Ni una herida ni arañazo, curiosamente... Y esto recién bañado, poco antes había verde, rosa, azul, amarillo... todos los colores de una caja de tizas allí esparcidos. La sombra oscura debajo de las rodillas me temo que ya es para siempre, el jabón no le hace efecto ninguno.
Y él encantadísimo de la vida...
... supongo que esta es la pinta que tienen las piernas de un niño feliz, no?
Jajaja yo también tengo esa banda oscura debajo de las rodillas...y sí, infancia feliz!
ResponderEliminarY yo, y yo... ¡por eso sé que es para siempre!
EliminarYa no son solo mis hermanos los que tienen las piernas así, y se los hacen y no se dan ni cuenta
ResponderEliminarAins menos mal que publicas esto Alba!!! Jajajajaja, estaba ayer cambiando a los niños y las piernas llenitas de moraos, mi Flaquito uno en el brazo que da miedo, en la frente, en la espinilla, en el pie,...mi Gordito más de lo mismo, las espinillas llenas. Y estaba pensando no se si hablar de esto de los moratones que parece un niño maltratao o que no lo vigilo suficiente, jajajaja, me daba hasta vergüenza llevarles al pediatra, en serio, todavía no he ido a la revision de los dos años y meido por eso, siempre digo a ver si se le quitan un poco estos moraos, y siempre aparecen nuevos.... Pero es que ni me entero cuando se lo hacen porque se caen todo el tiempo y la mayoría de las veces ni lloran siguen corriendo o lo que estuvieran haciendo. Que alivio ver que es normal...ya empezaba a pensar que les dejo demasiado salvajes.
ResponderEliminarPor aquí también tenemos un par de piernas como estas, jajaja!
ResponderEliminarAy, qué piernicas!!! jaja. Aqui también se van notando las marcas del campo de batalla, pero de momento, no llegamos a tanto!!! :D
ResponderEliminarAiinnnnssssss!!! pero que me vas a contar!!! de todos los colores y tamaños. Me enternece que digas lo que son las piernas de un niño feliz, y que mis niñas también sean tan felices como sus piernas muestran...
ResponderEliminarPero si ése es el retrato de mis piernas (ahora de mayor ya no tanto, jaja), y las rodillas peladas. Y también el de mis peques. Yo creo que sí, que ése es el retrato de los neños felices
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