Después de unos días de ver cómo las columnas de humo enturbian el horizonte de este pequeño edén donde tengo la suerte de vivir, después de horas y más horas escuchando los motores y sirenas de los helicópteros luchando contra el fuego, después de noches de maldormir pensando en la cercanía de las llamas y en lo casi irreversible de su efecto, creo que te debo unas palabras. A ti, pirómano, insensato, indigno de ser llamado persona, ingrato con la tierra que te da la vida. A ti, orgulloso de tus heroicidades porque nadie se esmera en identificarte y darte el castigo que te ganas a pulso. A ti, que me haces sentir vergüenza de pertenecer a la misma especie.
Tengo por norma en esta vida no desear el mal a nadie. Es complicado, porque soy un simple ser humano sin mayor capacidad de decidir lo que es el bien o el mal, así que por cuestiones prácticas procuro no desear a nadie lo que no deseo para mí. Así que estos son mis buenos deseos para ti, pirómano que ennegreces el paisaje que me acompaña día a día:
* Ojalá llegue el día en que la simple visión del color negro en laderas y valles te haga volver la vista, repudiando la muerte y desolación que representa.
* Ojalá seas capaz de sentir en tus carnes el dolor y desesperación de cada criatura indefensa que murió calcinada en ese incendio que tú, tan valiente, provocaste.
* Ojalá haya momentos en tu vida en que eches de menos algún fruto de la tierra, que no estará disponible porque tú lo impediste.
* Ojalá los corrimientos de tierra debidos a la deforestación de tus quemas lleguen a cortar la carretera por la que querías transitar, regalándote así unos minutos -quizá horas- de reflexión obligada.
* Ojalá a tu mente trastornada llegue la luz de la cordura, y seas capaz de sufrir por el daño ocasionado cada día, cada noche, cada mes y cada año, hasta que el paisaje que chamuscaste vuelva a ser el que era. Si es que la vida te alcanza para ello.
* Ojalá llegues a tener la empatía suficiente para comprender el horror de quienes vieron las llamas acercarse a sus casas, a sus huertas, a su ganado. Para imaginar el miedo de quienes incluso en plena noche lucharon contra las llamas enloquecidas que lo amenazaban todo. Para compartir el horror de quien se vio obligado a trabajar en medio de aquel destrozo. Para sufrir la incertidumbre de quien esperaba en casa, de madrugada, el regreso de un padre, un hermano, un marido o un hijo que luchaba contra el fuego.
* Ojalá tengas la suerte de recuperar la sensibilidad hacia la naturaleza, hacia lo bello, hacia la vida, hacia los sentimientos ajenos.
* Ojalá te llegue la ocasión de engrandecerte como persona comprendiendo, asumiendo y afrontando las consecuencias de tu irresponsabilidad.
Ojalá...
Insisto en que no te deseo ningún mal, todo lo expresado son mis deseos de bendiciones para ti: bendiciones que te permitan volver a sentirte parte de una sociedad, de una comunidad, de la humanidad entera. Bendiciones para que recuperes el juicio del que aparentemente careces. Bendiciones que te permitan conocer el alcance del mal provocado, para así poder emprender el camino hacia la reparación.
Foto cortesía de alguien que trabajó en la extinción, y alguien que le esperó toda la noche en vela. |
Nos quitas mucho, a todos, simplemente con tu mechero. Pero más que rabia, odio o rencor, lo que me inspiras es pena. Lástima. Compasión. Porque has debido de pasar mucho para llegar a esa insensibilidad. Porque te falta algo que para la mayoría de la gente es vital. Porque no eres un ser humano completo. Ojalá puedas volver a serlo, con todas sus consecuencias.
Mientras tanto, me quedo con la sabiduría contenida en las palabras de un niño: "malditas personas que incendian el monte y estropean la naturaleza!!"
Yo también les deseo muchas cosas a los pirómanos y no todas son bendiciones, te lo aseguro.
ResponderEliminarMe ha encantado el tono de tu entrada.
No me toca de cerca y no puedo dejar de maldecirlos, asi qe mi enhorabuena porque parece qe a pesar de toda la rabia eres incapaz de desear el mal
ResponderEliminarYo me quedo con lo que yo llamo el emparedado categórico: Haz tus emparedados sólo del tamaño en que seas capaz de comértelos.
ResponderEliminarQuícir, ¿en qué cabeza cabe encender un fuego que por ti mismo no serías capaz de apagar? ¿Tanto confías en tus vecinos para que lo apaguen?
Ya no se llama piromanía, se llama autodestrucción.. (mucho más peligrosa)
Me gustó mucho tú exposición. Es una pena que la sociedad se dedique acusar y asegurar quien fue, que lo divulgue gratuitamente sin ningún género de dudas y posteriormente cuando los Agentes de investigación inician las pesquisas oportunas, nadie sabe nada, nada¡¡¡¡¡. VERGONZOSO.
ResponderEliminarBonitas palabras para un acto tan cruel con todos.
ResponderEliminarA mi me salen solo palabrotas, la verdad
Que bien escribes, que bien te explicase. Un abrazo enorme!
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ResponderEliminarLe has puesto palabras a mis sentimientos :-*
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