Cada oveja con su pareja

Cuando Nel te mira con ojitos... uf, es que no hay quién se resista! Este hijo mío es de lo que no hay... cada pantalón que le hago le gusta tanto, se enamora tantísimo de la tela en cuestión, que no me deja otro remedio: tengo que hacerle la camiseta. Luego no suele ponerlo a la vez, en plan conjunto, sino cada cosa por su lado, pero la cara de felicidad cuando ve la camiseta a juego con su pantalón... ¡eso no se paga con dinero!

Así que para los pantalones de ayer, las camisetas de hoy:

¡Qué gusto cortar para hacer dos, ir cosiendo a la vez una y otra, y de pronto tener dos prendas casi al precio de una!

Vuelve a ser el patrón raglán Naii sin mangas, que decir que me encanta es decir poco!

En la roja seguí reciclando una sábana de punto de algodón que iba pequeñísima en su cama, aproveché la parte que iba fruncida con el elástico para los puños, que se quedó un poco arrugadilla y ni la plancha pudo con ella, y como no es demasiado elástica así fue más fácil adaptarla bien a la forma del cuello y las sisas. La verde es de tela de La Pantigana Shop, camiseta y puño del mismo color ¡así da gusto! Bueno, y la roja en mi mente no iba a llevar esa especie de puño abajo, peeeeeeero hubo un problema con el dobladillo original, y al descoserlo rompió la tela en varios sitios (el problema era de los gordos), así que tuve que cortar por lo sano y poner el puño para devolverle el largo que había perdido. No me disgusta el resultado, así que tan feliz.

Lo gratificante que es dejarlos contentos, no?

Por ahora Chus tiene camisetas de sobra, así que mientras se contente con secundar las reivindicaciones de Nel y no pida para sí mismo... pues así queda la cosa!