Mira que yo siempre fui de no correr salvo caso de necesidad... que no me gusta nada correr, que no. Aquellas tandas en el instituto de dar vueltas al patio durante qué sé yo cuántos minutos... a mí se me hacían eternas... qué aburrimiento, madre mía, tanto correr para no llegar a ninguna parte... Yo defendía mi teoría: se corre cuando te persigue alguien con aviesas intenciones, cuando persigues tú, o si vas a perder un tren. Y pocas más ocasiones se me ocurrían dignas de darse un sofocón.
Y mira tú por donde, ahora es raro el día que no me pego un par de carreras locas. Sin que me persigan (al menos no con aviesas intenciones), sin perseguir a nadie, sin perder un tren, sin motivo justificado. Bueno, a menos que dos niños incansables cuenten como motivo justificado. Casi a diario bajamos corriendo como posesos hasta el colegio. No es que vayamos tarde, es que a mis hijos les gusta ponerme a prueba física y psicológicamente, y qué mejor manera que hacerme correr nada más comer -o desayunar- y además hacerlo cuesta abajo por una buena pendiente, para que no pueda evitar imaginarme sus dientes incrustándose en los adoquines del suelo...
No es que me haga una ilusión tremenda el tema, no, de hecho cuando voy a buscarlos ya bajo yo tranquilamente, como si fuera una persona normal, de verdad, pero he de confesar que empiezo a verle la gracia... es nuestra forma de ir al cole, a tumba abierta y dando voces varias (hay días de cantar, días de hacer la sirena de los bomberos, días de risas locas, días de hacer el tren, días de vocear sin más... ). Y ahora resulta que ya tenemos un dorsal para nuestra carrera diaria. Y un dorsal solidario, además.
Se trata del Proyecto Corre de la fundación Uno entre cien mil, que nos anima a convertir nuestras carreras cotidianas en carreras contra la leucemia. En su página está toda la información. Les expliqué un poco de qué va el tema y a mis muchachos les hace ilusión el dorsal, tanta que ahora me temo que me harán correr aún más... ¡siempre me sale el tiro por la culata con ellos!
cómo molas!!! Muchísimas gracias. Si alguien ve por Murcia un 115 con la lengua fuera tirando de dos niños cargados con raqueta y muñequera, que salude, que soy yo camino de la extraescolar!
ResponderEliminarQue bien!!! Voy a mirarlo con calma, que yo también me he vuelto de correr, por webs :-S
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