Como la idea (o más bien sugerencia-petición-hazloyaydéjatedecuentos!) surgió después de haber hecho la cartera, y la verdad es que me aburría un poco hacer otra con la misma plantilla tan seguida, pues para el tutorial vamos a apañarnos con la plantilla de papel cutre salchichera hecha de trozos pegados con celo que yo guardo como oro en paño porque ya está depurada y perfeccionada ¡aunque no lo parezca!!
Esta cartera abre en horizontal, es de las que a mí me parecen "de chico", porque muchos hombres prefieren este formato... y pocas mujeres. Os cuento que con las medidas que pongo cabe perfectamente cualquier tarjeta estándar en los tarjeteros, una foto tamaño cartera en los portafotos, el carnet de conducir antiguo (la sábana rosa) detrás del monedero... y billetes de 50 en el billetero. Los de 100 no, asoman por arriba y hay que meterlos doblados. Se conoce que es una cartera de humilde currante ¿o sabéis de algún humilde currante que maneje habitualmente billetes de 100??
Lo primero de todo, una indicación práctica: la plantilla está hecha con recortes de papel usado, porque mi conciencia no me permite usar papel limpio para esto, así que NI CASO a las letras, dibujos, rayas y demás que puedan aparecer por medio. NO vienen al caso. Bueno, si os apetece fijaros para intentar adivinar de dónde salió cada trozo de papel... cada uno es dueño de su tiempo, por mí podemos hasta hacer una porra a ver quién acierta más, pero vaya, que para la cartera en sí no tienen ninguna influencia.
por delante |
por detrás |
Otra indicación práctica: las zonas coloreadas de azul sí que tienen que ver con la cartera: delimitan las zonas que una vez montada y cosida la cartera van a quedar a la vista. O sea, las que mejor que no tengan justo ahí la juntura del papel con que forremos, ni el remate del plástico. Mejor bien limpinas, que por el mismo precio no cuesta tanto trabajo quedar bien. Las zonas de rayas azules se ven, pero fijándose más (son el hueco del billetero y del monedero), no se van a notar las juntas del papel, pero tampoco conviene que estén los bordes del plástico muy expuestos, o se irán levantando.
Y un número 10 que aparece en rojo y rodeado, a pesar de quedar tan llamativo y parecer tan urgente, no sirve pa na: sólo indica que es el décimo modelo de cartera de mi pequeña recopilación de plantillas. Las guardo con un esquema en pequeño, la plantilla de papel a tamaño real, y a poder ser un ejemplo de cartera jubilada con ese formato. Organizada que es una... a veces.
Ahora, al lío. Lo primero es pegar tres folios, o trozos de papel desechado, recortes, lo que sea, los necesarios para conseguir las piezas del tamaño siguiente:
Al principio yo me quedaba más a gusto poniendo doble capa, colocando las juntas de una capa donde en la otra iba el papel de una pieza. Me parecía que quedaba más seguro. Ahora no lo hago, porque ya vi que queda seguro de sobra con una capa y el forro, y porque además la rigidez extra que le da la doble capa no facilita nada los primeros días de uso de la cartera. De todas formas, si alguna mente terca como la mía quiere poner doble capa, que sepa que se pegan con pegamento de barra. Yo siempre con mi tecnología punta.
Para hacer las dos piezas del fuelle del monedero, yo hago así:
... me gusta más que tomar medidas!
Una vez tenemos todas las piezas de papel bien recortadas ¡las cuatro! marcamos bien los pliegues, que son las líneas que delimitan las medidas. Importante marcarlos bien, porque así cuando forremos se notará por dónde hay que doblar y nos evitaremos estar con la regla en la mano midiendo cada tres segundos, que es una paliza. El plegado va así (si no queda claro, que es probable, tener coloreadas más o menos las zonas que tienen que quedar visibles ayuda en este punto):
Y entonces cogemos el papel con que vamos a forrarlo. Puede ser periódico, papel de embalar, con o sin adornos pegados, papel de regalo, una hoja manuscrita, partituras... la imaginación es lo más libre que tenemos, así que dejémosla volar!! La cuestión es tener trozos suficientes para forrarlo todo. Donde va a quedar visto tiene que quedar guapo, de una pieza, sin junturas, pero forrado tiene que estar todo. Recordemos que si no forramos queda una miserable capa de papel usado. No es ahí donde queremos meter nuestro dinero, verdad??
Pegamento de barra y paciencia, no hace faltá más. Bueno, si los hijos están durmiendo ayuda bastante a no tener percances con el pegamento, las piezas sueltas, el papel de forro y nuestros nervios. Pero con todo se puede. A medida que vamos forrando, conviene volver a marcar bien los pliegues, que después nos hará falta tenerlos visibles.
Después del papel, toca forrarlo con plástico adhesivo. Como siempre con este material conflictivo, lo principal es que no cunda el pánico. Mi consejo es poner el plástico tocando la mesa, retirar un poco el papel protector (unos 10 centímetros, sin estresarse de una vez!) y colocar encima la pieza. Repasar bien con la mano para que se pegue en condiciones, y después poco a poco ir tirando del papel protector hacia un lado y aplanando la pieza que forramos con la otra mano. Así hasta terminar la pieza. Entonces cortamos con un poco de margen, damos cortes en los ángulos para doblar los bordes hacia el lado de arriba, y nos ponemos a forrar la otra cara.
Si habíamos marcado los pliegues a conciencia, seguirán siendo visibles con plástico y todo. Pues volvemos a marcarlos, y ahora sin cortarnos un pelo: con el canto de las tijeras, con una pinza, con lo que sea, pero que queden doblados ya para siempre.
Ahora fijaos en un detalle: en el tarjetero que hay a la izquierda, los distintos compartimentos quedan escalonados para que las tarjetas estén más accesibles, pero el último de atrás no tiene fondo. Para que las tarjetas que vayan ahí no acaben abajo del todo y las haya que sacar con pinzas, que no es plan, vamos a hacer un fondo: cortamos un trozo de plástico adhesivo del ancho del tarjetero, y unos 4 cm de alto. Cortamos otro trozo igual y lo pegamos encima: tenemos doble capa, con una cara adhesiva libre. La doblamos al medio con lo que pega hacia fuera, y con cuidadín pegamos la mitad en el extremo de la pieza de papel. Plegamos la cartera en su sitio, y el adhesivo que queda se pega a la parte de atrás. Lioso de explicar, pero muy fácil de hacer, ¿lo veis con mi súper papel naranja en lugar del adhesivo?
Plegada en su sitio ya parece una cartera, no? Ahora es buen momento para cortar los dos plásticos de los portafotos. Yo pongo doble capa de forro de libros (viene a dar igual que sea o no adhesivo, siempre que el adhesivo lo doblemos a la mitad con cuidadín) con el doblez en la parte por donde se meten las fotos. Para sujetarlos en el sitio hasta que esté cosido, va de maravilla un trozo de celo. Bueno, y para sujetar en su sitio el resto de piezas también. Yo y mis materiales de última generación...
Sólo falta coserla. Yo suelo marcar primero los agujeros utilizando un punzón y su almohadilla (¿me guardáis un secreto? cuando no tenía peques -ni punzones- usaba un alfiler separador de los de hacer encaje de bolillos, y una toalla doblada tres o cuatro veces como base... ). Me gusta marcar primero los de cerca de las esquinas, más o menos a medio centímetro del borde, y después repartir el resto lo más equidistantes que me sale, y más o menos a un centímetro uno de otro, aunque eso depende de cómo queramos coser. En la plantilla hay unas líneas rojas que indican dónde irá una costura, y ahora os pongo paso a paso las zonas que se pueden agujerear juntas (por las líneas azules). Así ahorramos tiempo y, lo que es más importante, evitamos que luego los agujeros no casen al coser.
me temo que no se lee muy bien el texto... así que conviene ampliar la imagen para no pifiarla!! |
El tipo de costura, a gusto de cada cual: las que son lineales aguantan mejor el roce cuando se lleva la cartera en el bolsillo del pantalón, pero se les notan más las irregularidades. Las que quedan como un festón pasando el borde de un lado a otro disimulan más las imperfecciones, pero si la llevas en el bolsillo se pelan en cuatro días.
Y el hilo... en fin ,qué os voy a decir del hilo, yo usé bramante del de atar chorizos, hilo de cáñamo, hilo tipo dalia en doble hebra y en hebra sencilla, hilo de coser normal hecho cadeneta a ganchillo para hacerlo más grueso... digamos que vale todo. En el peor caso, si el hilo se rompe demasiado pronto suele ser por las costuras laterales, las que quedan expuestas con la cartera cerrada, y son las más fáciles de rehacer si es necesario. Alguna vez me tentó usar hilo de pescar, pero me da miedo que rompa el papel con demasiada facilidad... y si se rompe el papel sí que tiene mal arreglo!
Para coser, es útil empezar por las zonas que menos afectan al resto. Vaya, que si empezamos por los dos laterales a ver luego quién es el guapo que mete la mano por el hueco para coser el resto, así que esta es mi sugerencia:
Cada color representa una costura, y el orden que a mí me resulta más cómodo es este:
1. rojo. Los fuelles del monedero con la parte exterior del mismo.
2. azul. La pieza extra del monedero con la pieza principal, por la base. Pillamos tres capas, y la costura queda visible en el interior del billetero.
3. verde. El fuelle izquierdo del monedero con la parte trasera. Ojo con coser sólo tres capas: el fuelle, la pieza suelta de la solapa del monedero, y una capa de la pieza principal, para que quede una abertura lateral.
4. amarillo. Costura horizontal de los portafotos, y en el de abajo también el lateral derecho. Unimos sólo el plástico con la capa que tiene debajo, sin que la costura quede visible al otro lado.
5. gris. Costuras laterales del portafoto superior. Se pillan todas las capas, dejando ya sujeto el tarjetero.
6. morado. Costura lateral izquierda del portafoto inferior. Pillamos todas las capas: esta costura cierra el billetero y se verá con la cartera cerrada. Por si alguien quiere esmerarse un poco más.
7. naranja. El fuelle derecho del monedero con la parte trasera, cogiendo todas las capas. Esta es la otra costura que cierra el billetero y se verá por fuera.
¡Ya está! Un trozo de velcro adhesivo en la solapa del monedero y cartera lista. En este modelo de cartera no hace ninguna falta un cierre exterior, de verdad de la buena. Lo que hace falta es paciencia los dos primeros días que la llenamos, hasta que el plástico se doma y se acostumbra a la forma que tiene que tener.
voy a intentarla... aunque será la próxima semana, que estoy liada con la semana premamá!
ResponderEliminarOh!! cuántas dobleces y medidas... Me lo guardo porque me encanta esta idea. A ver cuándo saco un ratejo
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