Jajajaja no pensé yo que iba a tener tanto éxito mi entrada de
RUMS desodorizada!! Como veo que el tema despierta interés, os cuento cómo resuelvo yo otros temas de higiene...
1º El jabón. Hace unos 11 años que lo hago con el aceite usado, no compramos lavavajillas ni quitamanchas para la ropa, es una maravilla! Uso
esta receta ¡ojo! que es una receta para un jabón que limpia mucho, no cosmético, es fuertecillo para usarlo en la higiene personal. Para eso hay muuuuuchas otras recetas, algunas en el mismo blog del enlace. ¿Por qué uso esa receta y no otra de los miles que hay por ahí? pues porque me funciona, sencillamente! Antes de dar con ella, el jabón era una cosa que a veces me salía y a veces no, de vez en cuando me tocaba ponerlo al fuego para que cuajase, y alguna vez tenía que tirarlo todo a la basura. Y con esta receta nuuuuunca más pasó nada de eso. Simplemente, sale. Lo único que hago diferente es que lo meto en la thermomix y ella se ocupa de mezclar y hacer las cosas aburridas!
Este jabón, cortado en pastillas grandecitas, está en el fregadero para fregar los cacharros y para dar un toque a alguna mancha importante de la ropa.
2º El detergente. Pues con el mismo jabón que os acabo de contar,
hago lo que cuenta aquí y tengo jabón líquido para la lavadora. Lava estupendamente, es barato, y como no hace mucha espuma (los jabones de aceite de oliva nunca la hacen, a menos que les eches algo que la potencie) no hay peligro de desbordamientos burbujiles si te pasas de dosis.
Como la ropa en una casa con dos niños y un bebé no suele acabar muy limpia, le echamos una manita al jabón con un blanqueador y potenciador del lavado estupendo: una cucharada de bicarbonato, y un chorretín de vinagre. En el mismo cajetín del jabón, sin complicaciones. Y un poquitín más de vinagre en el hueco del suavizante, que le da a la ropa un toque suave sobre todo si el agua es dura. En casas donde la ropa vaya a lavar sin tanta mugre, puede lavarse incluso con el bicarbonato y vinagre, nada más. Yo lo hice así durante un tiempo, pero tenía que dar jabón a las manchas y... casi todo tenía alguna mancha, así que encontré más práctico echar jabón en la lavadora y dejarme de rastrear la ropa!
Antes de empezar a preparar este jabón líquido usaba nueces de lavado, y también me iban muy bien, pero... tenía que comprarlas, online, y el jabón lo hago yo! Sale más barato (la sosa es baratísima y rinde un montón, y el resto de ingredientes son gratis!) y no tengo que estar pendiente de pedir más antes de que se me acabe, lo hago en un periquete.
3º El Champú. Hace ya casi tres años que me lavo el pelo con bicarbonato, y estoy encantada! Sé de gente a la que le cuesta al principio, por reacción del propio cuero cabelludo al cambio, por acostumbrarse a la nueva rutina, por lo que sea, pero desde mi experiencia personal sólo puedo decir que merece la pena intentarlo! Lo que yo hago es conservar como oro en paño dos botes vacíos de champú (o de jabón de bebé, o de lo que sea, pero un tamaño manejable, no el de gel familiar de un litro!), y en ellos hago el mejunje: en uno echo un poco de bicarbonato, qué sé yo cuánto, cubrir el fondo del bote y poco más, y lo relleno de agua. Cierro y agito bien. En el otro echo un poco de vinagre de manzana (¿por qué de manzana? porque era el que tenía en casa la primera vez, y si va bien para qué cambiar!) y relleno con agua. Me mojo el pelo bien, echo del bote del bicarbonato y voy repartiéndolo por el pelo, como si enjabonara con champú sólo que no hace espuma. Me aseguro de llegar a todas las zonas, y aclaro bien con agua. Luego echo vinagre del otro bote, bien repartido por todo el pelo. Por eso mezclo el vinagre con agua, para llegar bien a todas partes sin echar mucha cantidad. Otro aclarado, y listos! Lo que haya quedado en los botes (si es que queda algo, dependerá de la cantidad y largo del pelo) se deja ahí para la próxima vez.
4º El otro champú. A veces del cole llegan a casa unas notas maravillosas que suelen hacer mucha ilusión a las mamás: esas que nos avisan de que hay visitantes... ¡¡¡piojos!!! La primera vez que nos llegó, decidí hacer un champú preventivo. No puedo dar la receta exacta porque miré aquí y allá y modifiqué y adapté ¡y hace 4 años y no me acuerdo! Pero básicamente era un jabón de aceite de oliva, con infusión de ortigas en vez de agua, y aceites esenciales de árbol del té, lemongrass, litsea cubeba y no recuerdo si algo más. Para saber cuánta sosa usar y no pifiarla, utilicé
la calculadora de Mendrulandia (si os interesa hacer jabón, tenéis que pasar por
Mendrulandia!! hay toda la información que os podáis imaginar, y ya sólo por la calculadora merece la pena!) y salió un champú en pastillas que aún nos dura y que sinceramente, no sé si funciona o no... pero piojos a casa no vinieron!
Como en aquella primera ocasión no podía usarlo todavía (los jabones deben curar durante varias semanas para que la sosa termine de reaccionar completamente y no sean agresivos para la piel) también hice una loción antipiojos, que consistía en unas gotas de aceite esencial de árbol del té en un pulverizador lleno de agua destilada. Flis-flús por las mañanas en el cogote y detrás de las orejas, y los piojos probablemente opten por otra de las cabecitas disponibles en vez de la de nuestro peque.
5º Pa los pies. A alguien en casa le cantan los pies una barbaridad, y desafinan que no veas. Da muy buen resultado, aunque hay que hacerlo a diario o casi, poner una o dos gotas de aceite esencial de árbol del té (¿os dais cuenta? ¡es la bomba! ¡¡vale para todo!!) y espolvorear con bicarbonato el pie y el interior del calzado. El a.e. de árbol del té es bactericida y fungicida, por lo que combate el olor en su origen, y el bicarbonato es una maravilla absorbiendo olores en general, por si quedaba algún rastro. Acabamos alternándolo con algún desodorante líquido para pies, porque nos resulta un poco latoso estar a diario con la gotita y el bicarbonato, pero si se tratase de un adulto que lo hiciese por su cuenta, sin duda optaría por este método!
6º En la nevera. Hay que tener un
platito, vasito, tacita o
recipientito abierto con un poco de bicarbonato. En serio, a lo mejor no te habías dado cuenta de que a tu nevera le falte nada, pero hay que tenerlo. Porque literalmente se come los olores, esos que a veces aparecen por la nevera sin saber de dónde (o sabiéndolo), esos olores a pescaducio, a rancio, a viejuno... Cuando lleva un tiempo deja de hacer efecto, sí, no es eterno, pero entonces se tira y se repone. Que el bicarbonato no es caro y merece la pena! Me creéis si os digo que compramos el bicarbonato en botes de kilo, verdad? Es que vale para muchas cosas!
¿Qué me falta? en mi opinión, el jabón de uso corporal y de manos. Sí, para eso seguimos usando gel comprado... ¿por qué? pues porque no me hago a las pastillas, me resulta muy cómodo el gel y su dosificador... y en su día no encontré la receta que me convenciera de jabón cosmético líquido, y desde hace ya demasiado tiempo no encuentro el momento para andar probando, necesito hacer cosas que sé que van a funcionar, la vida no me da para todo!! Pero bueno, sé que es la asignatura pendiente y que tarde o temprano aprobaré ese examen ¡no tengo prisa!
Pues nada, espero que a alguien le sirva de algo esta información, y sobre todo que mucha gente se vaya animando a probar estas soluciones caseras, baratas, ecológicas y eficaces ¡no os imagináis la cantidad de pasillos de los hipermercados que me parece que están de adorno, entre todo esto y la copa menstrual! jajajajaja