15/6/15

Una de Blancanieves

No me apetece contar cuentos, ni comer manzanas envenenadas, ni nada por el estilo. Pero Blancanieves es lo primero que me viene a la cabeza cuando leo-escucho-pienso las palabras "Espejito, espejito". Y resulta que hay una revista de patrones infantiles (ejjjjemmmm muy modernos ellos, sin nada de volantes ni lazos ni pololos ni cosas recargadas, qué va!) que se llama así. Y por una carambola de esas que se dan a veces, llegó a mis manos un número. Lo primero que pensé al hojearla fue que allí no había nada que encajase en mi vida. Pero mi cerebro es un puñetero de mucho cuidado, y mientras yo ironizaba sobre aquella ropa "tan cómoda" él planeaba una emboscada... me metió en la cabeza la idea de ser capaz de usar alguno de aquellos patrones para hacer una prenda. Hacerla y luego usarla, claro, que si no ni es reto ni es nada. Pues hale, a buscar algo sin demasiadas florituras...

Elegí un vestido sencillo, vaya, lo más sencillo que encontré en aquellas páginas, salvando que para la talla de Lía necesitaba más de un metro de tela para fruncir la falda como si no hubiese un mañana, por lo demás parecía sencillo. Eliminé el forro del cuerpo (pa qué más tela ahora que viene el calor?), hice esa parte con tela de camiseta (sí, camiseta, y encima reciclada, que una no pierde los principios por usar un patrón diferente a lo habitual!) y tuve que aprender a fruncir mucha tela en poco espacio. Muriendo y aprendiendo, dicen. Y he aquí el vestido que jamás hubiera pensado que haría (no por nada... porque jamás hubiera pensado que usaría un patrón de esos!)



Que no me disgusta, pero no sé yo hasta qué punto podrá ser cómodo para las peripecias de mi renacuaja llevar toda esa cantidad de tela alrededor del cuerpo... ¡veremos cómo le va!





Me hizo ilusión encontrar un sitio que ni pintado para unos botones chulísimos que había entre la colección de mi abuela...



¿A que son chulos mis botones, eh??

Y como me dijo una amiga... seguro que si les mando las fotos a la revista de Blancanieves alucinan, viendo uno de sus modelos encima de unos leggings... y debajo de una sudadera!! jajajajaja ¡y al lado de una obra, para rematar! ¡¡si es que por más que disimulemos... no somos finolis por aquí!!









12/6/15

Colores de verano

Cuando el verano se apodera del ambiente apetece coser cosas frescas, muy frescas, más frescas todavía ¿o no? Bueno, y apetece pasar el día fuera, sentarse en la hierba, pasear a la sombra, jugar con la tierra... Pues para todas esas cosas, Lía necesitaba ropa!



Me encantan los fruncidos con hilo elástico, es que me chiflan! Los pondría por todas partes, pero reconozcamos que no en todas partes quedarían bien, así que... por ahora, los dejo para vestidos para la pitufa



Esta vez no hice dobladillo en el bajo, rematé con la puntada de repulgo de la remalladora ¡y me gusta mucho el resultado!



Para que el pañal no vaya destrozándose por el mundo a medida que la peque se divierte, se nos hacen necesarios los culotes ¡pues vamos con el primero de la temporada! Rojo cereza y verde lima, muy frutal él jajajaja No sé por qué en las fotos nunca se ven los colores como son, pero esta vez encima parece que tiene los agujeros de las piernas distintos, y no... de verdad que son iguales!



Tan contenta del resultado, que hasta probé el bordado libre de la máquina de la abuela para firmar la obra!



Puesto a prueba en el parque, parece que cumple la normativa europea de trepabilidad y todos los requisitos técnicos de arrastre de culo por superficies diversas:








9/6/15

Esos locos bajitos

... la alegría de la casa, semillero de inquietudes, boicoteadores del sueño, enemigos del aburrimiento, repartidores incansables de mimos y sonrisas... la luz del mundo... ¡los niños!



Hace tiempo, mucho tiempo, que me bulle el tema en el cerebro. Nueve años, poco más o menos... Y de vez en cuando alguna noticia hace que se me avive la indignación. Y de vez en cuando simplemente la idea me viene sin más, sin noticias ni nada... Pues hoy tenía un rato libre, y aquí estoy, dispuesta a poner cuatro puntos sobre las íes aunque haya quien me deje de hablar (bueno, no será pa tanto, quienes opinan de esa manera no creo que dediquen su valioso tiempo a leerme!). En resumen, que creo que a cualquier lugar, evento, acto, reunión, ceremonia, celebración, duelo, presentación, despedida... en cualquier momento ESTÁ PERFECTAMENTE BIEN ACUDIR CON NIÑOS. Con uno, con dos o con diez. Aunque hagan ruido mientras todo el mundo guarda un respetuoso silencio. Aunque pidan comer mientras escuchamos una importantísima disquisición. Aunque haya que salir corriendo para llevarlos al baño y tapar así la visión de los de la fila de detrás durante dos angustiosos y fundamentales segundos. Aunque haya gente que se eche las manos a la cabeza "¿cómo se les ocurre venir con niños??"

Pues sí, señoras y señores, voy con niños a donde tenga que ir, en primer lugar porque tengo niños. Sorprendente, verdad? Son mis hijos, no son un trasto que saco de casa cuando me hace falta y dejo aparcado cuando molesta, son niños, y tienen cabida allá donde yo esté simplemente porque lo digo yo, que soy su madre.

En segundo lugar, porque forman parte de una sociedad y hay comportamientos sociales que necesitan aprender. Y no van a hacerlo montando el simulacro en casa, aprenden viviendo de primera mano diferentes situaciones. Con tres años son más ruidosos que con ocho, y con doce son perfectamente capaces de comportarse "como adultos". Aprenden paso a paso, como todo el mundo. Y no es necesario angustiarse pensando que echarán a perder ese evento tan importante: si no están a la altura de las circunstancias, nos retiraremos con ellos lo más discretamente que podamos. No va a ser el fin del mundo.

Y en tercer lugar, porque estoy hasta los mismísimos ovarios de tanta corrección política para todas las minorías que una se pueda imaginar, y tanta falta de respeto hacia el futuro de todos. Ya está dicho. Que cuando sale en la tele una aerolínea o una cadena hotelera que ofrece a sus clientes vuelos o establecimientos "libres de niños" no se me ocurre otra cosa: a ver la que se liaba si se les ocurre publicitar "vuelos sin discapacitados", "hoteles completamente libres de inmigrantes" o "comedor para menores de 70 años". Que no digo yo que esté bien discriminar a esa gente, pero lo que está fatal es que se discrimine a los niños y al presentador de las noticias le parezca tan natural que te cuenta el caso sin vomitar ni nada!

Y lo peor es que ese desprecio hacia la participación en sociedad de los niños lo contamina todo: como los niños no son bien vistos en infinidad de situaciones sociales, a los padres de esos niños les quedan dos opciones: renunciar ellos también a esas situaciones, o buscarse la vida para dejar a sus hijos con alguien mientras tanto. Y si a unos padres se les ocurre acudir con sus hijos, serán los únicos, y cualquier cosa que hagan, digan y/o muevan sus niños se notará el triple, y esos padres se sentirán fatal simplemente por tener hijos que se comportan de una forma completamente normal. Y se va acostumbrando uno a que tener hijos es un incordio, y así cada vez más familias renuncian a tener otro, y más parejas renuncian a convertirse en familia, y nos vamos convirtiendo en una sociedad vieja, triste... y sin futuro.

Que tener hijos es un trabajazo, sí, y entre pitos y flautas te sale por un pico, y duermes menos, y te preocupas más, pero todas esas cosas los mismos niños se apañan para compensarlas con creces. Lo que es un incordio es tener que vivir pendiente de no herir la sensibilidad de personas a las que los niños normales les molestan tanto. Pues por mi parte queda dicho: NADIE TIENE NINGÚN DERECHO A DECIRME QUE MIS HIJOS SOBRAN. Me importa un rábano si hiero su sensibilidad porque sinceramente los considero unos insensibles.

Vale, que hay veces que los niños llegan a molestar bastante. Que siempre se mueven, y aguantan poco rato callados, y se emocionan tantísimo con las cosas que es imposible que alguien no se dé cuenta de lo emocionante que es el mundo para ellos. Pero es que hay adultos hechos y derechos que también son molestos o directamente maleducados, y nadie generaliza en plan "uf, no vuelvo a comer a ese sitio, van unos adultos groseros e insoportables que hablan a gritos y mastican con la boca abierta". Y resulta que los que deberían tener disculpa para ser molestos de vez en cuando son los niños, que están aprendiendo los comportamientos adecuados en cada situación ¡los adultos se supone que ya los aprendieron! ¡¡y qué poco se les nota a algunos!!

Pues eso, que callo la boca si un día me encuentro con un establecimiento en el que no se admiten personas groseras o irrespetuosas, tengan la edad que tengan. ¡Pero basta ya de prejuzgar a los niños achacándoles todo lo desagradable e inoportuno! ¡¡Que llevo nueve años yendo a donde quiera que voy con uno o varios niños, y la inmensa mayoría de las veces sólo se nota que los llevo porque no son invisibles!!


Una madre mosqueada



8/6/15

De repente, camisetas

De repente, llegó el calor.

De repente, Lía dio un estirón.

De repente, al ir a buscar ropa una mañana... ¡¡horror!! ¡¡ni una camiseta de manga corta de su tamaño!!

De repente, me puse a cortar y coser camisetas para Lía. Sin patrón, a lo loco. Con restos de tela, sin dobladillos... ¡así, de sopetón!

Yo debí decir en voz alta que tenía que hacerle camisetas a Lía, porque en cuestión de minutos tenía sobre la mesa uno de los maravillosos diseños de Chus:



Y claro, tuve que usarlo ¡cualquiera se resiste! Pues nada, allí media hora cosiendo ondas y recortando pétalos... ¡pero mereció la pena!



Habría hecho más camisetas del tirón, pero el tiempo de los pétalos pasó factura y tuve que dejar el resto para otra ocasión...



Y aquí una foto de la modelo, encantada de la vida como casi siempre. Las fotos de la tía siempre tienen algo especial!




4/6/15

Llevar el reciclaje dentro

... tan dentro que hasta en la ropa interior jajajaja

No podía dejar pasar el Cose Conmigo de Hilos y más, renovar bragas es algo que casi nunca viene mal... y como siempre me pasa, para la ropa interior me da rabia cortar tela nueva, o consigo encontrar algún recorte que me sirva, o me doy al reciclaje. Y esta vez encontré una camiseta de propaganda, blanca, de la que salieron dos braguitas. Perfecto!



Foe de colores, aprovechando también trozos que tenía sueltos ¡me encanta cómo queda el colorido por el borde y el resto blanco! Y en una de ellas puse una etiquetilla, por probar... 



Y bueno, esta vez no hay foto con relleno en RUMS. La piscina aún no abrió, y eso significa que la depilación todavía no volvió a mis ingles desde el verano pasado ¡no está la cosa pa enseñar, querida gente!




28/5/15

Los puntos sobre las íes

Celebrando el mes de los escritores, durante el mes de abril una amiga estaba compartiendo un microrrelato al día. Y el 3 de abril fue este:



¿No es absolutamente genial? Fue leerlo y sentir la imperiosa necesidad de hacerme ese vestido, lleno de puntos sobre las íes, aunque nadie con ganas de opinar sobre mi vida vaya a entenderlo jamás.

El caso es que la idea me rondó la cabeza hasta que la pude materializar,casi sin darme cuenta tenía la mente entretenida en imaginar la tela y el color, los puntos y las íes... Un día supe que la tela sería esta, no sé por qué algo en el estampado me recordaba a las íes y sus puntos, y esas cosas cuando se te meten entre ceja y ceja es mejor no intentar arrancarlas. Entonces dudé mucho, porque... ¿una tela no elástica? ¿en un vestido? ¿seguro? Naaaaa, hago la parte de arriba de camiseta, y de paso pongo más puntos sobre más íes...



Al final decidí hacer una camiseta sin mangas y unirla a una falda, me pareció que sería un vestido cómodo para este verano, y este es mi vestido, con los puntos sobre las íes



¿queda claro? Pues eso, el que tenga ganas de opinar sobre la vida de alguien... que se compre una y opine sobre ella! Así de claras me llevo las cosas hoy a RUMS!

Gracias, gracias, gracias, Ángela, por la inspiración de tu microrrelato. Y por todos los demás, que es delicioso ir leyendo!
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