La educación prohibida

Lo reconozco, soy una cobardica. Llevaba desde el 13 de agosto con intención -y ganas- de ver la película documental "La educación prohibida"... y no me atrevía.

http://www.educacionprohibida.com/

Sospechaba que me iba a hacer sufrir, que iba a abrirme los ojos aún más a los errores de planteamiento de la educación tal y como la conocemos, incluso temía que se me quitasen de cuajo las ganas de escolarizar a Chus y mantener escolarizado a Nel. Así de fuerte. Pero quería verla, de alguna forma necesitaba verla... y decidí esperar a tenerlos a los dos metidos en el cole para ponerme, vaya, esperar a que ya fuese tarde. ¡A riesgo de no querer mandarlos al día siguiente!

Ayer fue el día, a la vuelta de llevarlos al cole por la mañana busqué la película y crucé los dedos. No, en realidad no crucé nada, sino que me senté frente a la pantalla y cogí aire.

Vi sólo la mitad, dos horas y media es mucho para una vez... y tengo que decir que sí, que da un poco de miedo. Que hace sufrir, porque hace cuestionarse las cosas que dábamos por incuestionables, y además pone en entredicho lo que como sociedad hacemos con nuestros niños... ¡duele!

Pero hay que verla, porque es necesario despertar para intentar cambiar las cosas, nada se avanza con cerrar los ojos. Y mantengo la esperanza en la escuela, porque sé que la inmensa mayoría de maestros y profesores lo hacen lo mejor que saben, lo mejor que les dejan, lo mejor que pueden... y también ellos querrían cambiar muchas cosas. Y podemos ayudarles.

Hay frases que aún me están resonando en la cabeza...

"nadie aprende por la fuerza, no es aprendizaje cuando es forzado"

"premios, castigos, amenazas, límites... su herramienta para modelar el comportamiento es el miedo"

"cualquier educación es buena si cuida de la alegría y las ganas de vivir del niño"

... y sobre todo esa niña (minuto 53:45, momento de oro) a la que le preguntan si no quiere titularse para ser alguien en la vida, y que contesta "pero yo YA soy alguien en la vida!" Que todos los niños sean conscientes de eso, que hagan suya esa frase, simplemente, podría ser el único objetivo de la educación... ¿o no?