... tenía, porque ya era heredado de su tío y la verdad es que se le notaba. Tenía los puños que no les cabía otro agujero. Pero era de ese género aterciopelado taaaaan suave... daba pena tirarlo, en serio. Y entonces "alguien" me iluminó para convertir un pantalón de pijama en un pijama entero. Más pequeño, claro... bastante más pequeño. ¡Gracias por la idea, Naii!!
Los puños y la tira donde van los snaps son de tela de puño de La Pantigana, una muy muy floja y suave. Tan floja que en la tira de snaps le metí una cinta de algodón gruesa para reforzar...
Y ahora tengo un jersey de pijama esperando ver qué ocurre con él, y un hijo encantado de la vida de ver que su pijama raído sigue vivito y coleando y que va a ser para el bebé... ¡si es que es un amor! Veo pijamas diminutos en cada trapo que miro, pero... a ver si nos ponemos en plan, que Nel también va a necesitar algo de ropa en otoño...
Que bonito te ha quedado, cuanta imaginación y que buenas manos.
ResponderEliminarEse pijama va a tener más vidas que la "BH" que tuve yo de crio.
ResponderEliminarQué bonito!
ResponderEliminarualaaaa qué buen reciclaje!
ResponderEliminargenial, a seguir reciclando seguro que encuentras más!
ResponderEliminarQué chulo!
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