No va mal la cosa, no. De todas las cosas que tenía en mente, como hay que ser valiente en esta vida decidí empezar por la que más miedo me daba: la que incluía mi eterna asignatura pendiente... el ganchillo. Así que saqué el ganchillo gordo, elegí una lana que me encantó...
... y me puse manos a la obra con el chaleco. Sí, la lana va cambiando de color ella sola, porque así me ahorraba tener que pensar yo en las combinaciones y los cambios, y podía centrarme en ganchillear sin pifiarla.
Como el chaleco circular de Mi rincón de mariposas simplemente me encantaba, decidí intentarlo con ese mismo. Era una operación de alto riesgo, porque pasábamos de talla niña a talla adulta, de hilo de algodón a lana gordita, de ganchillo de 3mm a ganchazo de 7... vaya, que era una apuesta casi segura por el desastre...
Pero se ve que el equilibrio del universo me debía una después del día de las mochilas, y... aunque parezca mentira... ¡¡todo encaja a la perfección!! Bueno, con la salvedad de que en la tercera vuelta lo dejé en siete arcos de cadeneta en lugar de ocho, el resto encaja todo. Vale, sí, para llegar a la conclusión de que me quedaba mejor con siete arcos en la tercera vuelta tuve primero que hacer nueve vueltas enteras, que si os fijáis en el esquema no es poca cosa, pero una vez observado que justo me sobraba aquel pellizco... todo sobre ruedas.
Pensaba que tendría que improvisar para meter más vueltas y llegar al tamaño de adulto, y eso me daba bastante pánico porque si improviso es cuando indefectiblemente las cosas empiezan a hacer ondas y volantes que parece un traje de rociera, pero como os digo el universo me debía una... y resultó que el grosor de la lana y el grosor del ganchillo fueron justo los adecuados para convertir la talla infantil original en una talla de adulto estupenda. De verdad de la buena, tres veces me lo probé antes de dar crédito. Así estaba el chaleco justo antes de la vuelta crítica de las aberturas:
Y en esas estamos ahora, ya pasé el agujero de los brazos y seguimos avanzando con viento favorable... ¡que no sé yo si hasta repetiré y todo!!
Espero que el viento siga soplando a tu favor! Suerte!
ResponderEliminarA este paso claro que repetirás!!!
ResponderEliminaruooooo!!!!! qué bien!!! esto prometeeeee
ResponderEliminarSí tú dices que eso es un chaleco, yo me lo creo. ¡Vamos que si me lo creo! Y lo convierto en un credo, pero eso ¿no es un tapetico de toda la vida? Te juro que cuando he llegado a los de los brazos te he imaginado ahí dentro y es que... no lo veo, no lo veo... Será que los abalorios me tienen abducida y soy incapaz de ver más allá. En cualquier caso, quedo a la espera del resultado, que me tienes en ascuas, joía!
ResponderEliminarEsto me pasa por hablar emasiado rápido. Ahora he visto el link y lo entiendo todo. Bueno, no me hago a la idea de la magia que hay que hacer con el círculo para que acabe siendo ¡¡¡¡ese pedazo de chaleco de ensueño!!!!!! pero es una monada!!!!!
ResponderEliminarque bien va a quedar!!!
ResponderEliminarpues si nunca habías hecho ganchillo, aparte de valiente, eres una manitas... te está quedando genial
ResponderEliminarSí que había hecho, mujer! había hecho cuadraditos para una manta con mi madre, un par de bolsos con tiras de plástico (sólo rectángulos, nada de complicarse!) y alguna aplicación diminuta, diminuta porque si hacía una vuelta más empezaba a notarse que se ondulaba todo. Media vida queriendo hacer algo decente, y nunca lo conseguí!
Eliminary añado: te lo mereceeees!!!!! cruzo los dedos para que siga así hasta el final! es justicia divina, tras las mochilas esto toca salir rodado!!
ResponderEliminarQué buena pinta! Te va a quedar muy bonito.
ResponderEliminarque bueno que te haya resultado adaptando las agujas y la lana, seguro tendras un final feliz!!!
ResponderEliminartambien estoy haciendo uno para mi nena y me sorprendí con lo rapido que se avanza, hasta ahora llegué a la altura de hacer las aberturas.
suerte y nos vemos...