¡para todos! Fundas de gafas para todos! El otro día había hecho la mía, y tardé poco en cortar las siguientes. Una más pequeña (sin añadir márgenes al patrón) para las gafas de sol de Lía
¡Ahora hasta se deja poner las gafas de sol, con tal de llevar la funda en la mano! jajajajaja
Después a los chicos les pareció buen regalo de fin de curso para sus profes prefes, a los que este año tenemos tanto tanto taaaaaaanto que agradecer. Y fueron varias más (en la foto falta una, no sé cómo pudo pasar, pero se me olvidó una profe en la primera remesa!)
Como me di cuenta tarde de que me faltaba una profe, Nel le adjudicó la funda que había cosido para mí (esta), y así por las buenas me dejó con dos palmos de narices. Entonces, cuando los chicos vieron que estaba en racha y se animaron a pedir fundas para ellos, tenía que hacerme otra para mí. Y ahí volvió a entrar Nel a saco, que él quería la suya con MI tela, y de ahí no se apeaba, así que... paciencia! Hice la mía con una tela de piratas de lo más simpática ¿quién dijo que las cosas de mamá tienen que ser menos infantiles que las de sus hijos?
Y ahí están, las fundas de gafas de los peques, la de Lía más pequeña, y la mía. Y sí, la funda con MI tela es para Nel... ains! ¡Qué le vamos a hacer! Gajes del oficio...
Mostrando entradas con la etiqueta niños. Mostrar todas las entradas
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24/6/15
9/6/15
Esos locos bajitos
... la alegría de la casa, semillero de inquietudes, boicoteadores del sueño, enemigos del aburrimiento, repartidores incansables de mimos y sonrisas... la luz del mundo... ¡los niños!
Hace tiempo, mucho tiempo, que me bulle el tema en el cerebro. Nueve años, poco más o menos... Y de vez en cuando alguna noticia hace que se me avive la indignación. Y de vez en cuando simplemente la idea me viene sin más, sin noticias ni nada... Pues hoy tenía un rato libre, y aquí estoy, dispuesta a poner cuatro puntos sobre las íes aunque haya quien me deje de hablar (bueno, no será pa tanto, quienes opinan de esa manera no creo que dediquen su valioso tiempo a leerme!). En resumen, que creo que a cualquier lugar, evento, acto, reunión, ceremonia, celebración, duelo, presentación, despedida... en cualquier momento ESTÁ PERFECTAMENTE BIEN ACUDIR CON NIÑOS. Con uno, con dos o con diez. Aunque hagan ruido mientras todo el mundo guarda un respetuoso silencio. Aunque pidan comer mientras escuchamos una importantísima disquisición. Aunque haya que salir corriendo para llevarlos al baño y tapar así la visión de los de la fila de detrás durante dos angustiosos y fundamentales segundos. Aunque haya gente que se eche las manos a la cabeza "¿cómo se les ocurre venir con niños??"
Pues sí, señoras y señores, voy con niños a donde tenga que ir, en primer lugar porque tengo niños. Sorprendente, verdad? Son mis hijos, no son un trasto que saco de casa cuando me hace falta y dejo aparcado cuando molesta, son niños, y tienen cabida allá donde yo esté simplemente porque lo digo yo, que soy su madre.
En segundo lugar, porque forman parte de una sociedad y hay comportamientos sociales que necesitan aprender. Y no van a hacerlo montando el simulacro en casa, aprenden viviendo de primera mano diferentes situaciones. Con tres años son más ruidosos que con ocho, y con doce son perfectamente capaces de comportarse "como adultos". Aprenden paso a paso, como todo el mundo. Y no es necesario angustiarse pensando que echarán a perder ese evento tan importante: si no están a la altura de las circunstancias, nos retiraremos con ellos lo más discretamente que podamos. No va a ser el fin del mundo.
Y en tercer lugar, porque estoy hasta los mismísimos ovarios de tanta corrección política para todas las minorías que una se pueda imaginar, y tanta falta de respeto hacia el futuro de todos. Ya está dicho. Que cuando sale en la tele una aerolínea o una cadena hotelera que ofrece a sus clientes vuelos o establecimientos "libres de niños" no se me ocurre otra cosa: a ver la que se liaba si se les ocurre publicitar "vuelos sin discapacitados", "hoteles completamente libres de inmigrantes" o "comedor para menores de 70 años". Que no digo yo que esté bien discriminar a esa gente, pero lo que está fatal es que se discrimine a los niños y al presentador de las noticias le parezca tan natural que te cuenta el caso sin vomitar ni nada!
Y lo peor es que ese desprecio hacia la participación en sociedad de los niños lo contamina todo: como los niños no son bien vistos en infinidad de situaciones sociales, a los padres de esos niños les quedan dos opciones: renunciar ellos también a esas situaciones, o buscarse la vida para dejar a sus hijos con alguien mientras tanto. Y si a unos padres se les ocurre acudir con sus hijos, serán los únicos, y cualquier cosa que hagan, digan y/o muevan sus niños se notará el triple, y esos padres se sentirán fatal simplemente por tener hijos que se comportan de una forma completamente normal. Y se va acostumbrando uno a que tener hijos es un incordio, y así cada vez más familias renuncian a tener otro, y más parejas renuncian a convertirse en familia, y nos vamos convirtiendo en una sociedad vieja, triste... y sin futuro.
Que tener hijos es un trabajazo, sí, y entre pitos y flautas te sale por un pico, y duermes menos, y te preocupas más, pero todas esas cosas los mismos niños se apañan para compensarlas con creces. Lo que es un incordio es tener que vivir pendiente de no herir la sensibilidad de personas a las que los niños normales les molestan tanto. Pues por mi parte queda dicho: NADIE TIENE NINGÚN DERECHO A DECIRME QUE MIS HIJOS SOBRAN. Me importa un rábano si hiero su sensibilidad porque sinceramente los considero unos insensibles.
Vale, que hay veces que los niños llegan a molestar bastante. Que siempre se mueven, y aguantan poco rato callados, y se emocionan tantísimo con las cosas que es imposible que alguien no se dé cuenta de lo emocionante que es el mundo para ellos. Pero es que hay adultos hechos y derechos que también son molestos o directamente maleducados, y nadie generaliza en plan "uf, no vuelvo a comer a ese sitio, van unos adultos groseros e insoportables que hablan a gritos y mastican con la boca abierta". Y resulta que los que deberían tener disculpa para ser molestos de vez en cuando son los niños, que están aprendiendo los comportamientos adecuados en cada situación ¡los adultos se supone que ya los aprendieron! ¡¡y qué poco se les nota a algunos!!
Pues eso, que callo la boca si un día me encuentro con un establecimiento en el que no se admiten personas groseras o irrespetuosas, tengan la edad que tengan. ¡Pero basta ya de prejuzgar a los niños achacándoles todo lo desagradable e inoportuno! ¡¡Que llevo nueve años yendo a donde quiera que voy con uno o varios niños, y la inmensa mayoría de las veces sólo se nota que los llevo porque no son invisibles!!
Hace tiempo, mucho tiempo, que me bulle el tema en el cerebro. Nueve años, poco más o menos... Y de vez en cuando alguna noticia hace que se me avive la indignación. Y de vez en cuando simplemente la idea me viene sin más, sin noticias ni nada... Pues hoy tenía un rato libre, y aquí estoy, dispuesta a poner cuatro puntos sobre las íes aunque haya quien me deje de hablar (bueno, no será pa tanto, quienes opinan de esa manera no creo que dediquen su valioso tiempo a leerme!). En resumen, que creo que a cualquier lugar, evento, acto, reunión, ceremonia, celebración, duelo, presentación, despedida... en cualquier momento ESTÁ PERFECTAMENTE BIEN ACUDIR CON NIÑOS. Con uno, con dos o con diez. Aunque hagan ruido mientras todo el mundo guarda un respetuoso silencio. Aunque pidan comer mientras escuchamos una importantísima disquisición. Aunque haya que salir corriendo para llevarlos al baño y tapar así la visión de los de la fila de detrás durante dos angustiosos y fundamentales segundos. Aunque haya gente que se eche las manos a la cabeza "¿cómo se les ocurre venir con niños??"
Pues sí, señoras y señores, voy con niños a donde tenga que ir, en primer lugar porque tengo niños. Sorprendente, verdad? Son mis hijos, no son un trasto que saco de casa cuando me hace falta y dejo aparcado cuando molesta, son niños, y tienen cabida allá donde yo esté simplemente porque lo digo yo, que soy su madre.
En segundo lugar, porque forman parte de una sociedad y hay comportamientos sociales que necesitan aprender. Y no van a hacerlo montando el simulacro en casa, aprenden viviendo de primera mano diferentes situaciones. Con tres años son más ruidosos que con ocho, y con doce son perfectamente capaces de comportarse "como adultos". Aprenden paso a paso, como todo el mundo. Y no es necesario angustiarse pensando que echarán a perder ese evento tan importante: si no están a la altura de las circunstancias, nos retiraremos con ellos lo más discretamente que podamos. No va a ser el fin del mundo.
Y en tercer lugar, porque estoy hasta los mismísimos ovarios de tanta corrección política para todas las minorías que una se pueda imaginar, y tanta falta de respeto hacia el futuro de todos. Ya está dicho. Que cuando sale en la tele una aerolínea o una cadena hotelera que ofrece a sus clientes vuelos o establecimientos "libres de niños" no se me ocurre otra cosa: a ver la que se liaba si se les ocurre publicitar "vuelos sin discapacitados", "hoteles completamente libres de inmigrantes" o "comedor para menores de 70 años". Que no digo yo que esté bien discriminar a esa gente, pero lo que está fatal es que se discrimine a los niños y al presentador de las noticias le parezca tan natural que te cuenta el caso sin vomitar ni nada!
Y lo peor es que ese desprecio hacia la participación en sociedad de los niños lo contamina todo: como los niños no son bien vistos en infinidad de situaciones sociales, a los padres de esos niños les quedan dos opciones: renunciar ellos también a esas situaciones, o buscarse la vida para dejar a sus hijos con alguien mientras tanto. Y si a unos padres se les ocurre acudir con sus hijos, serán los únicos, y cualquier cosa que hagan, digan y/o muevan sus niños se notará el triple, y esos padres se sentirán fatal simplemente por tener hijos que se comportan de una forma completamente normal. Y se va acostumbrando uno a que tener hijos es un incordio, y así cada vez más familias renuncian a tener otro, y más parejas renuncian a convertirse en familia, y nos vamos convirtiendo en una sociedad vieja, triste... y sin futuro.
Que tener hijos es un trabajazo, sí, y entre pitos y flautas te sale por un pico, y duermes menos, y te preocupas más, pero todas esas cosas los mismos niños se apañan para compensarlas con creces. Lo que es un incordio es tener que vivir pendiente de no herir la sensibilidad de personas a las que los niños normales les molestan tanto. Pues por mi parte queda dicho: NADIE TIENE NINGÚN DERECHO A DECIRME QUE MIS HIJOS SOBRAN. Me importa un rábano si hiero su sensibilidad porque sinceramente los considero unos insensibles.
Vale, que hay veces que los niños llegan a molestar bastante. Que siempre se mueven, y aguantan poco rato callados, y se emocionan tantísimo con las cosas que es imposible que alguien no se dé cuenta de lo emocionante que es el mundo para ellos. Pero es que hay adultos hechos y derechos que también son molestos o directamente maleducados, y nadie generaliza en plan "uf, no vuelvo a comer a ese sitio, van unos adultos groseros e insoportables que hablan a gritos y mastican con la boca abierta". Y resulta que los que deberían tener disculpa para ser molestos de vez en cuando son los niños, que están aprendiendo los comportamientos adecuados en cada situación ¡los adultos se supone que ya los aprendieron! ¡¡y qué poco se les nota a algunos!!
Pues eso, que callo la boca si un día me encuentro con un establecimiento en el que no se admiten personas groseras o irrespetuosas, tengan la edad que tengan. ¡Pero basta ya de prejuzgar a los niños achacándoles todo lo desagradable e inoportuno! ¡¡Que llevo nueve años yendo a donde quiera que voy con uno o varios niños, y la inmensa mayoría de las veces sólo se nota que los llevo porque no son invisibles!!
Una madre mosqueada
14/5/15
La correa de los trastos
Después de haber dedicado dos minutos de mi vida a esta costura, sólo puedo decir ¿¿por qué demonios no lo hice antes?? Supongo que simplemente porque mi cerebro no hizo las conexiones adecuadas, lo traigo tan atareado olvidando dónde guardo las cosas importantes para que no se pierdan que no pudo ocuparse de esto:
¿Cómo? ¿que qué es? ¿pero no se ve claro? ¡es un trozo de correa con dos mosquetones en los extremos! ¡¡tampoco es tan difícil!! ahhhh ¿que para qué sirve? pues... a ver cómo lo explico... si la biología humana se dedicara a cubrir nuestras necesidades y se dejara de chorraditas del tipo vello que crece donde nadie lo necesita y muelas del juicio que salen donde no caben, probablemente nuestro cuerpo generase una cosa de estas justo tras alumbrar la placenta. Eso, o un tercer brazo auxiliar...
No sé si es una cosa universal o son sólo mis hijos, pero hay cierta edad (que se hace eterna) a la que se empeñan en sacar media casa cada vez que vamos a la calle. Una mochila, una pelota, un paraguas, una sillita con o sin muñecos, un camión, una moto... Y claro, en cuanto avanzan medio metro con todo ello a cuestas, reconocen que no son capaces de andar así y ¿a quién le toca cargar con todo? ¿eh? ¿¿a quién?? Pues a mamá, claaaaaaaroooo!! Y como me gusta tener las manos libres para impedir que mi peque se abalance sobre los coches, perros o porquerías del suelo, pues necesitaba una forma de cargar con todo sin llenar las manos.
Es sólo un trozo de correa, reciclada de no recuerdo qué, con un mosquetón cosido en cada extremo. Podría haber sido regulable en longitud, pero el trozo de correa a reciclar era bastante justo y quedó así. Los mosquetones se enganchan por donde una pilla, los trastos se van sujetando a la correa como se puede

Y luego se cuelga todo del hombro. Menos mal que todos los cachivaches pesan poco! Es un poco complicado fotografiarse con los bártulos colgados al hombro, así que os imagináis que la silla soy yo, vale?
... Y esta es mi costura egoísta de esta edición de RUMS, una mini mini costura, rápida y simple, pero que me estaba haciendo muuuuuuuuuuuuucha falta ¡a veces lo más sencillo es lo más necesario!
¿Cómo? ¿que qué es? ¿pero no se ve claro? ¡es un trozo de correa con dos mosquetones en los extremos! ¡¡tampoco es tan difícil!! ahhhh ¿que para qué sirve? pues... a ver cómo lo explico... si la biología humana se dedicara a cubrir nuestras necesidades y se dejara de chorraditas del tipo vello que crece donde nadie lo necesita y muelas del juicio que salen donde no caben, probablemente nuestro cuerpo generase una cosa de estas justo tras alumbrar la placenta. Eso, o un tercer brazo auxiliar...
No sé si es una cosa universal o son sólo mis hijos, pero hay cierta edad (que se hace eterna) a la que se empeñan en sacar media casa cada vez que vamos a la calle. Una mochila, una pelota, un paraguas, una sillita con o sin muñecos, un camión, una moto... Y claro, en cuanto avanzan medio metro con todo ello a cuestas, reconocen que no son capaces de andar así y ¿a quién le toca cargar con todo? ¿eh? ¿¿a quién?? Pues a mamá, claaaaaaaroooo!! Y como me gusta tener las manos libres para impedir que mi peque se abalance sobre los coches, perros o porquerías del suelo, pues necesitaba una forma de cargar con todo sin llenar las manos.
Es sólo un trozo de correa, reciclada de no recuerdo qué, con un mosquetón cosido en cada extremo. Podría haber sido regulable en longitud, pero el trozo de correa a reciclar era bastante justo y quedó así. Los mosquetones se enganchan por donde una pilla, los trastos se van sujetando a la correa como se puede

Y luego se cuelga todo del hombro. Menos mal que todos los cachivaches pesan poco! Es un poco complicado fotografiarse con los bártulos colgados al hombro, así que os imagináis que la silla soy yo, vale?
... Y esta es mi costura egoísta de esta edición de RUMS, una mini mini costura, rápida y simple, pero que me estaba haciendo muuuuuuuuuuuuucha falta ¡a veces lo más sencillo es lo más necesario!
1/5/15
Barquitos a la mar
Aviso a navegantes: con la entrada de hoy nadie va a reírse (o eso espero, confío en no tener mala gente en la sala!). Probablemente no resulte agradable del todo. Quizás alguno acabe llorando, como nos pasó en casa. Pero por aquí la encontramos necesaria.
Hace unos días me encontré en facebook con esto
Y me pareció el tipo de cosa que me gusta hacer con mis hijos. Así que aprovechando el tiempo libre del día festivo, les propuse hacer barcos de papel. Cogimos un periódico viejo (no perdemos de vista el respeto al medio ambiente tan fácilmente!) y empezamos. Al principio les costaba hacerlos sin pedirme ayuda, al final ya eran capaces de empezar y terminar por sí mismos. Y cuando tenían controlado el tema y la mesa estaba llena de barcos, les conté a qué venía todo...
Comprendieron, siempre comprenden cuando se les habla claramente. Hicieron alguna que otra pregunta sobre esas personas que mueren tratando de llegar a nuestro mundo ("¿no tienen casa?" "si saben que se pueden ahogar, ¿para qué van?" "¿y dónde está su familia?"). Preguntas honestas, preguntas de niños. No les dio por preguntar si tenían visado, si tenían permiso para venir, si había sitio para ellos aquí. Todo eso no entra en una mente limpia. Sí que me preguntaron si en ese mar no había barcos de rescate. Y antes de poder responder, se me escapó una lágrima.
Es un tema difícil, doloroso, inexplicable. Rugen las entrañas cuando una se imagina el ser humano detrás de cada cadáver. No encuentro un resquicio por donde colar las políticas de inmigración en el torbellino de sentimientos que esta catástrofe me desata.
Mis hijos también preguntaron para qué iba a servir enviar nuestros barcos a la concentración del martes, claro. Y les contesté como tantas veces, para qué sirven las manifestaciones, para qué sirven las protestas pacíficas, para qué sirve hablar de los asuntos molestos... sirve para darle importancia, sirve para obligar a más gente a pensar en ello, sirve para sentirnos acompañados en el desasosiego. Y a la larga, sirve para cambiar el mundo. A la historia me remito.
Hace unos días me encontré en facebook con esto
Y me pareció el tipo de cosa que me gusta hacer con mis hijos. Así que aprovechando el tiempo libre del día festivo, les propuse hacer barcos de papel. Cogimos un periódico viejo (no perdemos de vista el respeto al medio ambiente tan fácilmente!) y empezamos. Al principio les costaba hacerlos sin pedirme ayuda, al final ya eran capaces de empezar y terminar por sí mismos. Y cuando tenían controlado el tema y la mesa estaba llena de barcos, les conté a qué venía todo...
Comprendieron, siempre comprenden cuando se les habla claramente. Hicieron alguna que otra pregunta sobre esas personas que mueren tratando de llegar a nuestro mundo ("¿no tienen casa?" "si saben que se pueden ahogar, ¿para qué van?" "¿y dónde está su familia?"). Preguntas honestas, preguntas de niños. No les dio por preguntar si tenían visado, si tenían permiso para venir, si había sitio para ellos aquí. Todo eso no entra en una mente limpia. Sí que me preguntaron si en ese mar no había barcos de rescate. Y antes de poder responder, se me escapó una lágrima.
Es un tema difícil, doloroso, inexplicable. Rugen las entrañas cuando una se imagina el ser humano detrás de cada cadáver. No encuentro un resquicio por donde colar las políticas de inmigración en el torbellino de sentimientos que esta catástrofe me desata.
Mis hijos también preguntaron para qué iba a servir enviar nuestros barcos a la concentración del martes, claro. Y les contesté como tantas veces, para qué sirven las manifestaciones, para qué sirven las protestas pacíficas, para qué sirve hablar de los asuntos molestos... sirve para darle importancia, sirve para obligar a más gente a pensar en ello, sirve para sentirnos acompañados en el desasosiego. Y a la larga, sirve para cambiar el mundo. A la historia me remito.
20/4/15
Más estuches transparentes... y tutorial
Desde que les hice los estuches transparentes para las piezas de lego, los chicos no paraban de pedirme alguno más: había más piezas difíciles de localizar que espacio en los estuches!! Pues nada, cuando los niños quieren ser organizados... ¡qué menos que ponérselo fácil! Les cosí cinco estuches más, alguno más grande tal y como pedían.
Aprovechando la ocasión, y teniendo en cuenta que una amiga me había pedido tutorial cuando vio la primera tanda, hice algunas fotos para un paso a paso. Son facilísimos de coser, pero bueno, poder coserlos enteros a máquina sin que queden pequeños huecos para perder minipiezas tiene su truqui...
¡Allá vamos!
Primero hay que cortar el trozo de plástico acorde al tamaño de la cremallera... o viceversa! Esta vez podía elegir yo el tamaño, porque utilicé cremallera por metros y cortaba donde me daba la gana, jeje. La cuestión es tener un trozo de plástico más o menos cuadrado, o rectangular, con las esquinas redondeadas. Lo doblamos al medio, marcando bien el doblez, y situamos la cremallera a ojímetro, para calcular más o menos la longitud que necesitamos. Tienen que sobrar un par de centímetros de cremallera por cada extremo, para poder maniobrar.
Si tenemos una cremallera de tamaño limitado, la colocamos sobre el plástico doblado y sin cortar, dándole un poco de forma, y dibujamos más o menos el tamaño que podrá tener el estuche. Quitamos la cremallera y cortamos el plástico por la línea dibujada. No hay que estresarse, esto no es una prenda de ropa que tenga que quedarle perfecta a nadie!
Con un alfiler sujetamos el extremo cerrado de la cremallera para que no se escape el carro, y quitamos los topes metálicos si es que los tiene (la mía no tenía, ya dije que era por metros). Con otros dos alfileres, marcamos en el extremo abierto el trocito que vamos a dejar de sobra, para asegurarnos de que sea igual de largo en las dos partes (en la foto cerré el principio de la cremallera a mano, para que se vea que están justo a la misma distancia, pero no hace falta hacerlo).
Empezamos a coser por el extremo abierto de la cremallera, alineando uno de los alfileres con la marca del doblez central. Vale, en la foto la cremallera está cerrada, porque la había cerrado a mano no sé muy bien para qué (¿no puede una hacer cosas absurdas o qué?) y no se apreciaba ni el doblez, ni los alfileres, así que hago trampa: en rojo por donde va el doblez, en verde donde están los alfileres, y la flecha azul indica el principio de la costura, un par de centímetros después del alfiler:
Cosemos hasta un par de centímetros antes de la marca del doblez en el otro extremo, y repetimos con el otro lado de la cremallera. Nos queda la cremallera unida a todo el borde del plástico, con una abertura en cada extremo
Para cerrar las aberturas, abrimos la cremallera del todo y empezamos por el lado donde no está el carro. Colocamos los extremos así:
Y cosemos por encima, dando un par de pasadas para reforzar la costura.
Luego vamos al extremo donde está el carro, y como el carro molesta un montón para coser, lo vamos a apartar...
Pero entonces la cremallera queda cerrada y no podemos coser... pues para eso habíamos quitado los topes metálicos de la cremallera! Retiramos el alfiler que hacía de tope, y abrimos ese extremo de la cremallera a mano. Con el carro en el otro extremo, repetimos la operación de antes. Ahora el estuche está listo, pero al mover el carro vemos que tiene una cremallera abierta pa to los laos... nada, hombre, pasada de lado a lado y ya vuelve a parecer una cremallera normal!
Sólo falta rematar hilos, recortar un poco los extremos sobrantes de la cremallera y quemarlos con un mechero para que no deshilachen (con cuidadín de no quemar el plástico) y ya está! Estuche completamente cerrado, y que abre del todo para rebuscar. Tardé tanto en explicarlo como en coser dos estuches! jajajaja
Aprovechando la ocasión, y teniendo en cuenta que una amiga me había pedido tutorial cuando vio la primera tanda, hice algunas fotos para un paso a paso. Son facilísimos de coser, pero bueno, poder coserlos enteros a máquina sin que queden pequeños huecos para perder minipiezas tiene su truqui...
¡Allá vamos!
Primero hay que cortar el trozo de plástico acorde al tamaño de la cremallera... o viceversa! Esta vez podía elegir yo el tamaño, porque utilicé cremallera por metros y cortaba donde me daba la gana, jeje. La cuestión es tener un trozo de plástico más o menos cuadrado, o rectangular, con las esquinas redondeadas. Lo doblamos al medio, marcando bien el doblez, y situamos la cremallera a ojímetro, para calcular más o menos la longitud que necesitamos. Tienen que sobrar un par de centímetros de cremallera por cada extremo, para poder maniobrar.
Si tenemos una cremallera de tamaño limitado, la colocamos sobre el plástico doblado y sin cortar, dándole un poco de forma, y dibujamos más o menos el tamaño que podrá tener el estuche. Quitamos la cremallera y cortamos el plástico por la línea dibujada. No hay que estresarse, esto no es una prenda de ropa que tenga que quedarle perfecta a nadie!
Con un alfiler sujetamos el extremo cerrado de la cremallera para que no se escape el carro, y quitamos los topes metálicos si es que los tiene (la mía no tenía, ya dije que era por metros). Con otros dos alfileres, marcamos en el extremo abierto el trocito que vamos a dejar de sobra, para asegurarnos de que sea igual de largo en las dos partes (en la foto cerré el principio de la cremallera a mano, para que se vea que están justo a la misma distancia, pero no hace falta hacerlo).
Empezamos a coser por el extremo abierto de la cremallera, alineando uno de los alfileres con la marca del doblez central. Vale, en la foto la cremallera está cerrada, porque la había cerrado a mano no sé muy bien para qué (¿no puede una hacer cosas absurdas o qué?) y no se apreciaba ni el doblez, ni los alfileres, así que hago trampa: en rojo por donde va el doblez, en verde donde están los alfileres, y la flecha azul indica el principio de la costura, un par de centímetros después del alfiler:
Cosemos hasta un par de centímetros antes de la marca del doblez en el otro extremo, y repetimos con el otro lado de la cremallera. Nos queda la cremallera unida a todo el borde del plástico, con una abertura en cada extremo
Para cerrar las aberturas, abrimos la cremallera del todo y empezamos por el lado donde no está el carro. Colocamos los extremos así:
Y cosemos por encima, dando un par de pasadas para reforzar la costura.
Luego vamos al extremo donde está el carro, y como el carro molesta un montón para coser, lo vamos a apartar...
Pero entonces la cremallera queda cerrada y no podemos coser... pues para eso habíamos quitado los topes metálicos de la cremallera! Retiramos el alfiler que hacía de tope, y abrimos ese extremo de la cremallera a mano. Con el carro en el otro extremo, repetimos la operación de antes. Ahora el estuche está listo, pero al mover el carro vemos que tiene una cremallera abierta pa to los laos... nada, hombre, pasada de lado a lado y ya vuelve a parecer una cremallera normal!
Sólo falta rematar hilos, recortar un poco los extremos sobrantes de la cremallera y quemarlos con un mechero para que no deshilachen (con cuidadín de no quemar el plástico) y ya está! Estuche completamente cerrado, y que abre del todo para rebuscar. Tardé tanto en explicarlo como en coser dos estuches! jajajaja
13/4/15
Con unos retales de na...
Sí, sí, en serio. No metí mano a telas nuevas, sólo abrí el cajón de los recortes absurdos que una va guardando porque Diógenes tiene mucha labia y no hay quien le lleve la contraria cuando se pone cabezón!
El caso es que retalito por aquí, retalito por allá... como quien no quiere la cosa... ¡¡colección de calzoncillos nuevos que le preparé a Chus!!
Que se la merecía, eh, que los que tenía ya le iban pequeñajos del todo y se le marcaba el elástico en las carnes al pobre muchacho. Ahora ya no, ahora culete feliz y cintura feliz y niño feliz porque sus calzoncillos son los más molones del mundo mundial (mientras nadie nos demuestre lo contrario...)
El caso es que retalito por aquí, retalito por allá... como quien no quiere la cosa... ¡¡colección de calzoncillos nuevos que le preparé a Chus!!
Que se la merecía, eh, que los que tenía ya le iban pequeñajos del todo y se le marcaba el elástico en las carnes al pobre muchacho. Ahora ya no, ahora culete feliz y cintura feliz y niño feliz porque sus calzoncillos son los más molones del mundo mundial (mientras nadie nos demuestre lo contrario...)
31/3/15
Cumpliendo seis
Cada 22 de marzo nos damos cuenta de que Chus crece... y crece... y crece! Ya son seis añazos, parece mentira!!
Como es costumbre en infantil, una celebración en el cole. Llevó su tarta el viernes para decorarla con sus compañeros...
(sí, sí, para decorarla, esto que veis es la tarta sin decorar... minimalista el niño!)
Luego en casa, el día D, otra tarta sin apenas decorar jajajajajaja
Sus regalos aparecieron metidos en un saco de tela... estamos intentando sustituir tanto envoltorio de papel por algo un poco más reutilizable!
Había un cuento, un puzzle de madera, una mochila para empezar primaria el próximo curso... y un juego de hacer nudos con el cuerpo! Sí, sí, en serio!
Con la incomparable colaboración de mi hermana, que hizo la caja a mano, a medida y en los colores del juego, con la ruleta incorporada en la tapa... ¿qué más se puede pedir? Me salió fácil a mí, que sólo recorté círculos de goma eva jajajaja
Un año más, felicidades, corazón!!
Como es costumbre en infantil, una celebración en el cole. Llevó su tarta el viernes para decorarla con sus compañeros...
(sí, sí, para decorarla, esto que veis es la tarta sin decorar... minimalista el niño!)
Luego en casa, el día D, otra tarta sin apenas decorar jajajajajaja
Sus regalos aparecieron metidos en un saco de tela... estamos intentando sustituir tanto envoltorio de papel por algo un poco más reutilizable!
Había un cuento, un puzzle de madera, una mochila para empezar primaria el próximo curso... y un juego de hacer nudos con el cuerpo! Sí, sí, en serio!
Con la incomparable colaboración de mi hermana, que hizo la caja a mano, a medida y en los colores del juego, con la ruleta incorporada en la tapa... ¿qué más se puede pedir? Me salió fácil a mí, que sólo recorté círculos de goma eva jajajaja
Un año más, felicidades, corazón!!
24/3/15
Uno, dos, uno, dos...
Uno, dos hermanos. Uno, dos cumples. Uno, dos regalos...
Uno, dos beanie loops!
Uno, dos sellos para estampar... una, dos, tres veces!!
Esperamos que les gusten!
Uno, dos beanie loops!
Uno, dos sellos para estampar... una, dos, tres veces!!
Esperamos que les gusten!
21/3/15
Para mi futbolista
Si me dicen a mí hace unos años que iba a tener un hijo futbolero... me lo hubiera creído, claro que sí, porque la epidemia del fútbol es muy gorda como para pretender escapar, pero... vamos, que verme cosiendo una bolsa de deporte para el equipamiento de mi muchacho... en fin, cosas de ser madre! Esta vez no me lo pidió él, pero estaba tan entusiasmado con su partido del otro día, tan impaciente por ponerse su "ropa de fútbol", y tan dispuesto a llevarlo todo en una bolsa de plástico, que pensé "anda ya, hombre, este chaval se merece una bolsa decente para sus cosas!". Le enseñé el arsenal de telas y eligió. Le enseñé las correas disponibles y volvió a elegir. Yo entretelé, cosí, y le presenté su bolsa de deporte:
Mmmm no, no es que el estampado esté patas arriba... es que al ser de una pieza, por un lado queda patas abajo y por el otro... pues eso! Y claro, si hay un lado bueno y uno malo, ya sabéis por cuál hago yo la foto, verdad? jajajaja
Por dentro puse bies rematando las costuras, porque había entretelado para darle consistencia y ya no me apetecía hacerla forrada... Venga, que no, que puse bies porque honestamente consideré que iba a quedar fabuloso así, ya está bien de hacerme propaganda de holgazana! jejeje
¿Sabéis? esta bolsa tiene un secreto... es lo primero que cosí todo entero con la máquina de pedal! Bueno, lo primero primero fueron un par de estuches de plástico de los del lego, pero eso es tan poca costura que no cuenta! La cremallera, las correas, los laterales, el bies... todo seguido, todo del tirón ¡todo sin tener que tocar la tensión siquiera! jajajajaja parece imposible, no? Esta máquina cose que es una gozada... y lo que a mí me gusta saber que puedo coser sin consumir energía, que ya sé que a mucha gente le parecerá una sandez, pero a mí me hace sentir muy bien... costura no contaminante, y encima más barata jajaja
¡¡Ah, y el deportista encantado, que encima ganaron los dos partidos que tenían!! No me gusta el fútbol, pero es un gustazo verlos jugar: niños de 8 y 9 años compartiendo equipo, partido y abrazos con chavales de 15 y 16, auténticos compañeros... para que luego digan de los niños de ahora!!
Mmmm no, no es que el estampado esté patas arriba... es que al ser de una pieza, por un lado queda patas abajo y por el otro... pues eso! Y claro, si hay un lado bueno y uno malo, ya sabéis por cuál hago yo la foto, verdad? jajajaja
Por dentro puse bies rematando las costuras, porque había entretelado para darle consistencia y ya no me apetecía hacerla forrada... Venga, que no, que puse bies porque honestamente consideré que iba a quedar fabuloso así, ya está bien de hacerme propaganda de holgazana! jejeje
¿Sabéis? esta bolsa tiene un secreto... es lo primero que cosí todo entero con la máquina de pedal! Bueno, lo primero primero fueron un par de estuches de plástico de los del lego, pero eso es tan poca costura que no cuenta! La cremallera, las correas, los laterales, el bies... todo seguido, todo del tirón ¡todo sin tener que tocar la tensión siquiera! jajajajaja parece imposible, no? Esta máquina cose que es una gozada... y lo que a mí me gusta saber que puedo coser sin consumir energía, que ya sé que a mucha gente le parecerá una sandez, pero a mí me hace sentir muy bien... costura no contaminante, y encima más barata jajaja
¡¡Ah, y el deportista encantado, que encima ganaron los dos partidos que tenían!! No me gusta el fútbol, pero es un gustazo verlos jugar: niños de 8 y 9 años compartiendo equipo, partido y abrazos con chavales de 15 y 16, auténticos compañeros... para que luego digan de los niños de ahora!!
16/3/15
Una de vaqueros
Nel se estaba quedando sin pantalones, les faltaba poco a varios para quedarle cortos, pero ¡no les dio tiempo! ¡¡se los cargó antes!! Qué cosa tan alucinante, la de agujeros que caben en un trocito de tela de la rodilla!
Quise hacerle unos vaqueros, entre otras cosas porque tenía unos de papá para reciclar, enteros y hermosos salvo un buen desgaste en la entrepierna. En la ottobre del otoño (4/2014) encontré un patrón que me venía al pelo, el "Willy W"
Prescindí de la pieza de las rodillas, más que nada porque ya estoy desarrollando cierta fobia a las rodilleras... digamos que las necesito sin remedio tantas veces, que ya me escuece ponerlas antes de que hagan falta! Además, para cambios de tono ya tenemos bastante con esa culera... que casi no se nota que salió de un vaquero reciclado...
Estoy descubriendo que me encanta coser vaqueros ¡me encanta! Puede que sea la costura que más subidón me da cuando termino, remato hilos y me fijo en los detalles... Y más esta vez, que hice la bragueta yo solita sin mirar otra ni nada ¡que resulta que ya sé! jajajaja bueno, se ve que ya cosí las que necesitaba para interiorizar el asunto!
Para tardar lo menos posible, reciclé todo lo reciclable: la cinturilla tal cual, ojal incluído. Sólo corté el trozo que sobraba de largo y cosí un botón. Anda que no le gustó el botón a Nel, tan vistoso y herencia de la bisabuela! El interior de los bolsillos, también reciclado del vaquero original. Las trabillas para el cinturón, lo mismo. Sólo tuve que coser las tres que quedaban sueltas en posición simétrica a las tres que quedaban puestas en la cinturilla. Los bolsillos traseros hubo que reducirlos un poco, lógicamente, pero allá fueron. Incluso los dobladillos del bajo los aproveché... aunque para eso tuvo que quedar el remate un pelín feo por dentro:
De mi cosecha puse el elástico de ojales para ajustar la cintura, que mi fideíllo lo necesita para no perder los pantalones ¡era eso o modificar todo el ancho del patrón, que daba más pereza!
Me encanta cuando la peque trepa a la mesa para interactuar con lo que encuentre allí... aunque sean las botas de su hermano!
Y el gustazo que da que los use tan contento, que sonría y te dé un buen abrazo para agradecer sus vaqueros nuevos... ¡¡eso no tiene precio!!
Quise hacerle unos vaqueros, entre otras cosas porque tenía unos de papá para reciclar, enteros y hermosos salvo un buen desgaste en la entrepierna. En la ottobre del otoño (4/2014) encontré un patrón que me venía al pelo, el "Willy W"
Prescindí de la pieza de las rodillas, más que nada porque ya estoy desarrollando cierta fobia a las rodilleras... digamos que las necesito sin remedio tantas veces, que ya me escuece ponerlas antes de que hagan falta! Además, para cambios de tono ya tenemos bastante con esa culera... que casi no se nota que salió de un vaquero reciclado...
Estoy descubriendo que me encanta coser vaqueros ¡me encanta! Puede que sea la costura que más subidón me da cuando termino, remato hilos y me fijo en los detalles... Y más esta vez, que hice la bragueta yo solita sin mirar otra ni nada ¡que resulta que ya sé! jajajaja bueno, se ve que ya cosí las que necesitaba para interiorizar el asunto!
Para tardar lo menos posible, reciclé todo lo reciclable: la cinturilla tal cual, ojal incluído. Sólo corté el trozo que sobraba de largo y cosí un botón. Anda que no le gustó el botón a Nel, tan vistoso y herencia de la bisabuela! El interior de los bolsillos, también reciclado del vaquero original. Las trabillas para el cinturón, lo mismo. Sólo tuve que coser las tres que quedaban sueltas en posición simétrica a las tres que quedaban puestas en la cinturilla. Los bolsillos traseros hubo que reducirlos un poco, lógicamente, pero allá fueron. Incluso los dobladillos del bajo los aproveché... aunque para eso tuvo que quedar el remate un pelín feo por dentro:
De mi cosecha puse el elástico de ojales para ajustar la cintura, que mi fideíllo lo necesita para no perder los pantalones ¡era eso o modificar todo el ancho del patrón, que daba más pereza!
Me encanta cuando la peque trepa a la mesa para interactuar con lo que encuentre allí... aunque sean las botas de su hermano!
Y el gustazo que da que los use tan contento, que sonría y te dé un buen abrazo para agradecer sus vaqueros nuevos... ¡¡eso no tiene precio!!
11/3/15
Transparencias
No, no, esto no va de ropa! jajajaja si buscáis ropa con transparencias ya os digo yo que os equivocasteis de persona... para ir enseñando no hace falta complicarse la vida con ropa! jajaja
Las transparencias de hoy son estuches pequeños para cosas pequeñas. Concretamente para piezas de lego, que en el batiburrillo de piezas de la saca a los peques les costaba trabajo encontrar algunas en especial
Ahora tienen un estuche para los personajes, otro para engranajes, otro para piezas bisagra... bueno, tienen cinco estuches y se apañan mejor!
De plástico transparente para ver lo que contienen antes de abrirlos, cosa práctica que nos viene muy bien. Con cremallera para que una vez cerrados ni la pieza más diminuta se pueda traspapelar
Los tamaños son... no voy a engañaros, los que permitían las cremalleras más largas de las que tenía para reciclar. Alguna tiene el color caído y todo, y preferí usarlas para esto y reservar las nuevas para cosas más lucidas, ya sabéis! Y de abertura espatarrá, que viene a ser que una vez abierto queda plano (o casi casi plano) para buscar sin tener que sacar todo el contenido. Más que práctico, esto era imprescindible!
Una pequeñez que tenía pendiente desde hace meses, y por fin está hecha. Punto para mami!!
Las transparencias de hoy son estuches pequeños para cosas pequeñas. Concretamente para piezas de lego, que en el batiburrillo de piezas de la saca a los peques les costaba trabajo encontrar algunas en especial
Ahora tienen un estuche para los personajes, otro para engranajes, otro para piezas bisagra... bueno, tienen cinco estuches y se apañan mejor!
De plástico transparente para ver lo que contienen antes de abrirlos, cosa práctica que nos viene muy bien. Con cremallera para que una vez cerrados ni la pieza más diminuta se pueda traspapelar
Los tamaños son... no voy a engañaros, los que permitían las cremalleras más largas de las que tenía para reciclar. Alguna tiene el color caído y todo, y preferí usarlas para esto y reservar las nuevas para cosas más lucidas, ya sabéis! Y de abertura espatarrá, que viene a ser que una vez abierto queda plano (o casi casi plano) para buscar sin tener que sacar todo el contenido. Más que práctico, esto era imprescindible!
Una pequeñez que tenía pendiente desde hace meses, y por fin está hecha. Punto para mami!!
18/2/15
Carnaval, segunda parte: Invasión vikinga!!!!!!!
Bueno, qué... ¿este año de qué nos disfrazamos en carnaval? ¡¡de vikingos!! La conversación tuvo lugar allá a primeros de enero, apenas salíamos de la navidad... ¡dejar una fiesta y pensar en la siguiente, ese es el ritmo de vida que nos gusta!
Pues nada, vikingos, que siempre viene bien un tema que dé pie a dar gritos y comportarse como bárbaros... sólo por carnaval! Se supone que uno se disfraza de lo que no es, verdad? pues nos disfrazamos de cosas así, a ver si nos vamos convirtiendo en gente civilizada ¿no es de lógica?
En nuestra línea de no comprar disfraces ni complementos, había bastante que hacer: capas de vikingo, cascos con cuernos (que por más que digan ahora que nada de cuernos en los cascos, a nosotros nos gustaban los vikingos de toda la vida ¡con una buena cornamenta!), armamento pesado, escudos... ¡apuf, qué estrés!
Primero fueron las capas. Rectángulos, sin complicarse, ya sabéis cómo enfoco yo el tema disfraces: cero complicaciones, mucha risa. Un snap para abrochar, un cráneo de bicho con cuernos hecho de fimo para tapar el snap (que no hacía falta, ya lo tapaba el pelo de la tela, pero...), y una costura en la zona del cuello para que no nos rasque el borde de la tela. Porque la tela hubo que chamuscarla por el borde antes de que la casa se convirtiera en una gran bola de pelusa marrón, y claro, lo chamuscado muy suave no queda!
Luego venían los cascos, es decir, tomarse la medida de las cabezas, inflar un globo de cada talla, y empezar a pegar papel de periódico con cola blanca. Una capa, otra... un alambre para dar soporte a los cuernos... más periódico y más cola alrededor del alambre... dar forma a esos cuernos, que queden vistosos... más periódico y más cola... y al tendal a secar!
Antes de que secasen del todo nos los pusimos, y los amoldamos a la forma de las cabezas ¡que no, no tenemos cabeza de globo! Cascos a medida, completamente personalizados!
Ya que estábamos en modo periódico y cola, aproveché para preparar las espadas y un hacha. Tubos de cartón (de esos que vienen rodeados de papel de aluminio o film de cocina, es un poco rollo tener que gastar el material de fuera pero al final consigues un tubo de cartón que siempre viene bien), cajas de galletas para las partes planas, y periódico y cola, periódico y cola, periódico y cola... ¡y al tendal!
¡¡Escudos, que nos faltan los escudos!! Bueno, bueno, es que no tenía cartón! Hubo que esperar a que llegara un pedido de cartón, esta vez en forma de caja llena de naranjas ¡qué vida tan dura la de reciclantes! Pues eso, cartón de caja de naranjas, periódico y cola, más periódico y más cola, más periódico y más cola... ¡y al tendal! Ay, no, al tendal no, que estos secaron encima de la mesa...
Pues un par de días más tarde, con toda la cola seca y todo el periódico endurecido, sesión de maquillaje: témpera de colores, un poco de alkyl, brochas y pinceles... ¡¡al ataque!!
Lo último que hicimos fue el cuerno del jefe, para llamar a la tribu. Se nos olvidó hasta la hora de comer del día C (de Carnaval), así que no hubo tiempo de andarse con finuras: papel de periódico, sin cola ni nada, y témpera. Y que aguante lo que pueda!
Y con todo preparado, nos hicimos a la mar en busca de botines fabulosos. Porque ya se sabe, la familia que asalta poblados unida, permanece unida!!
Pues nada, vikingos, que siempre viene bien un tema que dé pie a dar gritos y comportarse como bárbaros... sólo por carnaval! Se supone que uno se disfraza de lo que no es, verdad? pues nos disfrazamos de cosas así, a ver si nos vamos convirtiendo en gente civilizada ¿no es de lógica?
En nuestra línea de no comprar disfraces ni complementos, había bastante que hacer: capas de vikingo, cascos con cuernos (que por más que digan ahora que nada de cuernos en los cascos, a nosotros nos gustaban los vikingos de toda la vida ¡con una buena cornamenta!), armamento pesado, escudos... ¡apuf, qué estrés!
Primero fueron las capas. Rectángulos, sin complicarse, ya sabéis cómo enfoco yo el tema disfraces: cero complicaciones, mucha risa. Un snap para abrochar, un cráneo de bicho con cuernos hecho de fimo para tapar el snap (que no hacía falta, ya lo tapaba el pelo de la tela, pero...), y una costura en la zona del cuello para que no nos rasque el borde de la tela. Porque la tela hubo que chamuscarla por el borde antes de que la casa se convirtiera en una gran bola de pelusa marrón, y claro, lo chamuscado muy suave no queda!
Luego venían los cascos, es decir, tomarse la medida de las cabezas, inflar un globo de cada talla, y empezar a pegar papel de periódico con cola blanca. Una capa, otra... un alambre para dar soporte a los cuernos... más periódico y más cola alrededor del alambre... dar forma a esos cuernos, que queden vistosos... más periódico y más cola... y al tendal a secar!
Antes de que secasen del todo nos los pusimos, y los amoldamos a la forma de las cabezas ¡que no, no tenemos cabeza de globo! Cascos a medida, completamente personalizados!
Ya que estábamos en modo periódico y cola, aproveché para preparar las espadas y un hacha. Tubos de cartón (de esos que vienen rodeados de papel de aluminio o film de cocina, es un poco rollo tener que gastar el material de fuera pero al final consigues un tubo de cartón que siempre viene bien), cajas de galletas para las partes planas, y periódico y cola, periódico y cola, periódico y cola... ¡y al tendal!
¡¡Escudos, que nos faltan los escudos!! Bueno, bueno, es que no tenía cartón! Hubo que esperar a que llegara un pedido de cartón, esta vez en forma de caja llena de naranjas ¡qué vida tan dura la de reciclantes! Pues eso, cartón de caja de naranjas, periódico y cola, más periódico y más cola, más periódico y más cola... ¡y al tendal! Ay, no, al tendal no, que estos secaron encima de la mesa...
Pues un par de días más tarde, con toda la cola seca y todo el periódico endurecido, sesión de maquillaje: témpera de colores, un poco de alkyl, brochas y pinceles... ¡¡al ataque!!
Lo último que hicimos fue el cuerno del jefe, para llamar a la tribu. Se nos olvidó hasta la hora de comer del día C (de Carnaval), así que no hubo tiempo de andarse con finuras: papel de periódico, sin cola ni nada, y témpera. Y que aguante lo que pueda!
Y con todo preparado, nos hicimos a la mar en busca de botines fabulosos. Porque ya se sabe, la familia que asalta poblados unida, permanece unida!!
4/2/15
Red portabalón
Esto fue algo que decidí hacer un día, harta de la bolsa de plástico del súper en la que llevaban el balón a la plaza cuando iban en bici. Es que si van andando es muy fácil llevarlo en la mano, pero yendo en bici la cosa se complica! Y yo no soy nada forofa de cargar con sus cosas, la verdad. Encontré la idea en Tejiendo Perú, y con las mismas me puse a hacerlo
Sujeté el cordón de cierre a la parte inferior, para que puedan colgarlo como mochila y les deje las manos libres y el manillar de la bici también ¡me pone muy nerviosa que lleven cosas colgando del manillar! ¡siempre me parece que va a hacerles tropezar!
Ni una foto con balón dentro... es que el balón lo dejamos en un cuarto en el portal, y no suelo pasarme por allí con cámara!
Tuve que hacer varias redes de estas en serie (cuando te lo piden bien pedido, pues cedes!) y por eso ahora estoy posponiendo el hacer para casa otra, un pelín mayor para que quepan dos balones cómodamente (en esta caben, pero el segundo queda asomando un poco) y de algún material plástico que no se empape si se moja, porque esta la hice con lo primero que encontré por casa y no me acaba de convencer. Todo se andará...
Sujeté el cordón de cierre a la parte inferior, para que puedan colgarlo como mochila y les deje las manos libres y el manillar de la bici también ¡me pone muy nerviosa que lleven cosas colgando del manillar! ¡siempre me parece que va a hacerles tropezar!
Ni una foto con balón dentro... es que el balón lo dejamos en un cuarto en el portal, y no suelo pasarme por allí con cámara!
Tuve que hacer varias redes de estas en serie (cuando te lo piden bien pedido, pues cedes!) y por eso ahora estoy posponiendo el hacer para casa otra, un pelín mayor para que quepan dos balones cómodamente (en esta caben, pero el segundo queda asomando un poco) y de algún material plástico que no se empape si se moja, porque esta la hice con lo primero que encontré por casa y no me acaba de convencer. Todo se andará...
28/1/15
Para el scalextric
A veces a una le toca seguir instrucciones muy precisas. Que en parte se agradece, eh, pero ¡qué presión! Resulta que los chicos estaban invitados a un cumple y querían llevar un regalo. Hecho en casa. Ellos pusieron la idea, y el diseño: una bolsa para los coches de scalextric, que cupieran unos cuantos, con un bolsillo para cada coche, y que se pueda cerrar y llevar con un asa. Y que pusiera el nombre del cumpleañero. Hice lo que pude...
No me acaba de gustar trabajar con todo taaaaan especificado desde el principio, pero cuando toca, toca! Al menos me dieron el visto bueno, y al cumpleañero le gustó!
No me acaba de gustar trabajar con todo taaaaan especificado desde el principio, pero cuando toca, toca! Al menos me dieron el visto bueno, y al cumpleañero le gustó!
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