Ayer tuvimos el primer día que parecía otoño de verdad: viento, nubes, de pronto un sol radiante, de repente llovía unos minutos, más nubes, más viento... Ya sabíamos que había llegado el otoño, pero ayer se notaba por fin por todas partes.
Llevamos unos días recogiendo bellotas y hojas secas de camino al cole, un entrenamiento para cuando llegue el momento de coger castañas... ¡hay que acostumbrar el cuerpo a agacharse! ¡¡sobre todo yo!! jajajaja
A Chus concretamente le llaman la atención las bellotas, le encanta recoger unas cuantas, quitarles "el gorro" y ver de qué color están por esa zona. Incluso consiguió cascar una y probar el fruto... que no le gustó nada de nada, pobre!
La idea definitiva fue recoger hojas verdes para hacerles la cama a las bellotas...
Con su almohada de acículas y todo, que no se diga que en esta casa viven mal las bellotas!
Me encanta esa facilidad para pasar de la simple observación a la fantasía más delirante, ahora las bellotas son bebés de árbol que necesitan descansar... me lo comería!
Cada año por esta época tengo la misma sensación... ¡¡me encanta el otoño!!
Qué gracioso!
ResponderEliminarPor aquí también nos encanta el Otoño y también estamos recogiendo frutos, hojas y palitos
A mi también me encanta el otoño, sales al monte y hay tanto que ver y tanto donde meter la mano... Por aquí estábamos hoy a vueltas con las castañas, que esas están buenas, no como las bellotas, y nos hacen de muñecos también... Bellotas, aun aparecieron algunas del año pasado en un bolsillo de una chaqueta que estaba en el trastero...
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