13/7/12

El que hizo un cesto, hizo un ciento

(dándole bringas y tiempo, que dicen por aquí!)

Pues sí, hoy cestos. El año pasado hice un curso de cestería que organizó el ayuntamiento, y aunque el curso era de cestos tradicionales, de madera de avellano, hubo tiempo para todo y... bueno, voy a empezar la casa por el tejado: el profe como curiosidad nos enseñó uno de los cestos que hace su mujer, con cuerdas de las pacas de hierba, y... tenía que probar, vamos hombre, me iba a quedar yo con la intriga!! No perfeccionaré nunca ninguna técnica, pero probarlas las pruebo todas.

Estos son algunos ejemplos de lo que se consigue colocando las cuerdas adecuadamente:



El primero que hice fue redondo, como el que el profe nos enseñó, y los calados se los puse más que nada por probar qué podía hacerse aparte de seguir aumentando.

Después pensé que uno alargado y bajo, tipo bandeja, podía tener bastante utilidad. Eso, y que necesitaba comprobar que podía hacerlo en forma ovalada.



Y como sí que pude, decidí que lo siguiente era uno cuadrado. A ver si las esquinas salían...



Salieron, aunque no muy bien. No volví a hacer otro con esquinas, pero sí que me quedó bastante claro lo que hay que modificar para que salga mejor el próximo. Entre otras cosas... contar las vueltas de cada lado, para evitar trapecios indeseados :P De todas formas, con todas sus imperfecciones ¡es el que más usamos en casa!



Los materiales a utilizar son muy sofisticados... tanto como esto:


Un gancho de metal fino pero firme (en realidad el principio del primer cesto lo hice apañándome con un ganchillo grueso, luego el profe se apiadó de mí y me hizo el gancho... que dónde va a parar, lo hace mucho más fácil!!) y un buen montón de cuerdas (con esas de la foto no alcanza para un cesto normalín, pero es que si pongo el montón entero no se ve el gancho!)

Y el único truco es la paciencia. Bueno, y no ser muy escrupulosa con la manicura, porque las uñas no siempre salen airosas y las yemas de los dedos se resienten un poco. Como no aspiro a ganarme la vida como modelo de manos... no me importa! No es un visto y no visto, pero se puede hacer a ratos sueltos y tampoco necesita mucha concentración. Pa entendernos, es apto para la peli de la noche, por ejemplo.

Hay quien consigue cuerdas de distintos colores, no sé, yo tengo un par de ellas azules, pero como no me dan para nada interesante (ni siquiera para una vuelta en un cesto) ahí siguen. También hay quien compra la cuerda nueva para esto, pero a mi manera de ver eso le quita la mitad de la gracia. Con las cuerdas usadas de las pacas tienes que lavarlas primero (quitarles todas las briznas de hierba y luego darles un remojón para quitar el olor a cuadra... que lo traen...), y ya están cortadas así que hay que empatar trozos a menudo, pero... jolines, son gratis, y estamos reutilizando residuos en lugar de producirlos!!

2 comentarios:

  1. Pues a mi me parece que están muy bien. Es una de las cosas que me encantaría saber hacer, cestos y sombreros, que la técnica es la misma más o menos.

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  2. Oh, no! Otra cosa más que quiero hacer! Esto no se hace, me gustan muchísimo!

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