20/4/13

Espaguetis a la mudanza

El otro día leía en el blog Una más del batallón una receta de tallarines con salmón y philadelphia un tanto modificada, y por alguna extraña razón me recordó una receta que preparé una vez... hace ya 11 años de nada...

Yo aún vivía en casa de mis padres y acabábamos de mudarnos, la última mudanza de una laaaaarga lista. El primer día en el nuevo hogar, si es que a aquel batiburrillo de cajas y cosas amontonadas por todas las esquinas ya se le podía llamar hogar, me tocó preparar la comida para mis hermanos y para mí, mientras mis padres iban no recuerdo dónde a resolver no recuerdo qué. Hacía muy poco yo había leído "Los pájaros de Bangkok", uno de los libros del detective Carvalho, de Manuel Vázquez Montalbán,  y me había quedado con la copla de una de sus innumerables recetas: los spaghetti a la annalisa. Y pensé que sería buen menú para un día como aquel.

Imagen vía


Entonces empezó la comedia: en la cocina podía fácilmente encontrar la nevera, por aquello del tamaño, y más o menos pude despejar la encimera vitrocerámica. Dar con una pota me costó algo más de trabajo. Pero cuando empecé a buscar ingredientes... jajajaja, qué valiente yo, necesitaba nata líquida, mantequilla, cebolla, salmón ahumado y basilico. Y espaguetis, claro! Pero no había mantequilla, y si había no la encontré, así que usé aceite de oliva. No conseguí localizar las cebollas y puse a dorar un poco de ajo. Sustituí la nata por leche, qué remedio me quedó, y ya contaba con poner orégano en lugar de basilico, que no había tenido en casa en la vida. Pero lo mejor de todo fue cuando me di cuenta de que faltaba lo más importante: el salmón ahumado... ¡¡y hasta los espaguetis!!

Pues eso, que al final planté en la mesa del comedor (esa sí que la teníamos localizada y libre de trastos) una fuente de macarrones con una salsa improvisada de aceite, ajo, leche y jamón york. Cuando mi hermano preguntó qué había para comer me dio la risa y empecé a decir "espaguetis a la..." y claro, no pude seguir, ni tenían nada de annalisa ni siquiera eran espaguetis. Y dije "espaguetis a la mudanza", y me escacharré de risa yo sola un rato. Y oye, bien ricos que estaban, después de todo...

Para preparar unos Spaghetti a la annalisa convencionales, al estilo Pepe Carvalho, se hace así:
Se cuecen los espaguetis, lógicamente, en agua con sal. En una sartén se rehoga la cebolla picada en un poco de mantequilla, hasta que quede traslúcida. Entonces se pasa el contenido de la sartén a un bol.
La nata, bien fría, se bate hasta que espese y se va añadiendo despacio a la mantequilla y la cebolla.
Se pica menudo el salmón y se mezcla con la salsa, añadiendo al final el basilico picado.

Para unos Espaguetis a la mudanza genuinos... se van cogiendo los ingredientes que haya más a mano y se hace con ellos lo que buenamente se pueda hasta que tenga pinta de comida. Importantísimo que ninguno de los ingredientes de la receta original se mantenga en la versión final ¡¡es el espíritu de la mudanza!!




8 comentarios:

  1. jajaja me encantan tus historias!!!

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  2. jajajaja tronchante. Ya además estarían ricos :D

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  3. Qué ricos!!! Yo he hecho algunos parecidos en más de una oportunidad!! jajaja. Me encanta la historia, he disfrutado mucho leyéndola, con la referencia literaria, e imaginándome la situación...qué placer leerte ;)

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  4. Jajajaja ni uno solito de los ingredientes, pero que bien resolviste!

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  5. jajaja! Qué historia tan divertida y cómo me suena eso de las múltiples mudanzas.

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  6. No me acordaba yo de este momento. De lo que sí me acuerdo es de la patata que apareció en la caja de los calcetines..

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