31/1/14

Un gran mosqueo

Estoy muy mosqueada, mucho... otra vez. Después de pegar con silicona el taco del paraguas de Chus, que se había caído sin más el otro día en el polideportivo, después de ver una mancha rara en el abrigo de Nel y descubrir que sus paraguas, los dos, ya tienen las varillas oxidadas guanmortáin, después de cagarme mentalmente en unos cuantos desconocidos que se dedican a hacer paraguas pésimos, anteayer llegué a casa con las manos congeladas y chorreando, gracias al reguero de agua helada (lo que caía era aguanieve, a ver si nos entendemos) que corría sin cesar por el mango de mi paraguas.

Esta vez no eran precisamente baratos los paraguas en cuestión... los había comprado después de un buen cabreo con los anteriores, y busqué unos mejores. O supuestamente mejores. Lo que sí que eran más caros. Pero más de lo mismo. Sólo puedo reafirmarme en todo lo que dije aquí mismo hace un año, y seguir inventando cagamentos para dedicar mentalmente a los fabricantes. Mentalmente porque hay niños delante y no quiero que aprendan de mí ese vocabulario, no por otra cosa. Ojalá les lleguen de alguna manera y les salga un sarpullido en alguna parte del cuerpo que moleste mucho. He dicho.




30/1/14

Una de interiorismo

Hace ya un montón de días me puse a hacer bragas. En serie, una detrás de otra, hasta 7. Porque me hacían falta muchas, y las costuras repetidas más me vale hacerlas en serie. ¿Puede haber algo en el mundo que deje las bragas tan hechas polvo como un embarazo? síiiiii, ya os lo digo yo: varios embarazos! Y buena parte de las inquilinas del cajón de mi ropa interior llevaban ahí unos cuantos años... ¡estaban para el arrastre! Gracias al patrón de "braguitas retro" de Pandielleando que conseguí en la MsMSW de La Pantigana tenía claro que la renovación no pasaba por las tiendas...



No me compliqué la vida eligiendo tela, más que nada porque mis telas de camiseta son de dos tipos: lisas o de monstruítos, y no tengo nada en contra de las bragas de monstruítos, pero si gasto esas telas en mi ropa interior es probable que mis hijos se lo tomen regular. Así que ataqué a las telas lisas, y repitiendo color porque corté doble capa para ahorrar tiempo. Tampoco es que lleve las bragas a la vista habitualmente, no me importa nada tener colores repes!!



Las telas son todas de La Pantigana Shop, incluyendo las tiras de remate, que son también de camiseta, y el FOE de la que lo lleva es de Hilos y más.



Y hoy también tengo foto con relleno ¿por qué no? Ya pulvericé mi sentido del ridículo posando en bragas aquí, y ahora no podía dejar que esta nueva remesa quedase atrás. Esta es la pinta que tiene una en bragas veintitantos días después de parir:



Ya, ya sé que en estos tiempos locos se lleva mucho más apretarse en una faja que disimule la tripa, y matarse de hambre, ejercicios o ambos para que la chicha desaparezca en tiempo récord. Y entonces sí, fotografiarse con cara de orgullosa mamá recuperada tras el parto. Pero resulta que a mí esta barriguilla me gusta, soy así de rara. Esa protuberancia blanda es el recordatorio dulce de que hace apenas unos cuantos días mi niña estaba ahí dentro, dando pataditas, resistiéndose a salir. Es el recordatorio (no tan dulce) de que es casi seguro que ahí dentro no volverá a haber nadie nunca más... pareceré loca, pero me duele asumir esto.

Esta barriga, que horrorizará a tanta gente, a mí me gusta. Mi cuerpo tardó casi 42 semanas en obrar todos los cambios necesarios para que Lía naciera, y obviamente le llevará un tiempecillo devolver las cosas a su sitio. Como parte del proceso, esta etapa también me gusta. Y como el resto del proceso, seguirá el ritmo que la naturaleza le marque, porque en estos momentos tengo mucho de qué disfrutar como para andar complicándome la vida intentando acelerar las cosas.

Y esta es mi participación en RUMS esta semana. Sin complejos, que pa qué los quiero!



28/1/14

Vivir con Lía

Últimamente estamos todos inmersos en ello: aprender a vivir una vida nueva. Ahora somos cinco, ahora hay un bebé en casa, ahora los horarios de los mayores tienen que llevar siempre un margen de seguridad para que no se desmoronen al primer pañal que se nos cruce. Y además tenemos que encontrar muchos ratos para besos, caricias, abrazos, mimos en el sofá...


La frase más repetida "¿me puedes poner a Lía un poco en el sofá?" ¡pues claro! Aunque a veces tenemos que esperar a que despierte... a ella le gusta tomarse sus siestas con calma...

A papá se le terminó el permiso de paternidad, y ahora toca ir y volver al cole siempre con ella a cuestas, y agacharme al llegar para que los compañeros de Chus la vean, y explicarle a alguien (siempre hay alguien que pregunta) que no, que no pesa tanto, que sí, que va cómoda, que si no estuviese cómoda no dormiría, que no, que no me importa que se acostumbre a ir en brazos porque ya sé que pasa rapidísimo y cuando tenga cinco años voy a añorar este tiempo de tenerla tan cerca a todas horas. Normalmente la gente sonríe al oírlo, así que vemos muchas sonrisas estos días.



A nuestra peque le encanta estar a la mesa con nosotros, sobre todo cenar en familia ¡no perdona una cena! Así que poco a poco voy desempolvando aquella habilidad de comer con una mano mientras con la otra sujeto a un bebé que mama. Nos manchamos las dos, sí, pero total... la lavadora hay que ponerla de todas formas! También recuperé el juego de muñeca necesario para sacar la teta en un segundo esté donde esté, y una vez más me siento afortunada al ver cómo mi cuerpo sigue siendo todo lo que mi bebé necesita



Pero lo mejor de todo, lo mejor sin duda, es comprobar que ahora somos uno más... y ya no entendemos cómo antes podíamos ser uno menos





18/1/14

Rematando

Había yo dejado sin rematar el bajo de mi nueva falda Siri, a la espera de poder probármela sin bombo para ver el largo que quería... pues ya está. Nuestra pequeña es un amor de bebé, que vive y deja vivir y duerme sus buenas siestas durante las cuales una puede seguir viviendo y haciendo cosas, así que en un rato de siesta mañanera me probé la falda, marqué el largo y cosí el dobladillo. De paso aproveché para probar una de las maravillosas puntadas decorativas de mi máquina nueva, que ya iba teniendo ganas:



Me encanta cómo queda, pero hay que reconocer que tanto avanza-retrocede convierte un simple dobladillo en unos cuantos minutos de costura ¡parecía que estuviera cosiendo algo de verdad!

Y como lo prometido es deuda, aquí van las fotos con relleno ¡y aún falta muchíiiiiiisimo para la primavera!





16/1/14

Aquí tan a gustito

Esta semana participo en RUMS con una costura que podría considerarse auténtico capricho. Ahora está resultando muy útil, y le doy muchísimo uso, pero en su día decidí coserla simplemente porque me apetecía mucho, aunque no creía que le fuese a sacar partido... ¡tampoco pasa nada por darse un capricho alguna vez!

Cuando Chus empezaba a dar paseos andando y de pronto se cansaba y decidía no andar más, probé a llevarlo en una bandolera. Para no dejarme los brazos ni tener que cargar con todo el fular entero en el que lo había llevado desde chiquitín. Pero no conseguí adaptarme a ella, notaba muchísimo el peso en un solo hombro... y terminaba llevando todo el fular enorme, con el que tan a gusto me encontraba. Pues resulta que a pesar de no haberle cogido el gusto aquella vez, hacia el final de este embarazo ¡se me metió en la cabeza que necesitaba una bandolera! De esas ideas que se te instalan en el pensamiento y ya no hay quien las menee, pues así. Hasta que acabé por pensar que a lo mejor esta vez iba a ser un enamoramiento ¿por qué no? y me hice una, siguiendo el estupendo tutorial de Mi rincón de mariposas:



Con el único trozo de tela lo bastante largo que tenía en casa, una preciosa tela batik de Bali que había comprado pensando en hacer otra cosa bien distinta... en la que ya no quiero pensar ¡para qué si ya no hay tela!



Supuse que si empezaba a usarla desde el principio, con un bebé chiquitín y mucho menos peso, me resultaría más cómoda. Y que podía ser buena opción para casa, para no tener que andar poniendo y quitando el fular. Y resulta que sí, que estoy enamorada de mi bandolera... ¡¡y ella más!!



Ahí está, tan a gustito, el tiempo que le pidas... ¡y yo encantada!



15/1/14

Bolsas para juguetes

En casa hay de toda la vida, pero de toda la vida de verdad, una bolsa de tela para guardar el lego que resulta de lo más práctica y facilita bastante la vida de todos: ellos recogen fácil y rápidamente, y nosotros disfrutamos de la ausencia de conflictos a la hora de recoger. Todo es felicidad y armonía familiar. Pero últimamente se hacía evidente que la bolsa (oficialmente se llama "la saca de lego") no era suficiente, sus majestades de oriente vinieron cargados de lego y allí ya no se revolvía con tanta pieza, aparte de que los usuarios reclamaban un sitio para separar las obras a medio construir y que no se les desarmaran tanto. Así que hacía falta otra saca... ¡pues venga!



Así de vacía se veía cuando todavía no la podíamos usar porque me faltaban los ollaos y el cordón. Una vez terminada, su aspecto es este:



Por su parte, los playmobil viven en un cajón grande (los que caben, los que no caben se buscan la vida por el suelo de la habitación como buenamente pueden) y allí había una caja de zapatos para mantener localizables a los personajes, y otra caja con los cientos de millones de piezas pequeñas que se multiplican sin parar cada vez que no miramos. Pero para encontrar lo que querían tenían que bascular las cajas en el suelo, y luego recoger aquel batiburrillo les daba pereza. No los juzgo, a mí también me da pereza sólo de pensarlo. Y la cosa mostraba cierta tendencia a terminar en problemas: piezas pisadas, humanos caídos a consecuencia de pisar piezas, algún que otro grito... lo normal. Así que ahí fue la siguiente bolsa de tela, una más pequeña para los personajes y animales que ya os enseñé aquí.

Entonces nos quedaban las miniaturas, y había que buscar otro formato porque cerrar la bolsa con un cordón deja huecos demasiado grandes... las miniaturas se escapan! Le di tantas vueltas que a menudo pensé que no la haría jamás, pero al final se me ocurrió. Y un día mis pequeños artistas decoraron un trozo de tela blanca...



Con la cremallera ya no hay miniatura que se escape, y al abrir la bolsa pueden rebuscar sin necesidad de sacar todo. Misión cumplida, perfecto! (ya me doy yo sola el visto bueno, que eso de la autoestima dicen que es importantísimo y lo hay que cuidar!). Cerrando la cremallera queda así:



Y para que no sea tan aparatosa, le puse un snap para dejarla más pequeña (venga, a ver quién ve las dos partes del snap en la foto de arriba!):



Lo que empieza a ser urgente es encontrar una solución para el scalextric: no imagino un juego más puñetero de guardar... esos tramos de pista tan grandes, esos mandos llenos de cables, esos coches con escobillas más o menos delicadas y ruedas que se enganchan con todo... ¿alguien tiene la solución para el scalextric??




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