Emigrante. Inmigrante. Migrante. Es curioso cómo diferencias tan sutiles entre palabras pueden reflejar intenciones tan distintas. Y seguir refiriéndose a una misma realidad, además.
Porque el emigrante y el inmigrante son la misma persona. Sólo depende de que le miremos al embarcar o al bajarse del avión. Emigras de tu casa, de tu origen, de tu gente, y te despiden con ánimos, buenos deseos y algo de pena. Pasas unas horas en un avión, y al bajarte estás inmigrando. Inmigras a un lugar nuevo, a un lugar desconocido, a un lugar en el que no existen aún tu casa ni tu gente... aunque todo se andará. Y te reciben con cierto recelo, con educación y respeto en el mejor de los casos, pero poco más.
Llevamos años ya hasta el moño del tema, verdad? Que si los inmigrantes que vienen, que trabajan o se quedan en paro, que se dejan la piel y aumentan la natalidad, que utilizan servicios y merecen derechos. Que si la fuga de cerebros, que son los jóvenes mejor preparados de la historia, que tienen que irse a buscarse las lentejas allí donde vete tú a saber si las lentejas existen siquiera. Y resulta que era todo verdad. Llamadme tonta, me lo merezco, pero acabo de darme cuenta. Esos jóvenes que tienen que irse a buscar trabajo donde dicen que aún lo hay, resulta que salen de una casa en la que nadie tenía gana ninguna de tenerlos tan lejos. Y yo que no me había dado cuenta del tema...
Hoy mi hermana se subió con su novio a un avión rumbo a Alemania ¡¡cachis en la mar, si es que hasta suena a tópico de décadas atrás!! Se despidieron de ella quienes la echarán de menos -yo me despedí hace días cuando tuve ocasión-, y le desearon suerte en su vida de emigrante. A estas horas ya habrá llegado, y ya nadie verá en ella a una emigrante que se va porque es valiente y busca una oportunidad, a una hija, hermana o amiga a la que echar de menos, no, ahora quienes pueden verla de cerca ven a una extranjera que sin conocer el idioma intenta quedarse con un poco del bienestar que su país no supo-quiso-pudo darle. Toma ya.
Pues una cosa os digo, alemanes todos, especialmente los de esa ciudad costera del norte que hace quince días yo no sabía ni que existía: no sabéis bien la suerte que tenéis de contar con ella, vais a flipar cuando la conozcáis... ¡¡ya podéis valorarla y tratárnosla bien!!
Un abrazo, familia... Es duro (durísimo) irse, es duro verlos ir, es duro volver...
ResponderEliminarSoy migrante, hija de doble migrante; espero no ser nunca madre de migrante...
espero que tenga mucha suerte por allí, ya tengo varias personas cercanas que han tenido que irse a otro país a buscarse la vida, una pena, pero la dura realidad... espero que os sea lo más llevadero posible,
ResponderEliminarbesos!
Como hija de padres emigrantes, nacida en el extranjero, entiendo tu sentimiento de quien queda en su lugar de origen pero les deseo toda la suerte del mundo y que consigan sus sueños allá donde vayan
ResponderEliminarUn abrazo enooooorme Alarai!!! Que sentimientos en estos momentos. Mis mejores deseos para ellos.
ResponderEliminarEspero que tenga una acogida mucho mejor que la que han tenido la mayoría de inmigrantes aquí... y por parte de los que en su día también fueron emigrantes y lo pasaron igual de mal. Qué mala es la memoria. Mucha suerte para tu hermana
ResponderEliminarQue bonita entrada. Yo ando planteándome irme también, mi marido es emigrante Marroquí y desgraciadamente ha sido duro para él hacerse hueco por aqui, ha sido duro dejar a su familia con 16 años sin saber decir ni hola en castellano. Y ahora 12 años después nos vemos planteándonos el volver a su pais más pobre pero curiosamente con más oportunidades ahora mismo que España, curioso e irónico. Pero así es la vida. Ojalá hubiera libre circulación entre paises, ojalá el mundo fuera un unico pais y todos de la misma nacionalidad, ojalá no hubiera recelos para quienes emigran por gusto o por necesidad,.... Espero que tu hermana tenga mucha suerte y les valla bien y encuentren su hueco. UN beso!
ResponderEliminar¡¡Me encantan todos tus ojalás!!
EliminarComo siempre me dijo mi madre, creamos los hijos para el mundo. por suerte nos adaptamos a lo bueno y a lo malo, seguro que ella aprenderá muchas cosas y ellos de ella.
ResponderEliminarMucha suerte. Es duro pero hay veces que las puertas se cierran y hay que salir por las ventanas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. Espero que les vaya muy bien por tierras germanas.
ResponderEliminarMuchísima suerte para tu hermana y un fuerte abrazo para ti!
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