Los adornos, ligeros, que el chicle azul ese de pegar tiene un límite! El espumillón es casero, con envoltorios de celofán (envolvían en sus tiempos unas frutas escarchadas muy ricas) cosidos uno tras otro y cortados flecos ¡santapacienciamaterna del año pasado! Bolitas de papel de plata, y pijaditas varias que se van guardando.
No nos atrevimos a ponerle las luces, por el peso y por la distancia al enchufe más cercano (¿os conté alguna vez que a Lía le llaman la atención los cables por encima de todas las cosas excepto mis tetas? pues eso) y era una pena no usarlas, así que... ¡derechitas a la ventana del salón! Con cuatro imperdibles estaba listo ¡y dan tanto ambiente!
¿Os cuento un secreto? El árbol de foam existe gracias a la actuación de Nel el curso pasado en el festival de navidad del cole... ¡era su disfraz!
Pero en esta casa todo se reutiliza!! ¡¡Felices fiestas a nuestra manera!!
Jajaja esta genial! Aqui ya no podemos evitar mucha cosa, llega un momento en que se sube en la silla , luego a la mesa y hay que estar alli para decirle que no.
ResponderEliminarJajaja, que bonitoooo! Si es que con peques rondando por casa tenemos que echarle imaginación... o en mi caso echarle pinterest!
ResponderEliminarjajajaja pues mira, ese mérito tengo, que yo no uso pinterest! jajajaja me resisto como gato panza arriba a caer en sus redes... ¿cuánto aguantaré? jejeje vete a saber, soy muy cabezona, lo mismo aguanto otro año más!
EliminarMe encanta tu árbol :)
ResponderEliminarJajaja. Os ha quedado genial!
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