2/10/12

Renovarse o morir

Hace un tiempo me dio por el encaje de bolillos (soy el prototipo de "aprendiz de todo, maestro de nada") y la verdad es que me encantaba hacerlo, me resultaba muy estimulante diseñar motivos, dibujar tramas, cuadrarlo todo, y luego al bolillear desconectaba del mundo. Como requiere bastante concentración, no te deja seguir dando vueltas a lo que tienes en la cabeza... bueno, hasta que llegó la época en que lo hacía con Nel pequeñajo como público. Pero esa es otra historia.

Dejé de hacerlo porque había un problema: no me gustan las puntillitas, no me van en absoluto. Y a bolillos no es que se puedan hacer muchas más cosas... Total, que hacía y hacía y guardaba y guardaba... y para amontonar en un cajón sale algo caro el hilo, la verdad!


este era el glamuroso lugar donde guardaba mis encajes...


Entonces un buen día decidí que ya bastaba, que algo había que hacer con lo que ya estaba hecho, y consulté con una corte de asesoras estupendas. Les enseñé lo que tenía:

A la izquierda, puntilla y entredós que inicialmente iban a ser para unas cortinas para regalar. A la derecha, aplicaciones para un mantel que no quería que fuese blanco ¡demasiada elegancia!




Después de muchas sugerencias de todo tipo, porque el equipo de asesoras es de alto standing, no os vayáis a pensar, las opciones ganadoras fueron:

* Para el mantel, tengo que buscar una tela en un color liso y desteñirla con lejía, al estilo de esas camisetas concéntricas que todo el mundo hizo en algún campamento. Primero hablamos de teñir una tela blanca en colores, pero fijo fijísimo que luego el tinte se esparcía por los apliques, y no era plan. La segunda parte del proceso consiste en colocar los apliques de forma poco convencional, o mejor aún un poco chocante, para terminar de quitarle ñoñez que es de lo que se trata.

* Las puntillas  y entredoses son firmes candidatos a terminar colgados de una falda, previamente teñidos de color, porque ya sabemos todos que el blanco se mancha mucho y yo no soy precisamente de andar con cuidadín por la vida. Seguramente sobrará mucho, porque cada tira mide más de un metro y yo misma mido metro y medio, con lo que mis faldas no tienen sitio para mucha historia, así que seguiré investigando en qué usar el resto. Por lo menos ya tengo un camino que seguir!

¿Que por qué cuento todo esto ahora, antes de haber hecho nada? Pues porque tengo que buscar la manera de que la próxima vez que vaya de tiendas no se me olvide comprar la tela de color liso ni los tintes textiles... y por si acaso voy a probar escribiéndolo aquí, que nunca se sabe lo que va a funcionar!! Pero vaya, que cuando consiga hacer algo de toda esa puntilla yo lo cuento... ¡palabra!




10 comentarios:

  1. Me gustan las ideas de tu grupo de asesoras! Estoy deseando ver qué sale!

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  2. deseando ver cómo avanza el tema :D qué paciencia para todos esos bolillos no?

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  3. ya pensé que nos enseñarías el resultado! a ver a ver cuando te pongas con eso

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  4. Ánimo! Es una buena manera de no dejarlo en el olvido, te lo recordaremos!

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  5. Con esas ideas "locas" te veo en el desfile de la próxima mostra do encaixe de Camariñas. Reinventando los encajes de bolillos, si señor!!!

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    1. Oye, si me invitan a Camariñas yo voy... sentido del ridículo me va quedando más bien poco!!

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  6. Ay compañera,como me identifico contigo!! Mi padre siempre me decia "siete oficios" porque me embarco en todo. Deseando ver resultados.Puedes utulizar colorantes naturales que no destinen,como el te,remolacha....
    Besos

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  7. Qué ganas de ver en qué se convierten!

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