Un mei tai grandote fue de las primeras cosas que cosí cuando decidí aprender a coser. En parte porque no me pareció una costura difícil, y en parte porque teníamos en mente un par de ocasiones en las que nos iba a hacer falta llevar a Chus de alguna manera cuando no pudiera andar más. Tenía él casi 3 años y hacía muuuuucho tiempo que no lo porteaba, pero hay situaciones en las que no se le puede pedir a un niño de 3 años que siga andando! No me apetecía nada cargar todo el día con metros y metros de fular para al final usarlo sólo un rato, así que el mei tai parecía la mejor opción.
Sabía que no iba a darle demasiado uso, así que no me maté eligiendo la tela: una de la que tenía un buen montón, y arreando. Desde entonces, cada vez que lo miro me arrepiento de haber usado esta tela. Mira que quedó feo!!
Pero el tema es que ahora echaba de menos el mei tai para llevar a Lía este verano: da muchíiiiiiisimo menos calor que el fular, y a mí los nudos y telas me gustan mucho más que la mochila. Lo busqué, y lo probamos. Ni de coña. Enorme. En vez de cubrirla de rodilla a rodilla, le llegaba casi de talón a talón y la pobre cría alli espatarrada. Por no hablar de la cabeza, que quedaba oculta completamente debajo de toda aquella tela. Así que inmediatamente supe que cosería un nuevo mei tai.
Y ahí entró en juego mi tendencia natural a complicarme la vida tontamente, y me encapriché en hacer un mei tai del tamaño que necesitamos ahora, pero que llegase a ser tan grande como el que ya tenía. Nunca deja una de sorprenderse con lo que se complica a veces!
Al final lo hice, puse una cremallera para reducir la altura de la tela... bueno, dos cremalleras, porque se reduce en tres tramos ¡que había mucho que reducir! De izquierda a derecha y de arriba a abajo: abierto del todo, reducido 6 cm de alto, reducido 12 cm de alto, reducido 18 cm de alto.
Y unos cuantos snaps estratégicamente situados para reducir el ancho en la entrepierna del bebé. ¡Qué lata me dio llegar a esta conclusión! Probé un montón de maneras de reducir este ancho, pero la diferencia de tamaño era tan grande que todos los apaños sencillos dejaban un gurruño de tela incomodísimo... y que además quitaba estabilidad. De esta manera el gurruño no es tal, sólo un par de pliegues, y el anudado queda tan firme como tiene que quedar. Misión cumplida.
¡Quién me iba a decir a mí cuando casi no me atrevía a coser el primero que un día haría un mei tai multitalla!
Que currado! Yo le hice uno a Unax, cuando tenía 5 o 6 meses... pero sencillito, como el tuyo primero. Pero este es una pasada! Y las telas muy chulas!
ResponderEliminarPedazo mei tai!!!!vaya curro , está genial .
ResponderEliminarEl mei tai fue la primera costura que hice. Y estoy muy orgullosa de ella. Quedó pendiente hacerle un reductor, pero yo lo había pensado con unas trabillas y botones. Al final nunca lo hice, pero me sirvió igual.
ResponderEliminarGenial!!!
ResponderEliminarqué chulo!!! me encanta! es que me dan ganas de coserme uno... aunque sea para los gatos! jajajaja!!!
ResponderEliminar¡yo quiero ser gato en tu casa! jajaja
EliminarPero que apañada que eres!!!
ResponderEliminarBesos.