15/6/12

Reparando camisetas

Ésto es lo que les pasa a casi todas mis camisetas más o menos a la cuarta postura:


¿se notan los agujeros? Sí, son agujeros pequeños, al principio apenas se ven, pero crecen. Están siempre en el delantero, en la zona de la cintura.

No sé por qué salen, probé a usar delantal para todo por si eran del roce con las mesetas, o con la pared al tender, o yo qué sé. Probé con pantalones sin cremallera, o con cierre en el lateral (probé con pantalones premamá cuando tocaba...). Probé a cambiar la talla de las camisetas (no fue cómodo, pero probé). Probé a coserlos cuando aparecen para que no crezcan, pero crecen igual. Probé distintas marcas y calidades de camiseta. Probé distintos detergentes, y ahora ni siquiera uso detergente (nos pasamos a las nueces de lavado, no es que vayamos a lo guarro!)

Probé todo lo que se me ocurrió, y siguen apareciendo. Y ya desisto, me niego a jubilar las camisetas a las dos semanas de comprarlas, así que sigo poniéndolas igual. Pero algunas son de un color liso, tienen esa suerte, y para seguir usándolas les pasan estas cosas...

A veces con pequeñas aplicaciones improvisadas de ganchillo (sí, improvisadas y a veces bastante extravagantes... ¡porque hay días pa todo!)





Y otras  veces con retales cosidos, con las formas que el humor del día disponga y los colores que aparezcan de la bolsa-pozo-sin-fondo de retales.


Camisetas reparadas-personalizadas-decoradas-remendadas, depende del color del cristal con que se mire... pero siempre con retales de otras camisetas, de las que ya no tenían arreglo, o no nos gustaban tanto, o se quedaron pequeñas, o se destiñeron, o tuvieron un encuentro infeliz con una gota de lejía... ¡Todas ellas acaban encontrando trabajo!


... Y ésta no tenía ninguna tara que disimular, pero fue desteñida con lejía*, pincel en mano, para llevarla puesta muchos días. Ayer por ejemplo, que los profes protestaban por los recortes y en el cole de Nel se fotografiaban en apoyo a la escuela pública. Me la seguiré poniendo una y otra vez, pero espero que no siga siendo porque necesitemos reivindicar... sino porque me gusta!!





*Siempre se aprende algo, y en septiembre destiñendo esta camiseta aprendí que si dejas un pincel metido en el tarro con lejía para ir a atender una trifulca infantil... cuando vuelves el pincel no tiene pelo!

14/6/12

Primeros pinitos

Estoy convencida de que saber hacer cosas viene de maravilla, y coser es una de esas cosas que te saca de más de un apuro. No me refiero a coser "de verdad", no hace falta tanto, pero creo que nadie debería andar por la vida sin saber coser un botón, arreglar un dobladillo suelto o cambiar una cremallera. ¡Aunque sea en plan chapuza!

Agradezco un montón lo que nos enseñó Inés, una maestra que en 8º de EGB (¡eso que ya no existe!) se empeñó en que supiéramos abrir un ojal -a mano, claro!-, hacer una trabilla, coser botones, hacer dobladillos decentes, sobrehilar y poner el nombre. Mucho más práctico y sensato que el dichoso punto de cruz de unos cursos antes, por ejemplo. Tengo que buscar el trapo que usaba en aquellas clases, a ver si sigue en casa de mi madre...

Pues a mí me gustaría que mis hijos nunca necesiten pedir auxilio a nadie por un botón caído, ni tirar unos pantalones porque se estropee la cremallera, así que vamos empezando desde pequeños para estar seguros.

Lo que "cose" Chus (a ver, tiene 3 años, no nos vamos a poner exigentes!) es esto: un juego de piezas de plástico con 2 agujeros cada una, y cordones para ensartarlas. Además trae unas cuantas plantillas con propuestas de series a ensartar... aunque nos gusta más la improvisación.


mmm... la camiseta NO está sucia, es que tiene historia!


Bueno, y encima sirve para un montón de juegos no-costuriles: clasificar por colores, por formas, inventar historias, atar un cordón a otro, dibujar en el suelo con los cordones... y muchos más!! Fue una compra impulsiva un día que iba buscando unos cuentos, pero no me pesa nada haber caído en aquel arrebato de consumo, porque está dando mucho juego.





Y en cuanto a Nel... cuando dijo un día que quería aprender a coser (¡!) indagué y me enteré de que en el cole habían estado practicando con un folio, dando tres o cuatro pasadas con lana -sin aguja- por agujeros hechos en el papel. Pero quería aprender, así que aquello no le parecía suficiente...

El folio se rompe enseguida, y pensando pensando se me ocurrió la goma eva: cogí una lámina, le hice una cuadrícula de agujeros con el punzón, y dibujamos algunas líneas a lápiz. Busqué restos de lana de la manta que tejí estando embarazada (la única lana que tenía en casa) y una aguja lanera sin punta, y empezó a practicar. No lo hace mal, no!

Por delante y por detrás... que es donde se ve la calidad, como en el cole! Para haberlo hecho con 5 años no está mal, no?

Ahora ya estamos con la segunda fase, ayer empezó a coser en un cañamazo que nos dio la abuela. Ya no tenemos los dibujos hechos a lápiz y hay muchos más agujeros de los que vamos a usar, así que hay que ir fijándose con mayor atención... ¿no da gusto verle coser tan concentrado??
Nos encanta tener por fin lana de otros colores
¡estábamos hartos de rosa-lila-amarillo-verde!!

Ya se apaña bastante bien enhebrando, y eso que la lana es bien gorda...

¡Hasta empezó a dar varias puntadas de una vez!


Y cuando cansó, ya teníamos esto:


Lo que ocurrió fue que Chus, viendo tanta profesionalidad, decidió que las fichas de colores no eran suficiente para él, y pidió "coser de verdad". Pues... ¡goma eva al canto! No quería agobiarle ni que se agobiara, así que simplemente marqué los agujeros de una estrella de cinco puntas, y le dejé hacer lo que quiso. Para mi sorpresa, la estrella por delante quedó estupenda! (por detrás, pues lo esperable). Luego le hice otros cuantos agujeros y cosió a su aire... hasta hizo un trozo de sobrehilado por el borde ¡ya se sabe que la goma eva deshilacha una barbaridad!!

Él también se apaña estupendamente para enhebrar, con esos dedos regordetes que parece mentira...


Eso sí, la postura de Chus no es ni la mitad de profesional que la de su hermano... él no se estresa por nada... ¡espanzurrao en el sofá como si tal cosa! Y al terminar, acrobacias como siempre (las dos últimas fotos las hizo Nel, que de costurero pasó a fotógrafo en un abrir y cerrar de ojos)


(¿se nota que a Chus le encanta salir en fotos y a Nel no acaba de convencerle la idea?)

13/6/12

¡¡Los Pelones Peleones!!

Hoy la entrada va dedicada a los Pelones Peleones, ese grupo de gente empeñada en conseguir que las donaciones de médula en España aumenten, que la información se extienda y que todos sepamos más o menos qué podemos hacer. Son la caña, os lo aseguro!

Yo los conocí a través del blog Una más del batallón, que también es la caña... a este blog llegué de casualidad, a través de algún comentario suyo en alguna parte, creo, y me cautivó desde el primer día por su humor, su vitalidad y sus ganas de vivir. Es el blog de una persona con cáncer, sí, y habla de cáncer, pero sobre todo habla de vida, de muchas facetas de la vida. Y ayer vi una entrada suya en la que plantea la movilización siguiente:

infografía #donamedula
(si pincháis en la imagen veréis su entrada, con toda la información)
No me interesa la donación de médula porque yo esté enferma, ni nadie de mi entorno cercano (tocaremos madera, no?) sino porque la posibilidad siempre está ahí, y como sociedad es un poco bastante triste que no demos todas las respuestas posibles a un problema que puede afectar a cualquiera.

No se trata de donar dinero ni de hacer grandes sacrificios, sólo de informarnos y hacer cada uno lo que esté en nuestra mano: el que pueda donar médula que done, el que no que haga circular la información todo lo que pueda. Porque en este país somos muy generosos en las donaciones en general ¡y con la médula no tiene por qué ser diferente!

Qué, qué me decís, ¿marchando una ronda de información?

Letras de cartón

Hace un tiempo hicimos unas letras de cartón para Chus. Para jugar, porque empezaban a llamarle la atención y todo el día nos pedía una P, y una M, y...

Las hice grandes, para que pudiera trastear a gusto. Con cartón de las cajas de leche, muy baratas ellas.


Y las pintamos, porque eran mucho más guapas de colores. Para evitarle confusiones si las miraba al revés, la parte de detrás la pinté en todas de negro. Por delante hubo de todo: con témperas, con ceras, con rotuladores, con pincel y con el dedo, Nel nos ayudó mucho.

Aún puede pasar que las coja del revés, lo de abajo para arriba, y no se me ocurrió cómo resolverlo, pero sorprendentemente se equivoca muy rara vez: es como si por intuición supiera cómo son.


















Su preferida es la C ¡cómo no! pero siempre nos enseña la M de mamá y la P de papá. La N de Nel no suele repetirla tanto, porque "¡Nel sabe leer muy bien!" jeje, debe de ser que a nosotros nos ve más torpes, y nos quiere ayudar...













Un día, en una incursión en la tienda de los chinos (ahh, ese universo paralelo, qué sitio!) vi estas otras:

Son de madera, con un imán detrás -en algunas bastante mal puesto, porque se quedan colgando de lado- y... con ojos. La solución que no se me había ocurrido para no dudar entre arriba y abajo!!


Son bastante más pequeñas que las de cartón (¿se ve la C azul en la mano derecha?) y aunque nos gustan bastante no consiguieron desbancar a las originales. Viven en la cocina de leña, porque la nevera está panelada y no se sujetan los imanes, y cada día aparece alguna pequeña palabra que nos regala Nel. Debería comprar otro juego, porque una letra de cada no da para mucho. Pero aquí no hay tienda de chinos, y cuando viajamos siempre se me olvida!

12/6/12

Muy, muy antiguo... ¡"antigüísimo"!

Nel estaba leyendo una "pekypedia", son unos libritos que amplían información sobre el tema que trabajan en cada unidad en el cole.


La pekypedia que tenía entre manos trata de las ciudades, y entre otras cosas compara las ciudades de distintas épocas. Nel me enseña la foto de la izquierda, una foto antigua, un blanco y negro de esos en que casi no hay grises, y me dice:

"Mira, mamá, esta es una ciudad de hace muchísimo tiempo. Pero muchísimo, eh, ¡de cuando no existían las pinturas!"

¿Puede haber algo más antiguo?

Camiseta tuneada

Me encanta la idea de Ibias se mueve, ¡me encanta! El primer día que vimos las camisetas compramos 4: la de Nel, la de Chus, la mía y la de mi madre. Pero quería más, máaaaaaaas!!!!!

Las de formato femenino, en la talla que me va, no tenían mucha variedad de colores. Y bueno, en realidad en todo el verano apenas uso nada con mangas... Y me gusta complicarme la existencia, así que otro día les pedí una talla pequeña de chico, rosa (sí, de chico la hay rosa pero de chica en mi talla no, ¡es que hay que cambiar estereotipos!), y me dispuse a modificarla. O, con un poco de mala pata, cargármela... pero hay que tener confianza ¿¿o no??



Busqué una camiseta que me fuese bien de talla y con el formato que quería... más o menos... y marqué la silueta, modificando libremente la parte del escote y los tirantes, que así tiene más emoción. ¡¡Y a cortar!! (debo ser muy temeraria, porque lo de cortar es siempre mi parte favorita)


Los laterales simplemente los cosí a máquina, a lo pobre: ni tengo remalladora ni mi máquina hace puntada elástica, así que se calcula la camiseta un poco abundante para que no necesite toda su elasticidad, y se cruzan los dedos (los de los pies también, a veces, según lo delicado de la situación).

Y para rematar los tirantes y el cuello, volví a rebuscar entre los retales de camiseta. Juro que no entiendo cómo esa bolsa puede seguir tan llena, si todo el día estamos sacando trozos de tela para una cosa y otra. Pues había restos de una camiseta de premamá que usé mientras esperaba a Nel, y mientras esperaba a Chus, y que sirvió para hacer un muñeco, y adornos varios para distintas cosas, y que aún tenía un buen trozo sano.

Corté unas tiras lo más largas que pude (que no era mucho, después de tantos despieces no se puede pedir más!) y las planché un poco, dobladas a lo largo, para evitarme enrollamientos inoportunos.



Siguiendo el método tradicional*, cosí esa tira bordeando el escote y los tirantes, y después de otro planchazo consideré que no estaba tan mal.




Faltaba el bajo, y después de mucho dudar entre un dobladillo y cortar flecos, decidí que el dobladillo era más divertido: daba más trabajo, aumentaba el riesgo de estropearlo todo poniendo costura-no-elástica justo donde va a ir el culo, y además si me torcía iba a notarse más. Así que dobladillo al canto!!





Por fin me acordé de la aguja doble, que nunca la había usado... y eso que ya estaba en mi anterior máquina de coser, la que heredé de mi madre ¡hace unos diez años! Era una máquina que daba muuuucha lata, por algo mi madre la cambió, pero como de aquella yo sólo cosía dobladillos de vaqueros, pues me hacía el apaño. Cuando me cansé de sus manías y desajustes y pedí a los reyes una nueva, rescaté del compartimento secreto todo lo que me pareció útil: agujas de recambio, canillas (que no sirven para la nueva máquina), un destornillador mini, un pincel, un botecín de aceite de engrasar... y la aguja doble, que no entendía yo muy bien para qué podía servir y una vez lo descubrí nunca me acordaba de probar. Hasta hoy!

Bueno, tampoco quedó tan mal!!




* Método tradicional: solía definirse con el refrán "haciendo y deshaciendo va la niña aprendiendo", pero a mí me va la marcha y esta definición se me queda corta. Es el método sin hilván, sin alfileres, sin colocar previamente, sin puntada elástica, sin aguja de punta azul en tela de camiseta, sin hilo del color de la tela, sin idea de cómo va a quedar, con más valentía que sentido común , y... (redoble... ...) con Chus ayudándome en el pedal!!
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