27/2/14

Mi camiseta preferida

Tengo la suerte de que mi camiseta preferida no es una, sino cuatro ¡por ahora! Desde que el verano pasado Mara me envió mi vestido preferido, las camisetas que más me pongo salieron de su patrón ¡nunca calcar el patrón de una prenda me había dado para tanto! (aquí y aquí están las primeras que hice). Y últimamente necesitaba reponer camisetas, que tenía varias para tirar, otras que no me resultan cómodas para dar teta, otras que me quedan fatal... así que volví a la carga con el patrón:



Esta vez corté cuatro pensando en la RUMS de esta semana, pero sólo me dio tiempo a coser dos, espero que en próximos días mi vida deje un hueco para las otras dos, que le estoy cogiendo el gusto a no tener veinte cosas a medias!





Y alguien se preguntará ¿cómo se hacen autofotos con camiseta nueva sin que el bebé de la casa reclame la presencia materna? Pues a veces es taaaaan sencillo...



¡Que se partía de risa ella sola viéndome desde abajo!




P.D.: ¿Ya visteis todo lo que hay para ver hoy en RUMS?



25/2/14

Mochileando

Desde que Yolanda lanzó su CC invitándonos a hacer una mochila Pandielleando, andaba loca detrás del momento para ponerme. Y no es que quisiera hacer una, no ¡tenía clarísimo que iba a hacer varias! El problema era que cuando creía que tenía un rato libre en seguida aparecía algo más urgente, y no había manera de ponerme. Al final un fin de semana tuvo compasión de mí y encontré un momento...



Primero pensé que me costaría elegir las telas, luego decidí facilitar las cosas usando sólo restos pequeños, sin elegir mucho, y al final me costó un montón encajar los restos de telas unos con otros sin recurrir a telas de las que tenía más cantidad. Que me complico la vida yo sola, vaya.



Todas las mochilas son el tamaño infantil normal, pero un poco más estrechas. No es que me pareciera mal la medida "oficial", pero no me llegaba el largo de las cremalleras: tenía un montón de cremalleras de distintos colores, me gusta tener surtido para poder coser sin preocuparme de comprar, peeeeeeero mis existencias eran de 30 cm ¡hasta ahora esa era la medida con la que siempre tenía de sobra! En fin, nada grave, un par de centímetros menos y todos tan contentos, lo único que la próxima vez que compre cremalleras no sabré de qué medida cogerlas... estaba yo tan convencida de que 30 cm siempre eran suficientes...




Estaba muy decidida a ponerles un colgante en el tirador de la cremallera, y algún adorno en la cinta para el llavero: hice un par de minipelotas



una estrella...



y una fresa



y para la mochila llena de gatos... un ratón, que se alimenten los animalicos! jajajaja pobre ratón...



Y ya está, ya no hice más mochilas ni más colgantes para mochilas, porque me pareció que ya estaba bien, no?



17/2/14

Otro bebé ¡cuántas alegrías!

Últimamente es un no parar, otra amiga acaba de tener un bebé. Ella como yo: dos niños en casa, y de pronto llega la niña para volverlo todo del revés y cambiarnos el chip ¡siempre es divertido, estimulante, el cambio!

Para celebrar la feminidad, decidí optar por un vestido para la chiquitina ¡de pantalones ya tienen experiencia! Y como me encantó el que cosí para mi peque, y el de la otra peque de la familia, repetí con un pinafore:



Esta vez no pudo ser reversible... era la intención, pero la tela interior tuvo que ir con una costura en el medio. Que este patrón, con eso de ser de una pieza, lleva su buen trozo de tela aunque el vestido sea pequeño!

Sigo pasando lista a las puntadas decorativas ¿cómo pueden gustarme tanto?



Supongo que poco a poco irá pareciéndome menos raro esto de los vestidos, pero por ahora sigo sintiéndome de lo más marciana al manejar estas cosas femeninas, sean para casa o para fuera. La mente sigue en modo niños ¡¡si supierais la de veces que llamo a Lía "piquiñín"!!







14/2/14

Las buenas viejas costumbres

Ésas que no deberíamos perder... aunque a veces estemos a punto. Como por ejemplo la costumbre de recibir a los nuevos miembros de la familia con un regalo. Pues aunque sea con unos cuantos meses de retraso, ahí va mi bienvenida para una peque que se unió al clan el verano pasado. Sé de buena tinta que no anda precisamente escasa de ropa, de hecho Lía usa mucho las cosas que se le van quedando pequeñas ¡pero no se me ocurrió nada que me apeteciese tanto hacerle como un vestido!

Tuve que buscar una prenda más grande para dibujar el patrón del pinafore (según el tutorial de Naii), y éste es el resultado:



Y es... ¿adivináis? ¡reversible, claro! jajajaja es que no lo puedo evitar ¡¡es más fuerte que yo!!

Fue divertido coser los botones por las dos caras a la vez ¡sobre todo intentar hacerlo a máquina! No lo conseguí, la aguja nunca acertaba con los dos agujeros a la vez, así que fueron a mano, pero fue entretenido intentarlo



Y otra puntada probada, esta la escogí por su reversibilidad, que muchas de las chulas por el revés quedan feas y no era plan ¡tengo tantas ganas de probarlas todas! Jajajajaja soy Alba y soy adicta a las puntadas nuevas!

Ahora ya es oficial: bienvenida a la familia, Diana!!




13/2/14

Cuentas pendientes

¡¡Otra vez jueves!! ¡qué bien! Desde que existe RUMS, los jueves tienen otra gracia... y el de esta semana más, que es medio viernes! (por estas tierras mañana no hay clase, así que empezamos finde).

Esta vez mi participación es la secuela de una vieja historia ¿eso se vale? Bueno, tal vez más que una secuela sea una manera de saldar viejas cuentas pendientes... no sé, pero aquí va. La primera parte os la había enseñado aquí, hace nada más y nada menos que medio año ¡medio año! ¡¡qué vergüenza!! El otro día revolviendo cosas pendientes encontré el proyecto de bolso de retales, tan bien dobladín que no ocupaba nada y no se veía... ¡mal! ¡mal, mal, mal! ¡las cosas a medias no se doblan curiosinas, se dejan atravesadas por medio para acabarlas pronto!

El ataque de vergüenza al ver que aquello llevaba seis meses allí abandonado fue tal, que me puse inmediatamente a hacerle el forro. No recordaba mucho ni poco las intenciones que tenía en su día para este bolso, así que hice lo que se me ocurrió en el momento:



Puse un bolsillo con cremallera, con la cremallera inclinada porque probé a meter la mano y busqué la posición que me resultaba más cómoda para maniobrar sin soltar a Lía con el otro brazo (hay que ser prácticos en esta vida), y otro bolsillo con una cinta para el llavero y una separación para un boli (que en la foto no se nota, pero de verdad que la hice).

Y luego le puse una correa, y una solapa para cerrarlo porque no me apetecía cremallera y algún cierre tenía que poner, que si no se escapa todo en cuanto te meneas un poco



 Y tan feliz, eh, que si llego a terminarlo en agosto no hubiera tenido esas puntadas chulis para ponerle... llamadme adicta, lo acepto!



Y con esto no sólo terminé algo que llevaba medio año a medias, sino que terminé todas las cosas a medias que tenía atravesadas por la vida por la meeeeesa, por la mesa de coser!

Ya sabéis, como cada jueves, más cosas para inspirarse en RUMS






11/2/14

El otro puerperio

El puerperio es un periodo de duración indeterminada que empieza cuando tienes un hijo y termina... bueno, tarde o temprano termina, eso seguro!! Se caracteriza por un cansancio traidor que te asalta cuando menos te lo esperas dejándote K.O. en cuestión de segundos y que alterna con despliegues de energía impropios de un ser humano al límite de su resistencia, una empanada mental nivel apocalipsis que puedes más o menos llevar con dignidad achacándola a las hormonas, y cambios de humor tan divertidos como desesperantes, depende del momento y la comprensión de los presentes.

Empiezo aclarando esto porque aunque parezca mentira hay quien no sabe lo que es el puerperio, incluso hay quien pasa su primer puerperio sin enterarse de que toda esa locura tiene un nombre (y no miro a nadie... ¡porque no tengo un espejo a mano!). Es una época de cambios, algunos tan evidentes que se le ocurren a cualquiera, como ese pequeño ser indefenso que aparece en casa para quedarse, otros bastante más sutiles, y algunos de esos cambios son bien puñeteros de asimilar: que si ya no duermes una mierda que valga, que si te interrumpen todas las comidas todos los días para cambiar un pañal cagado, que si necesitas tres cuartos de hora para salir de casa y aún así se te olvida llevar una muda de recambio y justo entonces hay un desbordamiento de pañal...

imagen vía


Pero yo quiero hablar de las cosas buenas del puerperio, que las tiene y muchas. Y no me refiero a la alegría de un nuevo hijo, no, sino a ciertas pequeñeces que tienden a pasar desapercibidas en medio de tantas emociones. Veamos...

* Vuelves a poder tumbarte boca abajo, que no es que sea una cuestión de vida o muerte, pero tiene su punto. Ni un culín de sidra, ni un bocata de jamón, ni saltar en parapente, lo que más echaba de menos durante los últimos meses de embarazo ¡era tumbarme boca abajo un rato!

* Un buen día te miras los pies al ponerte los calcetines (¡eh, mira, otra alegría! ¡te ves los pies!) y descubres que vuelves a tener tobillos. Es una alegría difícil de entender para quien no haya pasado por la fase sin tobillos al final del embarazo, yo personalmente envidio a las preñadas que no sufren la pérdida de tobillos tanto como las compadezco por perderse el reencuentro un tiempo después. El día que me vi los tobillos, ahí, donde siempre habían estado, sanos y salvos por fin, me apeteció bailar de alegría. Y bailé, para qué negarlo, entre el retrete y la mampara de la ducha, con los calcetines sin poner. Felicidad en estado puro.

* Descubres que puedes tener una teta el doble de grande que la otra, y al cabo de unas horas hasta pueden cambiar los papeles. No es que suponga una alegría, pero es divertido. También acabas descubriendo que puedes evitar la asimetría engañando un poco al bebé y poniéndolo en la teta que te interesa rebajar, que hay que reconocer que ciertos escotes quedan fatal con un melón y una mandarina. Te sientes un poco dios, modelando la carne.

* Vestirse cada día ya no es una rutina, sino una sorpresa tras otra: camiseta que no sirve porque no cabe la pechonalidad, pantalón que no sirve porque se cae, otra camiseta que no sirve porque no sale la teta, calcetines estirajados de la época sin tobillos, pantalón que vuelve a servir después de no quieras pensar cuántos años... Puede haber quien considere esto un coñazo, o quien lo solucione plantándose en una tienda y renovando armario y listo, pero a mí me hace gracia esto de las sorpresas por la mañana, y como no me importa demasiado andar con ropa desparejada, o que me queda grande, o vieja revieja, pues lo paso bien.

*El día que dejas de sangrar te sientes como si hubieras ganado un oro olímpico. Vete a saber por qué, si no tiene mérito ninguno, pero ¡qué subidón! Y como de pronto ya no necesitas cambiar compresas, te encuentras con un descenso del nivel de estrés que sabe a gloria bendita. Debe de ser el caos hormonal el que hace que semejante tontería parezca tan maravillosa.

* Se acabó el racionamiento de líquidos al final del día. No más miedo a levantarse quince veces a mear a lo largo de la noche. Nada de eso. Ahora de hecho puedes estar bebiendo agua como un cosaco (bueno, como un cosaco abstemio, cosa harto rara, pero ya me entendéis!) y ni te acuerdas del retrete en horas ¡bendita lactancia! Ya no te planteas la posibilidad de esconder una bacinilla debajo de la cama para evitar el desplazamiento al baño, sino que dejas en la mesilla una botella de agua para aplacar la sed nocturna. Y la bebes. Y la rellenas y la vuelves a beber. ¡Y sigues sin mear!

¿Y sabéis qué? que hasta el cansancio tiene su parte buena, y es que te hace ver la realidad un pelín difuminada... sin mucho detalle... y los detalles buenos te los imaginas... y los malos haces como que no existen y tan feliz!!



10/2/14

Trapitos

La peque de la casa crece deprisa, como todos los peques de todas las casas... La cosa es que la primera tanda de ropa ya no le sirve! Y ordenando la ropa de la talla siguiente me encontré con una escasez importante de partes de arriba: muchos pantalones, leotardos, etc, pero poquísimos jerseys. Y me puse a hacer alguno ¿o pensabais que iría de compras?



Con lo que tenía en casa, es decir, de sudadera de invierno de La Pantigana Shop, con esos colores tan chulísimos, y experimentando con el prensatelas de bordado libre ¡es un vicio! Y para rematar los cuellos, foe de colorines de Hilos y más ¡otro vicio!



Por lo menos podemos ir vistiéndola para estos fríos... ¡a ver lo que le duran! El patrón es otra vez el "regenbogenbody" de Schnabelinas, acortado para que no sea body y algo más ancho para poder vestirla fácilmente ¡que eso de pasar brazos por mangas tiene su intríngulis!



Y sigo enredando con todas esas puntadas chulas que antes no tenía... ¡esta en concreto me tiene enamorada perdida! 




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