El otro día estando en el río me fijé en que a veces los peques, intentando ver los peces en el agua, pasaban la mano por la superficie como queriendo apartar las olas que les impedían ver claro. Y me acordé de este invento tan simple, llegado directamente de mis recuerdos añejos para ayudar a esos dos pescadores. Así que en un momento tonto en casa hicimos nuestro cubo de visión submarina, que ya sólo por el nombre hace una ilusión que pa qué os voy a contar...
La cosa es tan complicada como quitarle el culo a un cubo de plástico, garrafa, o el recipiente que tengamos a mano. El nuestro era transparente, pero da exactamente igual: el culo tenía letras grabadas y había que quitarlo igual, y la transparencia de las paredes es lo de menos. Yo corté con cutter, ayudándome con una regla metálica para no torcerme mucho
Colocamos un plástico transparente (del de forrar libros en nuestro caso) tapando la abertura, y lo sujetamos a base de bien con cinta aislante. Cuanto más estiradín quede, mejor. Y ¡listo! metiendo el fondo de nuestro cubo en el agua podemos ver lo que hay por allí debajo sin que las ondas de la superficie nos molesten lo más mínimo.
¡¡Qué ganas tenían de ir a probarlo!! Y la ocasión surgió pronto, con una expedición científica que ya os contaré...
No lo conocia!!! Este lo pruebo fijo y a ver ls peces del pueblo!!!
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