¡¡Retales fuera!!

La propuesta de Mi rincón de mariposas para dar su oportunidad a esos recortes de tela que guardamos tontamente pese a no confiar en que sirvan para nada me venía al pelo: de eso tenía un montón! Así que en un momento dado me armé de paciencia... no para coser los retales, no: ¡para reunirlos! Unos en una caja de recortes de tela, otros con trozos más grandes de la misma tela, allí agazapados intentando disimular su canijez, y otros directamente mezclados con cualquier tela por los cajones. Me llevó su tiempo recopilar unos cuantos, y estoy segura de que hay más ¡ya aparecerán!

Ya había hecho esto antes aquí y aquí, y me acordaba bastante bien de los efectos secundarios: un barullo impresionante encima de la mesa, hilos por doquier... pero me había gustado la experiencia, así que no dudé en volver a hacerlo. La parte de coser unas piezas a otras no se me hace pesada, me gusta coser sin pensar, o directamente pensando en otra cosa. Ni siquiera me molesté en elegir tela por color o tacto, directamente a lo loco iba juntando el que me caía en la mano ¡a lo loco se vive mejor!

Lo más conflictivo fue decidir qué hacer con mi collage de retales... pensaba en algo sencillo, una bolsita de tela o un neceser, sin complicaciones, pero cuando tuve el mosaico listo ocurrió: de repente vi un bolso. Y un bolso hermosote de tamaño, además. Sin pensar mucho lo corté, corté otra pieza para un bolsillo y busqué con qué combinarlo. Es este:

Problema: para un bolso de retales hace falta un forro, y siendo así de amplio quería pensar bien la distribución interna para que me resulte práctico, así que... habrá que dedicarle un poco de tiempo al tema!

Por ahora está así, tengo la correa decidida, una tela en mente para el forro, y voy dibujando las ideas que surgen para el interior: bolsillos de cremallera, separadores, bolsillos abiertos... cualquier día de éstos me decido y os enseño el resultado ¡palabra!