¿Pintamos camisetas?

El fin de semana pasado fuimos a Oviedo a ver a los abuelos, y buscando alguna actividad interesante para aprovechar esos dos días cerca de la civilización, encontramos... bueno, no sé muy bien cómo llamarlo...
En la web de asturianinos (que nadie se la pierda si busca cosas para hacer o sitios a los que ir con niños en Asturias!!) hablaban de unas actividades de educación vial en un concesionario de coches, y como a estos enanos casi no les gustan los coches que se diga... ¡allá fuimos!

No nos quedamos todo el rato, porque Chus estaba sin siesta y se cansó pronto, así que a eso de las 6 y media nos fuimos, pero lo que vimos estuvo bien. Y tampoco teníamos cámara de fotos, así que no hay testimonio gráfico de la tarde.

Había una especie de motos, quads o no sé cómo llamarlos, porque tenían 3 ruedas y eran bastante chocantes, en los que los niños se podían montar para dar unas vueltas a un circuito, respetando -o no- los pasos de cebra, semáforos, cruces y demás. Aquí la faena era que Chus no llegaba al pedal acelerador y se mosqueó por no poder participar, así que la experiencia de Nel fue breve.

Y también había unos talleres que no sé muy bien cómo ubicar en el concepto de educación vial... bueno, el caso es que lo pasaron pipa haciendo sus propias chapas...

(¿se nota que cada uno pintó la suya a su estilo?)

 

... decorando galletas (lo siento, no hay foto ¡es que estaban ricas!)...

... y pintando camisetas! (ya decía el otro día que la camiseta de Chus no estaba sucia, sino que tenía historia!)

¡cada vez que posan juntos acaban achuchándose! ¡¡me encanta!!

Había algún papi un tanto estresado con la pulcritud y la perfección de la camiseta de sus peques, pero la verdad es que yo lo pasé muy bien viendo cómo Chus entafarraba pintura y sonreía satisfecho al ver su obra. Y es la suya, y vamos a usarla mucho porque nos gusta. Ahora tendré que buscar pintura textil para que Nel pueda terminar la suya, que como iba con bastante cuidadín no pudo acabar allí.

Y... bueno, y ahora son amarillas porque en la lavadora conocieron a una simpática toalla verde que decidió compartir su única posesión -su tinte- con el resto de la colada, pero antes eran blancas ¡ays, qué vida esta!

Por cierto... ¿alguien sabe si estas pinturas textiles necesitan algún cuidado especial para lavar y demás???? Ya se lavaron una vez y es evidente que no salió del todo bien, pero bueno, aparte de que sean amarillas me gustaría conservar la pintura el mayor tiempo posible!