Así que generalmente, después de la siesta -o de su ausencia- cogemos los bártulos camino de la piscina...
Esta es nuestra pisci, cuando ya vamos llegando... con su área recreativa adosada, con su río al lado, con sus árboles hermosotes que dan sombra de la rica (área recreativa y árboles al fondo, detrás del bar!), con su bar para comprar helados y bebida... ¡es casi perfecta!
¿se nota en la luz el sol de justicia? pocos valientes van andando como nosotros... |
Después del baño, el área recreativa pone lo demás: prao pa jugar a gusto, arenero, columpios, espacio para jugar al balón... ¡y este año de novedad una bolera!
Hay una senda que empieza ahí, y tiene un primer tramo llano que nos encanta. Y también está el recinto de la oficina de turismo: un pradín con mesas y bancos, una palloza, una fuente...
Me senté en un banco a mirarles, y de pronto estaba encantada viendo a Nel aparecer y desaparecer junto a la palloza, con su bici, su casco y sus gafas de sol, como un contraste juguetón entre dos épocas tan cercanas y tan diferentes.
Cuando salimos los dos de nuestra ensoñación fuimos a buscar a Chus, y lo encontramos pingando de arriba a abajo. La interacción con la fuente siempre acaba igual ¡y eso que no queríamos remojarnos hoy!
Para evitar recaídas, nos cambiamos de sitio. El arranque de la Senda del Oro (senda sí que hay, el oro... ¡a buscarlo a Roma, que pa allá lo mandaron hace siglos!).
Allí encontramos todo lo que más nos gusta...
Mi humilde asiento en este nuevo circuito ciclista, una paca de hierba:
Y el paisaje alrededor... grandioso.
Este entorno es en parte responsable de que este año hayamos decidido no ir de vacaciones: aquí estamos muy bien, tenemos casi todo lo que buscamos cuando viajamos (naturaleza, entorno tranquilo, espacios para disfrutar al aire libre, piscina, río... playa no. La playa a dos horas :P) y además tenemos nuestra casa, nuestras cosas, nuestro espacio... todo lo que echamos en falta cuando viajamos!
Y si cenamos fuera, o vamos a tomar algo, o a la piscina, le damos ganancia a un vecino.
Sí, sienta bien cambiar algo de aires... para eso tenemos en agenda un par de fines de semana de escapada, que seguro que alcanzan para sentirnos renovados.
Bueno, vale, sí, también influye en la decisión de no-vacaciones el hecho de cobrar cada año un poco menos, y que los peques gasten cada año un poco más, pero si esos vaivenes económicos sirven para darnos cuenta de lo felices que somos en el lugar donde pasamos casi todo el año... ¿qué más se puede pedir??
Si yo viviera en el paraíso tampoco pensaría en salir de él. La envidia me corroeeeeeee!!!!
ResponderEliminarMenudo entorno tenéis... Asturias Paraíso Natural, si señora!!! Encima en el sol de Asturias, no se puede pedir más!!!
ResponderEliminarUna muy buena reflexión y una tierra que a mi me tiene el alma robada!! :-)
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