece una cosa!
Soy del tipo de persona que nunca "se arregla" para una "ocasión especial". En parte porque por ahora no me siento averiada así que no se me ocurre qué arreglar, y en parte porque no creo en las ocasiones especiales premeditadas. Las ocasiones especiales, las de verdad, se presentan sin avisar y lo mismo te pillan en pijama que en bañador y camiseta y sólo aceptablemente depilada. Y no importa, porque las ocasiones especiales son lo bastante especiales como para que no tenga la menor importancia lo que llevas puesto o las proporciones de tus ojeras, se quedan grabadas en la memoria de todas formas, y al cabo del tiempo todos salimos guapos en el recuerdo.
En resumen: que en mi armario no existe la ropa "de salir", "de fiesta", "de vestir" ni muchísimo menos "formal". Bueno, de vestir sí que tengo ropa, de hecho toda mi ropa es de vestir: me visto con ella a diario!! Cuando quito el pijama y me ducho, pongo ropa. La elijo en función del frío o calor que hace, y en ese momento no paro a pensar si voy a pasar el día sin salir de casa o voy a salir a cenar de restaurante. Toda mi ropa se ve en la obligación de servir lo mismo para una cosa que para la otra. ¡Qué mala vida le doy!
Pues resulta que el otro día mi hijo consideró que en mi vida cotidiana falta elegancia, y puso su granito de arena para resolverlo regalándome ¡¡una corbata!! Me la puse, por supuestísimo, y la llevé puesta todo el día, que pese a no ser una persona elegante tampoco tengo ningún problema para salir a tomar algo con corbata...
Eso sí, casi me alegro de que su idea de corbata sea hacer una de papel y regalármela a mí, mejor eso que pedir una para él... nunca me gustaron los chicos encorbatados!! jajaja
Soy del tipo de persona que nunca "se arregla" para una "ocasión especial". En parte porque por ahora no me siento averiada así que no se me ocurre qué arreglar, y en parte porque no creo en las ocasiones especiales premeditadas. Las ocasiones especiales, las de verdad, se presentan sin avisar y lo mismo te pillan en pijama que en bañador y camiseta y sólo aceptablemente depilada. Y no importa, porque las ocasiones especiales son lo bastante especiales como para que no tenga la menor importancia lo que llevas puesto o las proporciones de tus ojeras, se quedan grabadas en la memoria de todas formas, y al cabo del tiempo todos salimos guapos en el recuerdo.
En resumen: que en mi armario no existe la ropa "de salir", "de fiesta", "de vestir" ni muchísimo menos "formal". Bueno, de vestir sí que tengo ropa, de hecho toda mi ropa es de vestir: me visto con ella a diario!! Cuando quito el pijama y me ducho, pongo ropa. La elijo en función del frío o calor que hace, y en ese momento no paro a pensar si voy a pasar el día sin salir de casa o voy a salir a cenar de restaurante. Toda mi ropa se ve en la obligación de servir lo mismo para una cosa que para la otra. ¡Qué mala vida le doy!
Pues resulta que el otro día mi hijo consideró que en mi vida cotidiana falta elegancia, y puso su granito de arena para resolverlo regalándome ¡¡una corbata!! Me la puse, por supuestísimo, y la llevé puesta todo el día, que pese a no ser una persona elegante tampoco tengo ningún problema para salir a tomar algo con corbata...
Eso sí, casi me alegro de que su idea de corbata sea hacer una de papel y regalármela a mí, mejor eso que pedir una para él... nunca me gustaron los chicos encorbatados!! jajaja
15/7/14
Volvemos a las andadas
Está claro que lo llevan en los genes... tres hijos de tres con la misma afición de la que me quejaba yo hace dos años largos (¡qué chiquitín era Chus!). Pero es que encima esta empieza bien pronto!!
En fin, supongo que en un par de días recuperaré la habilidad de recomponer el rollo en un par de minutos... ¿quién se va a enfadar con esa carina que pone??
En fin, supongo que en un par de días recuperaré la habilidad de recomponer el rollo en un par de minutos... ¿quién se va a enfadar con esa carina que pone??
15/4/13
Los filtros de café
No recuerdo muy bien a santo de qué tenía yo en casa una caja de filtros de café... ¡si ni siquiera me gusta el café de esas cafeteras! Pero el caso es que la tenía, y cuando Nel me dijo que quería hacer un experimento de su libro
... leímos los materiales necesarios, vimos que teníamos de todo, e hicimos la cromatografía ¡¡si es que somos la pera!! ¿no suena de lo más tecnológico eso de hacer una cromatografía? Pues sólo era pintar un punto a rotulador cerca del extremo de una tira de papel de filtro, meter en agua el borde para que se vaya empapando, y al llegar la humedad a lo pintado la tinta se va extendiendo, separándose los colores que la forman en función de su peso. Les encantó verlo, la verdad es que salían unos colores muy chulos.
Pues luego nos entusiasmamos, y seguimos pintando filtros con rotuladores:
Bueno, las manos de Chus suelen llevar una velocidad poco fotogénica, pero esas fotos son tan fieles a la realidad que no podía rechazarlas!!
Después con un cuentagotas fuimos empapando los filtros, poco a poco...
Y los dejamos secar. Quedaron así:
Tenemos que pensar qué hacemos con ellos, nos gustan mucho como para no usarlos. Bueno, es que hasta el papel de cocina que pusimos para empapar el agua sobrante nos encanta cómo quedó ¡es una chulada!
¿alguna sugerencia para estos papeles estampados?
... leímos los materiales necesarios, vimos que teníamos de todo, e hicimos la cromatografía ¡¡si es que somos la pera!! ¿no suena de lo más tecnológico eso de hacer una cromatografía? Pues sólo era pintar un punto a rotulador cerca del extremo de una tira de papel de filtro, meter en agua el borde para que se vaya empapando, y al llegar la humedad a lo pintado la tinta se va extendiendo, separándose los colores que la forman en función de su peso. Les encantó verlo, la verdad es que salían unos colores muy chulos.
Pues luego nos entusiasmamos, y seguimos pintando filtros con rotuladores:
Bueno, las manos de Chus suelen llevar una velocidad poco fotogénica, pero esas fotos son tan fieles a la realidad que no podía rechazarlas!!
Después con un cuentagotas fuimos empapando los filtros, poco a poco...
Y los dejamos secar. Quedaron así:
Tenemos que pensar qué hacemos con ellos, nos gustan mucho como para no usarlos. Bueno, es que hasta el papel de cocina que pusimos para empapar el agua sobrante nos encanta cómo quedó ¡es una chulada!
¿alguna sugerencia para estos papeles estampados?
31/3/13
¿Trabajo de chinos?
Bueno, puede que sí se pueda llamar así… de hecho tratábamos de
imitar una artesanía de una región de China… Y además la tarea era lenta,
minuciosa y delicada. Un trabajo de chinos se mire por donde se mire, pero el
mundo es de los valientes ¡y había que intentarlo al menos!
Cuando nos propusieron al grupo de madres
(y no madres, todo hay que decirlo) de la actividad de manualidades que
colaborásemos en la decoración del cole para la jornada de "Una mirada a Asia" con una muestra de figuras de papel
cortado… bueno, al principio nos sonó interesante, luego vimos las siluetas que
Pepe nos proponía y nos pareció una locura, después agarramos el cúter y nos autoconvencimos
de que poco perdíamos por intentarlo. Y al final, más de cien láminas de papel
recortado más tarde… nos dimos cuenta de que lo habíamos hecho. Y supimos que
si volviésemos a empezar lo haríamos mejor, porque la práctica hace al maestro
y ahora ya sabemos de qué va el tema.
Láminas colgadas en el pasillo... |
... y las más complicadas, en su rincón. Que se ve mucho mejor en vivo que en foto, por cierto! |
Como suele ocurrir cuando se emprende un
trabajo de grupo, la tarea trajo buenos ratos de risas y conversaciones casi
disparatadas, otros momentos de trabajo en solitario, en casa, apurando un poco
el tiempo para terminar y dejando la mente en blanco mientras el cúter iba
perfilando tigres, plumas, pavos y pagodas. Es curioso cómo la mente se libera
de todo lo que la ocupa normalmente cuando damos a las manos y los ojos una
tarea minuciosa… ¿qué preocupaciones dejarán a un lado esas artesanas chinas
cuando se sientan delante de su papel? ¿serán similares a las nuestras, o muy
distintas? ¿les ocurrirá también a ellas que el mundo se aparta de su mente
mientras se concentran a solas en la tarea? ¿se reunirán en pequeños grupos
para trabajar mientras la conversación fluye y de cualquier cosa surge una
carcajada? Probablemente sí… casi seguro, las personas somos tan parecidas en
todas partes… apenas hace falta un detalle que nos haga darnos cuenta y de
pronto podemos vernos reflejados en cualquiera, de cualquier país, religión,
cultura o clase.
Éstasson algunas de las que yo hice... algunas, las que me apeteció fotografiar! |
Curiosos efectos de tontear con
artesanías del otro confín del mundo, verdad? Una empieza a recortar un papel
de color, dudando del resultado, y acaba en reflexiones como ésta. Que también
puede ser que fuese la intención original de estas jornadas… ponernos ante la
vista información, detalles, curiosidades e imágenes de lugares lejanos, de
culturas ajenas, de personas extrañas, y como por arte de magia lograr que en
un instante -casi mágico- nos demos cuenta de cuánto nos une, cuánto nos
parecemos, qué fácil podría ser entendernos… dejando a un lado las pequeñeces.
27/2/13
Trabajo de chinos
Eso precisamente es lo que estamos haciendo algunas locas estos días... Hay en ciertas zonas de China artesanas que hacen auténticas maravillas cortando papel con una cuchilla. Nosotras a lo básico, lo que está a nuestro alcance... ¡hacemos lo que podemos!
Quedan cosas así:
Mucho cutter (en mi caso bisturí, descubrí que corta muchíiiiiiiisimo mejor y más preciso!)...
mucha paciencia...
todo el pulso que se tiene...
¡Y seguimos en ello!
Serán la decoración de un pasillo del cole cuando llegue la fecha de echar "una mirada a Asia" ¿me vais a decir que no suena interesante? ¡qué suerte tienen estos niños!
Quedan cosas así:
Mucho cutter (en mi caso bisturí, descubrí que corta muchíiiiiiiisimo mejor y más preciso!)...
mucha paciencia...
todo el pulso que se tiene...
¡Y seguimos en ello!
Serán la decoración de un pasillo del cole cuando llegue la fecha de echar "una mirada a Asia" ¿me vais a decir que no suena interesante? ¡qué suerte tienen estos niños!
12/1/13
El Calendario de los Duendes
Creo que ya había comentado un día que nuestro calendario de adviento no fue de adviento, porque somos muy alternativos y tenemos nuestros propios plazos, ni contenía chucherías porque bastantes comen sin ponérselas de menú diario, ni juguetitos pequeños porque no me gustan las baratijas que sólo sirven para andar por casa atravesadas...
Se llama calendario de vacaciones o, más bien, Calendario de los Duendes. Porque en navidad vienen a vernos a casa unos personajillos encantadores, los duendes, que nos llenan todo de adornos y nos gastan bromas y... nos preparan el calendario, claro! Si no sabíais de su existencia seguro que es porque no fuisteis a la clase de Raquel en infantil... Nel lo aprendió todo, todo, todo acerca de los duendes con ella... ¡y en clase también tenían!
Pues a lo que iba, que nuestro calendario estaba lleno de actividades especiales, una para cada día, y hoy a petición del público os voy a contar las de este año. Ya... a buenas horas me pongo yo a contaros las actividades que nos propusieron los Duendes de la Navidad... justo a tiempo para daros la idea, eh! Pero bueno, aquí quedan para la próxima ;)
La verdad es que algunos días voy cambiando las actividades sobre la marcha, según que el tiempo acompañe o no, que estemos todos de humor para cosas más complicadas, que surjan otros planes... Por eso nuestro calendario tiene que ser forzosamente "abierto", que yo pueda meter la mano y sacar un papelillo y cambiarlo por otro cuando haga falta. Una pena, porque hay formatos de calendario "cerrado" que me encantan, pero así funcionamos nosotros.
Pues este fue nuestro calendario este año:
Y este fue su contenido (no están en orden del todo... según van saliendo los papeles del cajón donde los metí, y algunas de estas cosas ni siquiera las hicimos este año):
* decorar la casa
*hacer adornos nuevos (de papel, de tapas de yogur, de lo que sea! Yo esto me lo saltaré hasta que rompamos o perdamos alguno, que tenemos demasiados!)
* hacer tarjetas de navidad
* elegir los juguetes que vamos a donar, limpiarlos, prepararlos, y llevarlos (a veces llevarlos es tarea para otro día, depende de cuántos tengamos para retirar y de lo sobrada que ande de ideas de actividades). Me gusta que participen en el proceso para que luego no me reclamen juguetes que ya no tenemos... y para que se acostumbren a que hay que hacerlo!
* excursión a ver la nieve (eso si es que la hay, que este año más bien no). No vamos a esquiar ni nada de eso, simplemente cogemos el coche, hacemos unos pocos kilómetros puerto arriba, y jugamos con ella.
* preparar un adorno navideño para el cole (esto en el caso de empezar el calendario antes de que en el cole nos pongan esa tarea, este año ya habíamos entregado el adorno antes de que llegaran los duendes...)
* poner el árbol
* búsqueda del tesoro. Y el tesoro eran las luces nuevas para el árbol.
* festival de navidad del cole, que incluía visita de los abuelos y cenar fuera con ellos ¡ese día fue genial!
* hacer polvorones
* el día que llega el invierno... ¡hacemos copos de nieve de papel!
* "baño de fiesta", lo que significa poner música y echar sales efervescentes en la bañera. No es que sea gran cosa, pero se sale de la rutina y les gusta
* vamos a visitar a los abuelos y damos un paseo por la ciudad a ver las luces de navidad
* leer un cuento de navidad. Hay que conseguir uno, claro, y no es tan fácil dar con uno diferente cada año, pero en esos primeros días de vacaciones que están con la navidad a flor de piel, les chifla! Acabaremos volviendo loca a la bibliotecaria preguntando lo mismo año tras año...
* búsqueda del tesoro (unas chuches, que de vez en cuando tampoco pasa nada!)
* es Nochebuena... ¿le ponemos una sorpresa a Papá Noel? (le dejaron de regalo un dibujo y una carta, y lo mejor de todo es que Papá Noel, que no suele traernos nada porque somos de Reyes, les dejó un puzle!)
* vemos una película después de cenar. Esto era tan novedoso para ellos que casi se vuelven locos!
* jugar a algo todos juntos después de la cena. Puede ser al parchís, al ajedrez (con Nel se puede, y a Chus le encanta jugar con las piezas a su manera, así que hacen falta dos juegos de fichas y dos tableros), a los barcos (aquello de la cuadrícula y los barcos dibujados que hay que hundir acertando sus coordenadas), a cualquier cosa un poco tranquila que no nos complique luego la maniobra de acostarse. En general todas las actividades que se apelliden "después de cenar" son éxito seguro, será lo exótico que les suena!!
* hacer un dibujo a ordenador y enviarlo a alguien por email. Una cosa muy simple pero que les encanta.
* ser fotógrafos: les pongo una lista de cosas que tienen que conseguir fotografiar, algunas las hay en casa, otras se ven por la ventana, otras tienen que buscarlas en un libro... y cuando las consiguen todas se ganan un diploma de fotógrafo explorador!! La gracia del tema está en que les dejo mi cámara de fotos, que para ellos es un tesoro de valor incalculable
* gastar una broma (día de los inocentes). Es muy difícil sacarlos del monigote recortado que pegan por todas partes... ¡pero es que les hace tanta gracia!
* escribir y dibujar un cuento (que puede salir así de chulo)
* hacer figuras de barro. Este año esta actividad tuve que quitarla sobre la marcha, porque un par de días antes de que tocara se les ocurrió a ellos solos hacer figuritas de barro y me lo pisaron... ains! Para un par de días después puede ponerse como actividad pintar las figuritas con témpera.
* recibir el año nuevo disfrazados (una, que no tiene sentido ninguno...)
* otra búsqueda del tesoro (sí, sé que nos repetimos, es que les encantan, y son tan fáciles de montar!!)
* hacer galletas navideñas. Las de este año, estas. Buenísimas, facilísimas, se les da forma muy bien... ¡perfectas!
* coser un muñeco (como no paran de darme la lata con que quieren coser, y empiezo a hartarme de llenar trapos con puntadas de colores, decidimos hacer algo más "útil"). Ya os lo enseñaré cuando le haga unas fotos... (Edito para decir que ¡ya están hechas! aquí)
* que vengan los Reyes. El 5 de enero no necesitamos nada más, nos basta con los nervios de esperar...
* ser piratas (era el día 6, como los reyes nos trajeron el barco pirata de playmobil... Para ese día tampoco merece la pena matarse, están a lo que están!!)
* búsqueda del tesoro. Esta vez a lo grande, con pistas por la calle y todo, una que nunca se complica bastante, sale a jugar con ellos y lleva los bolsillos llenos de papeles para ir dejando sin que se den cuenta "donde hay agua", "debajo de una piedra", "en un lugar con mucha mucha luz", etc, para al final volver a casa y encontrar las últimas pistas... y un tesoro de pegatinas.
* vuelta al cole. Otros años el calendario terminaba el día de Reyes, pero esta vez lo alargué dos días más para acompañarlos de vuelta al cole... y ese día la "tarea" era contar todo todo todo a sus amigos ¡qué ilusión llevaban camino del colegio!
Hay cosas tan simples como "hoy vamos a ver a los abuelos", que no implica ninguna actividad en concreto, pero... ¡es que nos hace mucha ilusión! Y claro, los días que no vamos a estar en casa, sino con los abuelos, hay que poner cosas que sean factibles allí... ¡se complica el tema! Por eso necesito tener la opción de coger el papelito y cambiarlo por otro en el último momento... ¡trucos de duende!
Quien vive en una ciudad lo tiene más fácil: hay un montón de actividades, se puede ir un día al cine, o a ver algún belén chulo, o a algún teatro infantil... nosotros de eso, na de na. Nos apañamos igual, eh! Alguna vez les metí un par de gominolas en el mismo sitio que el papel, pero ya opté por no hacerlo y guardar las chuches como tesoro para las búsquedas ¡nos gusta más así!
El año pasado el calendario era así:
Mmmm sí, el espumillón entró en nuestras vidas arrasando... qué le vamos a hacer, ¡a ellos les encanta! Eran huevos de kinder y cajitas de cerillas, y dentro de cada uno un papel con lo que tocaba hacer ese día.
Y hace dos años, el primero que hicimos, usaba los mismos vasitos de papel de este año, pero colgados de una barra:
Una norma no escrita pero inviolable en la navidad de esta casa es que ni el calendario ni los adornos ni nada de eso puede ser comprado... ni siquiera comprado el material con que lo hacemos! Nada de gastos tontos, que ya sabemos que la navidad es sobre todo un gran negocio para algunos, así que todo tiene que ser hecho en casa reciclando... ¡a ver qué se nos ocurre para el año que viene!
Y una confesión ahora que no me oyen: la mayoría de los papeles con actividades los voy reciclando de un año para otro... ¡hasta algunas pistas de las búsquedas del tesoro! No todas, pero muchas sí... y no se acuerdan de nada... ¡así da menos pereza ponerse, ya está medio trabajo hecho!
Se llama calendario de vacaciones o, más bien, Calendario de los Duendes. Porque en navidad vienen a vernos a casa unos personajillos encantadores, los duendes, que nos llenan todo de adornos y nos gastan bromas y... nos preparan el calendario, claro! Si no sabíais de su existencia seguro que es porque no fuisteis a la clase de Raquel en infantil... Nel lo aprendió todo, todo, todo acerca de los duendes con ella... ¡y en clase también tenían!
Pues a lo que iba, que nuestro calendario estaba lleno de actividades especiales, una para cada día, y hoy a petición del público os voy a contar las de este año. Ya... a buenas horas me pongo yo a contaros las actividades que nos propusieron los Duendes de la Navidad... justo a tiempo para daros la idea, eh! Pero bueno, aquí quedan para la próxima ;)
La verdad es que algunos días voy cambiando las actividades sobre la marcha, según que el tiempo acompañe o no, que estemos todos de humor para cosas más complicadas, que surjan otros planes... Por eso nuestro calendario tiene que ser forzosamente "abierto", que yo pueda meter la mano y sacar un papelillo y cambiarlo por otro cuando haga falta. Una pena, porque hay formatos de calendario "cerrado" que me encantan, pero así funcionamos nosotros.
Pues este fue nuestro calendario este año:
Y este fue su contenido (no están en orden del todo... según van saliendo los papeles del cajón donde los metí, y algunas de estas cosas ni siquiera las hicimos este año):
* decorar la casa
*hacer adornos nuevos (de papel, de tapas de yogur, de lo que sea! Yo esto me lo saltaré hasta que rompamos o perdamos alguno, que tenemos demasiados!)
* hacer tarjetas de navidad
* elegir los juguetes que vamos a donar, limpiarlos, prepararlos, y llevarlos (a veces llevarlos es tarea para otro día, depende de cuántos tengamos para retirar y de lo sobrada que ande de ideas de actividades). Me gusta que participen en el proceso para que luego no me reclamen juguetes que ya no tenemos... y para que se acostumbren a que hay que hacerlo!
* excursión a ver la nieve (eso si es que la hay, que este año más bien no). No vamos a esquiar ni nada de eso, simplemente cogemos el coche, hacemos unos pocos kilómetros puerto arriba, y jugamos con ella.
* preparar un adorno navideño para el cole (esto en el caso de empezar el calendario antes de que en el cole nos pongan esa tarea, este año ya habíamos entregado el adorno antes de que llegaran los duendes...)
* poner el árbol
* búsqueda del tesoro. Y el tesoro eran las luces nuevas para el árbol.
* festival de navidad del cole, que incluía visita de los abuelos y cenar fuera con ellos ¡ese día fue genial!
* hacer polvorones
* el día que llega el invierno... ¡hacemos copos de nieve de papel!
* "baño de fiesta", lo que significa poner música y echar sales efervescentes en la bañera. No es que sea gran cosa, pero se sale de la rutina y les gusta
* vamos a visitar a los abuelos y damos un paseo por la ciudad a ver las luces de navidad
* leer un cuento de navidad. Hay que conseguir uno, claro, y no es tan fácil dar con uno diferente cada año, pero en esos primeros días de vacaciones que están con la navidad a flor de piel, les chifla! Acabaremos volviendo loca a la bibliotecaria preguntando lo mismo año tras año...
* búsqueda del tesoro (unas chuches, que de vez en cuando tampoco pasa nada!)
* es Nochebuena... ¿le ponemos una sorpresa a Papá Noel? (le dejaron de regalo un dibujo y una carta, y lo mejor de todo es que Papá Noel, que no suele traernos nada porque somos de Reyes, les dejó un puzle!)
* vemos una película después de cenar. Esto era tan novedoso para ellos que casi se vuelven locos!
* jugar a algo todos juntos después de la cena. Puede ser al parchís, al ajedrez (con Nel se puede, y a Chus le encanta jugar con las piezas a su manera, así que hacen falta dos juegos de fichas y dos tableros), a los barcos (aquello de la cuadrícula y los barcos dibujados que hay que hundir acertando sus coordenadas), a cualquier cosa un poco tranquila que no nos complique luego la maniobra de acostarse. En general todas las actividades que se apelliden "después de cenar" son éxito seguro, será lo exótico que les suena!!
* hacer un dibujo a ordenador y enviarlo a alguien por email. Una cosa muy simple pero que les encanta.
* ser fotógrafos: les pongo una lista de cosas que tienen que conseguir fotografiar, algunas las hay en casa, otras se ven por la ventana, otras tienen que buscarlas en un libro... y cuando las consiguen todas se ganan un diploma de fotógrafo explorador!! La gracia del tema está en que les dejo mi cámara de fotos, que para ellos es un tesoro de valor incalculable
* gastar una broma (día de los inocentes). Es muy difícil sacarlos del monigote recortado que pegan por todas partes... ¡pero es que les hace tanta gracia!
* escribir y dibujar un cuento (que puede salir así de chulo)
* hacer figuras de barro. Este año esta actividad tuve que quitarla sobre la marcha, porque un par de días antes de que tocara se les ocurrió a ellos solos hacer figuritas de barro y me lo pisaron... ains! Para un par de días después puede ponerse como actividad pintar las figuritas con témpera.
* recibir el año nuevo disfrazados (una, que no tiene sentido ninguno...)
* otra búsqueda del tesoro (sí, sé que nos repetimos, es que les encantan, y son tan fáciles de montar!!)
* hacer galletas navideñas. Las de este año, estas. Buenísimas, facilísimas, se les da forma muy bien... ¡perfectas!
* coser un muñeco (como no paran de darme la lata con que quieren coser, y empiezo a hartarme de llenar trapos con puntadas de colores, decidimos hacer algo más "útil"). Ya os lo enseñaré cuando le haga unas fotos... (Edito para decir que ¡ya están hechas! aquí)
* que vengan los Reyes. El 5 de enero no necesitamos nada más, nos basta con los nervios de esperar...
* ser piratas (era el día 6, como los reyes nos trajeron el barco pirata de playmobil... Para ese día tampoco merece la pena matarse, están a lo que están!!)
* búsqueda del tesoro. Esta vez a lo grande, con pistas por la calle y todo, una que nunca se complica bastante, sale a jugar con ellos y lleva los bolsillos llenos de papeles para ir dejando sin que se den cuenta "donde hay agua", "debajo de una piedra", "en un lugar con mucha mucha luz", etc, para al final volver a casa y encontrar las últimas pistas... y un tesoro de pegatinas.
* vuelta al cole. Otros años el calendario terminaba el día de Reyes, pero esta vez lo alargué dos días más para acompañarlos de vuelta al cole... y ese día la "tarea" era contar todo todo todo a sus amigos ¡qué ilusión llevaban camino del colegio!
Hay cosas tan simples como "hoy vamos a ver a los abuelos", que no implica ninguna actividad en concreto, pero... ¡es que nos hace mucha ilusión! Y claro, los días que no vamos a estar en casa, sino con los abuelos, hay que poner cosas que sean factibles allí... ¡se complica el tema! Por eso necesito tener la opción de coger el papelito y cambiarlo por otro en el último momento... ¡trucos de duende!
Quien vive en una ciudad lo tiene más fácil: hay un montón de actividades, se puede ir un día al cine, o a ver algún belén chulo, o a algún teatro infantil... nosotros de eso, na de na. Nos apañamos igual, eh! Alguna vez les metí un par de gominolas en el mismo sitio que el papel, pero ya opté por no hacerlo y guardar las chuches como tesoro para las búsquedas ¡nos gusta más así!
El año pasado el calendario era así:
Mmmm sí, el espumillón entró en nuestras vidas arrasando... qué le vamos a hacer, ¡a ellos les encanta! Eran huevos de kinder y cajitas de cerillas, y dentro de cada uno un papel con lo que tocaba hacer ese día.
Y hace dos años, el primero que hicimos, usaba los mismos vasitos de papel de este año, pero colgados de una barra:
Una norma no escrita pero inviolable en la navidad de esta casa es que ni el calendario ni los adornos ni nada de eso puede ser comprado... ni siquiera comprado el material con que lo hacemos! Nada de gastos tontos, que ya sabemos que la navidad es sobre todo un gran negocio para algunos, así que todo tiene que ser hecho en casa reciclando... ¡a ver qué se nos ocurre para el año que viene!
Y una confesión ahora que no me oyen: la mayoría de los papeles con actividades los voy reciclando de un año para otro... ¡hasta algunas pistas de las búsquedas del tesoro! No todas, pero muchas sí... y no se acuerdan de nada... ¡así da menos pereza ponerse, ya está medio trabajo hecho!
11/1/13
Somos los indios bravos
El año pasado teníamos requeteclaro que nos íbamos a disfrazar de indios. Y yo tenía requeteclaro que no iba a comprar los disfraces, pero tampoco a trabajar mucho en ellos. Así que compré arpillera, la sacudí, la lavé, la tuve tendida fuera un par de días para que perdiera el polvillo ese que suelta, y aún así sigue soltando un montón, casi un año después...
Corté las piezas para los tres, rectángulos con abertura para la cabeza, más otros rectángulos a modo de polainas. No las rematé, sólo saqué hilos (¿o más bien cuerdas?) para dejar flecos. El disfraz perfecto, porque según el frío que haga ahí debajo se puede poner toda la ropa que queramos.
Luego corté tiras y picos y lo que se me ocurrió en fieltro de colores, y lo pegué a golpe de cola térmica. Unas hebras de las que había sacado se atan a la cintura, las polainas las pegué a sí mismas con cola térmica (sí, es cutre, pero rápido, y al terminar se despega de un tirón, y listo para guardar) y ¡ya está!
Y claro, los complementos, que no pueden faltar:
Para las bandas de la cabeza, pintamos un folio con rotuladores, haciendo picos irregulares, y cortamos las tiras. Las plastifiqué y les pegué las plumas por el lado de dentro con un trozo de celo.
Las plumas las recorté con tijeras de picos, les pegué un palo de brocheta por detrás para que quedaran tiesas, y corté los "flecos" desde los picos del borde hasta el palo. Usé folios de colores, aunque podrían haber sido de papel publicitario, supongo.
Mi peluca son casi dos ovillos de lana negra, la enrollé alrededor del respaldo de dos sillas hasta tener una franja de unos 40 cm. Luego cosí a cadeneta sujetando todas las hebras, quedó una raya del pelo muy mona ;). Corté justo frente a la cadeneta y até con gomas las supertrenzas. Iba a trenzarlas, eh, pero era demasiado gordo y no quedaba bien. Abriga un montón!!
El hacha tiene el mango hecho con varios palos juntos, forrados con una tira larga de fieltro, y la hoja con varias capas de cartón pintado con témpera. Van pegados uno a otro con cola térmica, y luego atado con una cuerda que adorna más que sujetar.
Arco y flechas: unos palos delgados, un trozo de cuerda, y recortes de fieltro de colores.
Y el caballo, Sinforoso Corazón (nombre curioso, lo sé...), fue en su vida anterior un calcetín mío. No di ni una puntada: lo rellené de fibra de almohada, lo até y lo pegué con celo a un palo de escoba, le pegué lengua, ojos y orejas de fieltro con cola térmica, hice las crines con un cordel y las pegué, y la correa por debajo del hocico (que aún no estaba en estas fotos) también va pegada. Galopa como el viento...
¡¡Lo pasamos como los indios!!
¡¡Ah, y la pintura de la cara!! Sólo tenía rojo y negro de esas barras de maquillaje de carnaval... así que improvisé: cara bien entafarrada de hidratante, y ceras manley de las de pintar. Así conseguimos el azul y el verde... Se quitan igual que las de maquillaje, con toallitas. Y tenemos un montón de colores!
Corté las piezas para los tres, rectángulos con abertura para la cabeza, más otros rectángulos a modo de polainas. No las rematé, sólo saqué hilos (¿o más bien cuerdas?) para dejar flecos. El disfraz perfecto, porque según el frío que haga ahí debajo se puede poner toda la ropa que queramos.
Luego corté tiras y picos y lo que se me ocurrió en fieltro de colores, y lo pegué a golpe de cola térmica. Unas hebras de las que había sacado se atan a la cintura, las polainas las pegué a sí mismas con cola térmica (sí, es cutre, pero rápido, y al terminar se despega de un tirón, y listo para guardar) y ¡ya está!
Y claro, los complementos, que no pueden faltar:
Para las bandas de la cabeza, pintamos un folio con rotuladores, haciendo picos irregulares, y cortamos las tiras. Las plastifiqué y les pegué las plumas por el lado de dentro con un trozo de celo.
Las plumas las recorté con tijeras de picos, les pegué un palo de brocheta por detrás para que quedaran tiesas, y corté los "flecos" desde los picos del borde hasta el palo. Usé folios de colores, aunque podrían haber sido de papel publicitario, supongo.
Mi peluca son casi dos ovillos de lana negra, la enrollé alrededor del respaldo de dos sillas hasta tener una franja de unos 40 cm. Luego cosí a cadeneta sujetando todas las hebras, quedó una raya del pelo muy mona ;). Corté justo frente a la cadeneta y até con gomas las supertrenzas. Iba a trenzarlas, eh, pero era demasiado gordo y no quedaba bien. Abriga un montón!!
El hacha tiene el mango hecho con varios palos juntos, forrados con una tira larga de fieltro, y la hoja con varias capas de cartón pintado con témpera. Van pegados uno a otro con cola térmica, y luego atado con una cuerda que adorna más que sujetar.
Arco y flechas: unos palos delgados, un trozo de cuerda, y recortes de fieltro de colores.
Y el caballo, Sinforoso Corazón (nombre curioso, lo sé...), fue en su vida anterior un calcetín mío. No di ni una puntada: lo rellené de fibra de almohada, lo até y lo pegué con celo a un palo de escoba, le pegué lengua, ojos y orejas de fieltro con cola térmica, hice las crines con un cordel y las pegué, y la correa por debajo del hocico (que aún no estaba en estas fotos) también va pegada. Galopa como el viento...
¡¡Lo pasamos como los indios!!
¡¡Ah, y la pintura de la cara!! Sólo tenía rojo y negro de esas barras de maquillaje de carnaval... así que improvisé: cara bien entafarrada de hidratante, y ceras manley de las de pintar. Así conseguimos el azul y el verde... Se quitan igual que las de maquillaje, con toallitas. Y tenemos un montón de colores!
Somos los indios bravos
de la tribu del pinzón
venimos en son de guerra
para dar una función
ortan chíribi
ortan chíribi
mahuachi fumahuachi
fumahuachi maruma jauja
mahuachi fumahuachi
fumahuachi maruma jao jao jao jao
Yo como soy más bravo
me pongo el mejor traje,
en toda la tribu no hay
otro indio más salvaje
ortan chíribi
ortan chíribi
mahuachi fumahuachi
fumahuachi maruma jauja
mahuachi fumahuachi
fumahuachi maruma jao jao jao jao
(cosas de haber pasado media infancia haciendo el indio)
10/1/13
¿Quién vive en la piña debajo del mar?
La primera vez que Nel eligió de qué quería disfrazarse... no podía ser de otra manera, el inevitable, el omnipresente, el tantas veces aborrecido Bob Esponja!! Y claro, Chus aceptó encantado ser Patricio...
Para Bob lo tenía muy claro, es tan rectangular... una caja de cartón y poco más! La forré con una bayeta vieja (no vas a gastar una nueva, sirviendo la vieja), papel blanco y marrón, un retalín de camiseta roja para la corbata... Los leotardos blancos que antes habían sido de pitufo y después teñidos con té para el troglodita, esta vez los teñí de amarillo. Que no quedó muy amarillo porque no tenía tinte y usé un par de barras de rotulador... pero en fin. Esta vez ya no le quedaban grandes, no, llevaba el pobre el tiro cerca de las rodillas, todo tirante... ¡pero con unos leotardos basta, en una casa sin niñas!! Y unos calcetines blancos con las rayitas roja y azul pintadas a rotulador, que luego al lavar se fueron.
Para Patricio tenía un pijama de una pieza color rosa, pero necesitaba taparle con algo el estampado de la barriga... Compré en los chinos una toalla mala malísima, pero rosa, y al final me lié... y le hice un pantalón y un jersey, porque no era el mismo rosa del pijama, y... bueno, porque haciendo yo el jersey le ponía capucha picuda! Dos retales de camisetas viejas, verde y morada, se convirtieron en bañador. Y como las katiuskas de aquel invierno ya eran rosas... para qué quisimos más!
(A todas estas, costuras cutres a más no poder, sin apenas rematar, sin patrón, simplemente que el niño cupiera dentro ya era suficiente ¡esa es mi filosofía de carnaval!)
Como lo mejor de los disfraces son los complementos ¡dónde va a parar! les hice unas redes cazamedusas... y unas medusas!
Las redes, con unos aros de plástico de un juego que andaba por casa, un trozo de tul de las mosquiteras de las ventanas, y el mango de unos plumeros atrapapolvo de esos que a veces es más barato el kit completo que el recambio, y acumulas varios. Para las medusas, bolsas de frutería. Jugaron con ellos durante meses!!
Para Bob lo tenía muy claro, es tan rectangular... una caja de cartón y poco más! La forré con una bayeta vieja (no vas a gastar una nueva, sirviendo la vieja), papel blanco y marrón, un retalín de camiseta roja para la corbata... Los leotardos blancos que antes habían sido de pitufo y después teñidos con té para el troglodita, esta vez los teñí de amarillo. Que no quedó muy amarillo porque no tenía tinte y usé un par de barras de rotulador... pero en fin. Esta vez ya no le quedaban grandes, no, llevaba el pobre el tiro cerca de las rodillas, todo tirante... ¡pero con unos leotardos basta, en una casa sin niñas!! Y unos calcetines blancos con las rayitas roja y azul pintadas a rotulador, que luego al lavar se fueron.
Para Patricio tenía un pijama de una pieza color rosa, pero necesitaba taparle con algo el estampado de la barriga... Compré en los chinos una toalla mala malísima, pero rosa, y al final me lié... y le hice un pantalón y un jersey, porque no era el mismo rosa del pijama, y... bueno, porque haciendo yo el jersey le ponía capucha picuda! Dos retales de camisetas viejas, verde y morada, se convirtieron en bañador. Y como las katiuskas de aquel invierno ya eran rosas... para qué quisimos más!
(A todas estas, costuras cutres a más no poder, sin apenas rematar, sin patrón, simplemente que el niño cupiera dentro ya era suficiente ¡esa es mi filosofía de carnaval!)
Como lo mejor de los disfraces son los complementos ¡dónde va a parar! les hice unas redes cazamedusas... y unas medusas!
Las redes, con unos aros de plástico de un juego que andaba por casa, un trozo de tul de las mosquiteras de las ventanas, y el mango de unos plumeros atrapapolvo de esos que a veces es más barato el kit completo que el recambio, y acumulas varios. Para las medusas, bolsas de frutería. Jugaron con ellos durante meses!!
9/1/13
El cadáver de la Navidad
Suena un poco tétrico, pero eso es lo que tenía ayer por la mañana en la mesa del salón, después de armarme de paciencia y quitar toooooodos los adornos por tooooooda la casa. El cadáver de la Navidad.
Que nadie se alarme, en unos 11 meses resucitará y volverá a convertir la casa en un bazar... ¡ahora toca descansar la vista!
Y no, no es que yo considere que la navidad termina el 8 de enero... es que hay que recoger mientras los peques están en el cole, que si no no me dejan!!
Que nadie se alarme, en unos 11 meses resucitará y volverá a convertir la casa en un bazar... ¡ahora toca descansar la vista!
Y no, no es que yo considere que la navidad termina el 8 de enero... es que hay que recoger mientras los peques están en el cole, que si no no me dejan!!
8/1/13
Haciendo el payaso
Hoy vamos a darle un repaso al difraz de payaso, que fue el que llevó Nel en su primer carnaval escolar: el cole se convirtió en circo, y los peques de infantil eran los payasos. Cada uno a su manera...
De un viejo vestido mío, destartalado del todo, le hice un pantalón con tirantes. Con una tela monísima que venía forrando la caja de un florero que nos regalaron al casarnos (esos regalos que a todos nos caen de vez en cuando, sí, a mi casa también llegaron) le hice un graaaan lazo para el cuello. Y con dos recortes de tela le puse puños a una camiseta blanca... la camiseta blanca del troglodita! (qué apañadina soy con la ropa de carnaval, madre...)
Un par de zapatos míos viejos que tenía para tirar sirvieron perfectamente: sus playeros encajaban dentro a la perfección! Unos lunares blancos y listos! Un campeón mi peque, que hizo todo el pasacalles por el pueblo cargando con aquellos zapatones...
Y nos faltaba algo para la cabeza... Ya, ya sé, hay pelucas a la venta baratísimas y chulísimas, pero ese no es mi estilo! ¡a mí me gusta más complicarme la vida! Así que cogí varios cuadernos suyos de colorear y de pegatinas, ya usados, y les quité las grapas y las tapas. Los llevé a que me los pasaran por la destructora de documentos (en casa de eso no tengo, no) y obtuve una gran bolsa de tiras de papel de colores. Ya casi lo tenía: puñadín de tiras de papel, atadas con un hilo, rizadas con la hoja de las tijeras y cosidas a un gorro de piscina, otro puñadín de tiras... y así hasta terminar el gorro entero. Una peluca única, exclusiva... y resultona!
Por aquel entonces Chus tenía menos de un año, y evidentemente no iba al cole... o bueno, sí que iba, ¡pero no se quedaba! El día de carnaval iba a ser su ocasión para quedarse un buen rato por allí y ver muchos niños... ¿cómo iba a ir sin disfrazar? Le apañé un disfraz de payaso con unos rombos de tela (sin rematar ni na, a lo cutre) cosidos a un peto de pana rojo (a mano, con cuatro puntadas largas, que quería poder quitarlos y seguir usando el peto!), le puse un jersey blanco por encima, un lazo al cuello, y un sombrero de papel (papel maché con folios rojos, usando como molde un tazón de desayuno) con unos cuantos "pelos" que habían sobrado de la peluca...
¡¡Y tan guapos ellos!! ¿O no?
Sí, seguramente habría quedado mejor sin el forro polar debajo, pero.. no tenéis idea del frío que hacía aquel día!! |
De un viejo vestido mío, destartalado del todo, le hice un pantalón con tirantes. Con una tela monísima que venía forrando la caja de un florero que nos regalaron al casarnos (esos regalos que a todos nos caen de vez en cuando, sí, a mi casa también llegaron) le hice un graaaan lazo para el cuello. Y con dos recortes de tela le puse puños a una camiseta blanca... la camiseta blanca del troglodita! (qué apañadina soy con la ropa de carnaval, madre...)
Un par de zapatos míos viejos que tenía para tirar sirvieron perfectamente: sus playeros encajaban dentro a la perfección! Unos lunares blancos y listos! Un campeón mi peque, que hizo todo el pasacalles por el pueblo cargando con aquellos zapatones...
Y nos faltaba algo para la cabeza... Ya, ya sé, hay pelucas a la venta baratísimas y chulísimas, pero ese no es mi estilo! ¡a mí me gusta más complicarme la vida! Así que cogí varios cuadernos suyos de colorear y de pegatinas, ya usados, y les quité las grapas y las tapas. Los llevé a que me los pasaran por la destructora de documentos (en casa de eso no tengo, no) y obtuve una gran bolsa de tiras de papel de colores. Ya casi lo tenía: puñadín de tiras de papel, atadas con un hilo, rizadas con la hoja de las tijeras y cosidas a un gorro de piscina, otro puñadín de tiras... y así hasta terminar el gorro entero. Una peluca única, exclusiva... y resultona!
Por aquel entonces Chus tenía menos de un año, y evidentemente no iba al cole... o bueno, sí que iba, ¡pero no se quedaba! El día de carnaval iba a ser su ocasión para quedarse un buen rato por allí y ver muchos niños... ¿cómo iba a ir sin disfrazar? Le apañé un disfraz de payaso con unos rombos de tela (sin rematar ni na, a lo cutre) cosidos a un peto de pana rojo (a mano, con cuatro puntadas largas, que quería poder quitarlos y seguir usando el peto!), le puse un jersey blanco por encima, un lazo al cuello, y un sombrero de papel (papel maché con folios rojos, usando como molde un tazón de desayuno) con unos cuantos "pelos" que habían sobrado de la peluca...
¡¡Y tan guapos ellos!! ¿O no?
1/1/13
Nochevieja loca, loca
Ya sé que el concepto de nochevieja loca no suele ir por estos derroteros, pero... qué le vamos a hacer, somos originales pa todo!
El famoso Calendario de los Duendes nos había propuesto (¿o debería decir retado?) disfrazarnos para la cena de nochevieja. Y oye, lo que dice el Calendario... Así que a eso de las diez de la noche empezamos a rebuscar en el arcón a ver qué disfraces aparecían...
Chus estuvo a punto de volverse loco con tanto para elegir, porque a él le servían un montón: de león, de indio, de payaso, de troglodita... ¿cuál se puso? Pues se los puso todos, pero al final se quedó con el de...
A Nel había dos modelitos que le valían de talla: el de duende, y el de indio... ¿se puede dudar cuál prefirió?
Para mí sólo tenía el de india, porque del de Calamardo... sólo me queda la careta! (los dos pares de leotardos que hacían de patas fui usándolos para una cosa y otra... por ejemplo para cinturas de pantalones!), y con careta no iba a ser nada fácil cenar... aunque probar, tuve que probármela!!
así que india sí o sí!
¡¡Es que en esta casa nos encanta hacer el indio!!
Y lo más complicado... ¿de qué podíamos disfrazar al padre de familia? Porque teníamos que disfrazarnos todos, si no no sería lo mismo... Al final se me ocurrió rescatar la peluca de payaso que hice en su día para Nel y ¡listo!
Así de elegantes y divertidos nos sentamos a la mesa...
Y con tanto disfraz, era inevitable: hasta las uvas quisieron disfrazarse!!
Pues eso, que con traje de gala o disfrazados, con una cena elaborada o hecha en veinte minutos (como la nuestra), con mucha gente o sólo los de casa, el caso es haber estrenado el 2013 con alegría. Que vea desde el principio que con nosotros no va a poder fácilmente!!
El famoso Calendario de los Duendes nos había propuesto (¿o debería decir retado?) disfrazarnos para la cena de nochevieja. Y oye, lo que dice el Calendario... Así que a eso de las diez de la noche empezamos a rebuscar en el arcón a ver qué disfraces aparecían...
Chus estuvo a punto de volverse loco con tanto para elegir, porque a él le servían un montón: de león, de indio, de payaso, de troglodita... ¿cuál se puso? Pues se los puso todos, pero al final se quedó con el de...
A Nel había dos modelitos que le valían de talla: el de duende, y el de indio... ¿se puede dudar cuál prefirió?
Para mí sólo tenía el de india, porque del de Calamardo... sólo me queda la careta! (los dos pares de leotardos que hacían de patas fui usándolos para una cosa y otra... por ejemplo para cinturas de pantalones!), y con careta no iba a ser nada fácil cenar... aunque probar, tuve que probármela!!
así que india sí o sí!
¡¡Es que en esta casa nos encanta hacer el indio!!
Y lo más complicado... ¿de qué podíamos disfrazar al padre de familia? Porque teníamos que disfrazarnos todos, si no no sería lo mismo... Al final se me ocurrió rescatar la peluca de payaso que hice en su día para Nel y ¡listo!
Así de elegantes y divertidos nos sentamos a la mesa...
Y con tanto disfraz, era inevitable: hasta las uvas quisieron disfrazarse!!
Pues eso, que con traje de gala o disfrazados, con una cena elaborada o hecha en veinte minutos (como la nuestra), con mucha gente o sólo los de casa, el caso es haber estrenado el 2013 con alegría. Que vea desde el principio que con nosotros no va a poder fácilmente!!
¡¡FELIZ AÑO A TODOS!!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)