También tenía ganas de algo más de ropa fresca para ir a la piscina. Casi a diario me mancho... ufff, qué desastre, cuando no me siento donde no debo, Chus me da un abrazo adorable con las manos llenas de helado, o Nel me pasa las chanclas empapadas y llenas de tierra por encima, o... vaya, que al final muda de ropa diaria. Y con esto del verano, que la ropa ocupa poco, tardamos 4 o 5 días en llenar la lavadora, y la ropa no alcanza! (ya, ya sé que hay casas en las que la lavadora se pone a diario o casi... pues en la mía no, y en verano menos. No me gusta ponerla a medio llenar, y ya hay veces que la pongo porque alguien se queda sin ropa!)
Pues la combinación de retal y ganas de ropa fresca necesitó la ayuda de un catalizador: esta camiseta que me regalo mi mami y que me gustó como modelo para un vestido...
Y éste fue el resultado:
Sencillo sencillísimo, cantoso cantosísimo (qué se podía esperar de la tela hiperfloreada!) y cómodo comodísimo.
Aunque después decidí modificarlo un poco, para que mi generosa pechonalidad encontrase su espacio (al haber usado una tela no elástica, el formato de la camiseta -aunque lo había hecho más ancho- no acababa de encajar). Y como no me apetecía ni un poco meterme en líos de pinzas ni cortes, quería coser facilito y punto, pues opté por un apaño inspirado en los pantalones tuneados de la semana premamá de La Pantigana: inserté un par de piezas de tela elástica en las costuras de las sisas, que permiten que cada cosa encuentre su sitio, y de paso lo hacen más fácil de poner y quitar sin tirones (y sin cremallera, por supuesto, que si vamos a coser facilito hay que tomárselo en serio!!). Que tenía yo ganas de darle un poco al método tradicional...
No queda muy aparente en foto (y encima sin darle ni un planchadín al acabar de coser ni nada... es que... con este calor... planchar... buffff!) pero puesto queda que ni pintado. Pero me niego a otra foto borrosa de las huellas infantiles del espejo de mi armario (sí, siempre tiene huellas. No, no lo limpio a menudo porque con dedinos de Chus me gusta más -excepto en foto-. Y sí, a los veinte segundos de limpiarlo vuelve a tener huellas).
Y luego decidí ponerle un bolsillo de tela vaquera, porque un bolsillo siempre viene bien y porque la tela vaquera me gusta mucho, y abunda en mi bolsa de retales. Entre vaqueros rotos y los buenos trozos que les quito al meterles los bajos (bueno, qué pasa, somos una familia de taponcetes!!) creo que jamás me veré sin suministro.
Entre hacerlo, modificar las sisas y plantarle el bolsillo, la cosa no llegó a dos horas... así que sigue siendo una costura de verano, simple y sin pretensiones. Tan pocas pretensiones que hasta se me olvidó hacerle una foto entero después de las sisas y el bolsillo!!
me gusta mucho que sea simple, y la tela me encanta!! ahora necesitamos verlo con relleno!!
ResponderEliminarMe encanta como escribes!!!
ResponderEliminarY el vestido está genial! Ya me gustaría tener que hacer más sitio para que "cada cosa" encuentre su sitio ;-)
y sí, yo también quiero verlo con relleno, que las manchas de dedos en el espejo aquí no le importan a nadie!