Recicla, reciclando...

1. necesitamos ropa de primavera para Lía.
2. no me queda apenas camiseta estampada, tendría que comprar.
3. no me apetece gastar en telas. Bueno, sí me apetece, qué demonios, pero sé que no debería.
4. revisión de ropa para reciclar.
5. ¡¡¡ropa para Lía gratis!!!

Esa fue más o menos la secuencia de acontecimientos, y con grandísima alegría descubrí que cada una de mis camisetas premamá (premamá de antes de ser mamá, quiero decir, no de embarazada sino de antes, cuando no necesitaba que la teta saliera por el escote ni nada por el estilo) daba para una camiseta y un pantalón para la pitufa. Aquí el despiece:

Pues hala, a descoser, cortar, y volver a coser se ha dicho! Pero antes... bah, venga, un poco de alegría! Creo que perdí el sentido con el asunto de estampar, pero que me quiten lo bailao, que lo pasé pipa. Y después, coser, coser, coserrrrrr...

El patrón de los pantalones está dibujado a lo bruto sobre unos que empezaban a quedarle pequeños. Arriesgando, hasta probárselos no supe si había aumentado suficiente, pero tampoco podía aumentar más, que las mangas no eran infinitas! De hecho varios pantalones llevan piezas añadidas en la entrepierna para poder completarlos ¡el reciclaje es así!

Tenemos dos pantalones de campana, porque yo tenia dos camisetas con las mangas muy anchas y... bueno, todo es probar, si luego vemos que no nos gustan siempre habrá tiempo para ponerles puño!

No todos los pantalones salieron de camisetas mías, no, algunos son fruto de las mangas acortadas de algunas camisetas paternas. Que el hombre nunca usa camisetas de manga larga, pero por una cosa o por otra tenía varias en el cajón y un día se las arreglé... y guardé las mangas, claro!! Mira tú qué bien me vino Diógenes esta vez...

¡¡todo esto eran mangas!!

Y bueno, había que probárselos, no? pues ahí va la prueba:

Que no es por nada, pero da la sensación de que le gustan... Otro día os enseño las camisetas, vale?